Biden ya definió las primeras medidas de su gobierno

La reincorporación de Estados Unidos a los acuerdos medioambientales de París y la rescisión del veto migratorio a ciudadanos de países de mayoría musulmana, figuran entre las medidas.

CAMBIOS. El mandatario electo tiene pensado tomar decisiones urgentes en relación a la pandemia. CAMBIOS. El mandatario electo tiene pensado tomar decisiones urgentes en relación a la pandemia. REUTERS
18 Enero 2021

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, asumirá el 20 de enero y horas antes de empezar a comandar la Casa Blanca, ya definió las primeras medidas que tomará en su gestión. El dirigente demócrata tiene pensado firmar la reincorporación de la potencia mundial a los acuerdos medioambientales de París, como así también dejar sin validez el veto migratorio a ciudadanos de países de mayoría musulmana.

De acuerdo a los datos provistos por su futuro jefe de Gabinete, Ron Klain, el 46° mandatario de los Estados Unidos firmará el mismo día de su asunción una decena de medidas concebidas como un repudio directo a las políticas de su predecesor, Donald Trump. Entre ellas, se incluye la prórroga para la devolución de préstamos a universitarios, la ampliación de la moratoria contra los desahucios, y el uso obligatorio de mascarillas en instalaciones federales y viajes interestatales.

Fuentes de la Casa Blanca, también adelantaron que antes de febrero, la nueva administración gubernamental abordará la crisis climática, la reforma de la justicia penal, tomará medidas para ampliar el acceso a la atención médica y avanzará en reformas migratorias, incluida la reunión de familias separadas en la frontera bajo la política de inmigración de Trump.

El arribo de Biden a uno de los cargos más importantes del mundo genera una luz de esperanza para la relación que durante cuatro años mantuvo Washington con el Vaticano. Las tensiones provocadas por la salida de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, fuertemente defendido por el Papa o la política inmigratoria restrictiva, en las antípodas de los niveles reclamados por el pontífice, podrían descomprimirse.

La pandemia generada por el COVID-19 no ocupa un lugar menor en la agenda del nuevo mandatario. Con récords diarios o semanales de contagios y muertos, que superan por lejos la situación de cualquier otro país desarrollado, uno de los primeros objetivos de Biden será contener una situación sanitaria que desde que estalló en Estados Unidos, por principio del año pasado, nunca logró realmente ser controlada por la ausencia de medidas restrictivas y preventivas.

Durante la campaña, el demócrata repetía que sin controlar la pandemia no se puede reactivar por completo la economía del país y volver a crecer. En sintonía con esa idea, creó un comité de expertos para que lo asesore en el dictado de medidas urgentes.

Los resultados de la campaña de vacunación, iniciada el 14 de diciembre, reflejan la desatención que tuvo la administración saliente en un tema tan sensible. La distribución de las vacunas ha sido lenta en Estados Unidos y, de momento, fueron inoculadas unas 9,3 millones de personas. El gobierno había previsto vacunar a 20 millones hasta finales de 2020. Hasta el momento, el país fue uno de los más castigados por la pandemia y de acuerdo a los últimos datos brindados por la Universidad Johns Hopkins, 23.760.080 análisis dieron positivo de coronavirus y 395.851 contagiados murieron.

Biden llegará a la presidencia con un Congreso favorable. En la Cámara de Representantesm cuenta con una mayoría cómoda, mientras que en el Senado hay un empate técnico que dirimirá la vicepresidenta y exsenadora Kamala Harris.

Para alcanzar dos desafíos centrales -controlar la pandemia y crecer económicamente- la nueva gestión dependerá de un difícil equilibrio entre mantener unida su bancada y encontrar acuerdos con la oposición republicana. Estas negociaciones resultarán claves también para el futuro político de Trump, que deberá enfrentar un nuevo juicio. Si bien este proceso no llegará a destituirlo, si podría inhibirlo de ocupar cargos públicos en un futuro, o impedirle participar en las próximas elecciones presidenciales.

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