Los chicos representan un mínimo porcentaje de los afectados por la covid-19. Y no son “supercontagiadores” como se pensaba en un principio. Con esas dos premisas, muchos especialistas defendieron la vuelta a clases presenciales. No obstante, estas mismas frases han tenido un efecto inesperado: el relajamiento de muchos padres, quienes minimizan cualquier síntoma de enfermedad de sus hijos. Lo ven las maestras en las guarderías y también en las aulas de escuelas y colegios. Cuando advierten que hay un niño resfriado o con tos, llaman a los progenitores. Y empiezan las discusiones.
“Es un simple resfrío; siempre le agarra alergia en esta época”, se defienden los papás. Pero la orden es clara: los alumnos no pueden ingresar al establecimiento ante si tienen un síntoma respiratorio. La declaración jurada que deben presentar los estudiantes incluye que digan si en los últimos días tuvieron fiebre, dolor de garganta, tos seca, dificultad para respirar, trastorno del gusto y/o olfato, neumonía o gripe, cefalea o problemas gastrointestinales. “Nos hemos encontrado con chicos que vienen a clases con alguno de estos síntomas. Notamos como un relajamiento de algunos papás, que no es acorde al contexto de pandemia. Tampoco se toman en serio enviar toalla y jabón, lavar los barbijos de tela cada vez que los chicos lo usan o mandarlos con un tapaboca que les cubra bien la nariz y el mentón”, se quejó Luciana Medera, docente de un establecimiento privado.
“Por favor padres, no crean que llevarlos a la escuela no es un riesgo y es mentira que la covid-19 en los chicos no hace nada”, exclama Josefina Porta, maestra especial. Carolina Caram se ha enterado que en el tercer grado del que es docente el fin de semana pasado hubo un festejo de cumpleaños. “De nada sirven todos los cuidados y las burbujas si después van a mezclarse y sin usar protección”, reniega.
¿Qué hay de cierto que los niños no corren riesgos al contagiarse? A juzgar por el último parte del Ministerio de Salud, hay algunos datos que llaman la atención. Por ejemplo, que el hospital de Niños es el nosocomio estatal que tiene más pacientes internados con covid-19 en salas (hay 9 chicos hospitalizados allí en la actualidad). Vale aclarar que no registra enfermos en terapias intensivas ni con asistencia de respiradores, como sí tienen el Avellaneda y el Centro de Salud.
A pesar de que la población pediátrica representa menos del 10% de los casos de coronavirus, un porcentaje bajo de niñas, niños y adolescentes pueden desarrollar cuadros graves asociados a Covid-19 y transmiten el virus igual que las personas adultas, por lo que es clave que también sostengan las medidas de prevención como distancia, barbijo y presencia en ambientes ventilados, aseguraron los especialistas. Y que no vayan a la escuela enfermos.
“Seguimos confirmando este año que la incidencia de la población infantil en relación al total de casos de covid es baja y que en la mayoría de los casos cursan la enfermedad con forma leve e incluso asintomática”, indicó a Rosa Bologna, jefa del servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan. La infectóloga pediátrica Analía De Cristófano explicó: “la población infantil se enferma con menor gravedad; la mortalidad es muy baja y, por lo general, está asociada a patologías preexistentes o a diagnósticos muy tardíos de la enfermedad”. No obstante, señaló que no son menos contagiosos: en mediciones indirectas de la carga viral han encontrado que tienen cargas similares a la de personas adultas.
En Tucumán se contagiaron hasta el 8 de marzo 4.571 niños y adolescentes menores de 19 años desde el inicio de la pandemia, según datos del Ministerio de Salud provincial. Dentro de este grupo, 3.688 (80%) tienen entre 10 y 19 años, y 888 tienen de cero a 9 años (20%).
A nivel provincial los menores aportan el 7,2% de los casos totales de coronavirus. Estos datos cobran relevancia ante la creencia de que prácticamente no hay contagios entre pares en chicos, según destacan los médicos. Y por eso no se deben relajar los protocolos en los establecimientos escolares, y tampoco fuera de ellos porque sí transmiten la enfermedad y, si bien tienen consecuencias más leves, también pueden tener complicaciones por Covid-19, resaltó Julio López Mañán, infectólogo pediatra.
“Se sabe que el 80% de los chicos con covid son asintomáticos o tienen muy pocos síntomas. Tampoco se les suelen hacer hisopados. Esto explicaría que en las cifras no aparezcan muchos menores. Y también esta situación lleva a que los padres se confíen y minimicen la posibilidad de que sus hijos se contagien o puedan contagiar”, explicó el profesional. “Hay que tener cuidado porque los chicos están más expuestos ahora y porque la pandemia sigue; estamos en una meseta de casos que de a poco va en ascenso”, añadió. Y resaltó ante qué señales no hay que mandar a los niños y adolescentes a clases: “resfrío, dificultad respiratoria, con o sin fiebre son señales de que puede haber una virosis y de que puede ser covid. Puede o no haber diarrea. No hay que confiarse, ni subestimar ningún síntoma”, apuntó.