Por qué el 5G será una nueva revolución en la humanidad

La clave serán los avances en la velocidad y en la latencia, que reducirá el tiempo de respuesta de la red. Los desarrollos en Argentina y el futuro.

Por qué el 5G será una nueva revolución en la humanidad

El año es 1989. En la Argentina sucede un acontecimiento revolucionario: se realiza la primera llamada con un teléfono móvil. Los aparatos, de la mano de la ya histórica Movicom, son pesados y de un precio exorbitante. No cuentan con chip y utilizan la tecnología 1G, la primera generación de una serie cuyas evoluciones cambió para siempre nuestras vidas.

Apenas unos decenios después -sí, el término es apenas considerando la enorme velocidad de los desarrollos-, los celulares permiten enviar un sinfín de contenido multimedia en milisegundos. Las capacidades y las posibilidades son cada vez mayores en aparatos ultra sofisticados que se conectan de forma inalámbrica.

La tercera década del siglo XXI ya se prepara para expandir el 5G, una conexión que promete una innovación sin precedentes para las telecomunicaciones. Cada vez más países encienden sus primeras redes y la Argentina intenta seguir la marcha. Por caso, el mes pasado se habilitaron las primeras 10 antenas 5G del país. De la mano de Telecom, la tecnología ya funciona en Buenos Aires (junto a Huawei) y en Rosario (con soporte de Nokia).

¿Qué tiene de diferente a las redes 4G y 4.5G que son utilizadas hasta ahora en los grandes centros urbanos? “Los saltos tecnológicos de generación en generación incrementan la capacidad de transferencia de datos, elevan la eficiencia en los procesos y aumentan el ancho de banda. Permite pensar en la aplicabilidad para millones de opciones”, resume a LA GACETA Pablo Bollati, gerente de Relaciones Institucionales de Telecom en Tucumán.

La magnitud se multiplica en diez veces entre una red y la anterior. Este nuevo salto evolutivo habla un “idioma” totalmente distinto al de su predecesor, no está diseñado para la comunicación de voz y procura eficientizar la transmisión de datos a una altísima velocidad. “Lo central es que baja la latencia. Eso quiere decir que el tiempo de respuesta desde que se manda un impulso y se recibe una respuesta pasará de milisegundos a nanosegundos”, especifica el especialista.

¿Qué quiere decir esto? Por ejemplo, al tocar la pantalla y abrir una aplicación como YouTube, con el 5G la respuesta será prácticamente instantánea. “La latencia es fundamental en el mundo actual desde las conexiones empresariales hasta el mundo gamer. El 5G está pensado para nuevas soluciones en ciudades inteligentes, donde el tiempo de respuesta no puede fallar. Es un avance hacia la mayor remotización”, define Bollati.

Se espera que, una vez masificado, el 5G multiplicará exponencialmente el número de dispositivos conectados en simultáneo. Esta nueva revolución tecnológica será capaz de soportar invenciones que hoy no imaginamos, auguran los conocedores del tema. Al permitir navegar hasta a 10 GBps (gygabites por segundo) -podrá descargarse una serie en segundos, por ejemplo-, nace un enorme abanico de posibilidades. “No tiene límites. Así como pasó con el 3G y el 4G, el 5G será facilitador de opciones. Alguien tendrá una idea para un nuevo desarrollo tecnológico y podrá hacerlo gracias a la red”, planteó Bollati.

Cuestión de espectros

Aún es reducida la oferta de dispositivos que pueden conectarse al 5G. Para que funcionen, hace falta una radiobase -antena- que haga la conexión inalámbrica y efectúe la unión con la red, tras un requerimiento a alguna central. Todo ocurre de forma inteligente en milésimas de segundos.

Cada generación de telefonía móvil requiere para su uso la asignación de un espectro radioléctrico, que es administrado por el Estado y determina su explotación. Las primeras redes 5G de la Argentina funcionan dentro de un rango específico de las redes 4G de Personal. Pero, para que pueda masificarse, las autoridades reguladoras deben definir un espectro y luego llamar a licitación para que las compañías interesadas compren las licencias de uso.

Aquellos primeros aparatos 1G, conocidos como “ladrillos”, apenas permitían realizar llamadas de voz. Ya en los 90, el 2G dio lugar a los chips que permitieron independizar los celulares. Aparecieron los primeros mensajes multimedia en tímidas pantallas. Esta generación habló un “idioma” totalmente distinto al 1G, pero compartió algunas características con su sucesor, el más veloz 3G que habilitó el internet. Un nuevo lenguaje llegó con el 4G, que nos acostumbró a lo multimedia. Es el turno de otra revolución.

En mediano y largo plazo

El viernes cerró la Muestra 5G, una exposición impulsada por el Ente Nacional de Comunicaciones (Encamo)para que los fabricantes de infraestructura de redes -Huawei, Nokia y Ericsson- exhiban las aplicaciones de la tecnología. 

“El despliegue en Argentina del 5G será un programa en el mediano y largo plazo. Las empresas deberán hacer inversiones intensivas para la renovación de infraestructura de redes;y los Estados, establecer regulaciones previsibles que permitan la comercialización a precios accesibles y certidumbre para la competencia justa entre las empresas”, informó Claudio Ambrosini, titular del Enacom. A la espera de asignaciones del espectro, Telecom también participó de los ensayos como la primera operadora del país.

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