La familia del ex gobernador y actual senador José Alperovich quedó en la mira luego de que se encontraran casi 1.000 vacas robadas en sus campos. Tanto el defensor de uno de los acusados como el querellante de la causa no entienden por qué aún no se llamó a declarar al parlamentario ni a su hijo Daniel.
En Santiago del Estero se desató un escándalo por el robo de 4.000 animales. Por el hecho, se encuentran detenidos Luis Ángel Magliano (titular de la Sociedad Rural de Jesús María, Córdoba) y su socio Damián Manzanelli.
La Justicia de esa provincia ordenó una serie de allanamientos para encontrar los animales sustraídos. Fueron encontrados más de 200 en un campo de alimentación de Juan Pablo Minetti, reconocido productor de Quimilí que terminó tras las rejas.
Los pesquisas también se presentaron en dos campos de Alperovich. En ambos encontraron alrededor de 1.000 cabezas. Daniel Alperovich argumentó que terminó siendo víctima de estafa por parte de Magliano. Pero esta versión generó malestar entre el abogado de la víctima y el de Minetti.
“No pueden decir que Magliano les haya entregado ese ganado como parte de pago porque el titular es otra persona. Él no tuvo ni tiene poder para disponer de esos animales, y entonces ¿por qué los tenía Alperovich? Pueden ser perjudicados de Magliano por otros temas, pero no pueden justificar por qué tenían vacas de mis clientes”, sostuvo César Turk, el apoderado legal de las haciendas La Permanencia, El 38, El Tránsito y Eugenio S.A que sufrió el robo de los animales. “Es imposible esa versión de la estafa porque para vender hay que hacer una transferencia y tramitar en el Senasa”, agregó el profesional.
“Daniel Alperovich presentó una denuncia por estafa y se constituyó como querellante. Si él tiene nuestras vacas entonces no puede querellar. No puede tener la misma jerarquía nuestra en este caso”, razonó Turk. “El representante de la víctima ya lo explicó: los animales tienen un historial de marcas y en los campos de Alperovich los sobremarcaron. Les borraron el historial. Hubo una falsificación de marca en casi 1.000 vacas”, indicó el abogado.
“Hay que llamar a los Alperovich a que expliquen su postura en la Justicia, porque si tenemos dos situaciones idénticas con dos personas y una está presa y la otra no entonces algo no cierra: o uno está detenido mal o el otro debería estarlo y no lo está”, concluyó Turk.
LA GACETA contactó también al abogado de Magliano, Guillermo Rey Alvelda. El profesional respondió que por el momento no darán entrevistas, pero que sí podía decir que esperaban por la respuesta a una apelación que realizaron para que su defendido recuperara la libertad.
Igualdad de trato
Diego Lindow, defensor de Minetti, en cuyos campos se encontraron 231 vacas de los denunciantes, consideró que su cliente puede demostrar con documentos su inocencia respecto al robo, dado a que él sólo brindó un servicio de feedlot. “A él lo detienen, pero en los campos de Alperovich se encontraron casi 1.000 cabezas que tenían la marca de los denunciantes, entonces no entendemos por qué con algunos se ordenó la detención y a otros ni siquiera se los citó a declarar. ¿Cuál es el criterio de evaluación?”, indicó el profesional. “No pedimos la detención ni la imputación de Alperovich, lo que sí pedimos es que a nuestro cliente le den el mismo trato de garantizar la libertad”, añadió.
El profesional también aclaró que le llamó la atención la orden de captura en contra de José Andrés Demicheli, CEO de la firma Adblick. “Este último compró 1.000 vacas y pidieron su detención. A Alperovich ni siquiera lo citaron a declarar”, opinó.
Lindow explicó cómo llegaron los animales a los campos de Minetti. Según comentó, al enterarse que estaban por quebrar, la firma Adblick retiró más de 1.000 novillos del campo de Magliano y luego le compró otros 1.000. “Después contrataron a mi defendido para que hiciera el engorde de más de 2.000 novillos. Los recibió con toda la documentación correspondiente. Hemos presentado en la Justicia todos los contratos de hotelería animal, los estudios realizados, los DTA (Documento de Tránsito Animal) y los DTE (Documento de Tránsito Electrónicos). También presentamos los mails previos que intercambiaron sólo con Adblik, porque no hubo ningún vínculo de mi cliente con Magliano ni con Alperovich”, relató el profesional.
“Otra cosa, Minetti recibe los animales en noviembre, cuando no había ninguna denuncia que hiciera sospechar algo raro. En enero, cuando se empezó a movilizar la Justicia, allanaron los campos de mi cliente, que tenía 8.000 animales de distintos capitalizadores. Cuando controlaron, encontraron en el lote de Adblick 230 cabezas con la marca de San Eugenio, pero también tenían la marca, la caravana y los papeles que Magliano le había firmado a Adblick. No surgía nada ilegal en la recepción de la hacienda”, añadió Lindow.
También descartó que prospere la imputación por encubrimiento. “Para que se configure esa figura tiene que existir un conocimiento previo del delito que se estaría escondiendo. No había ninguna denuncia en ese momento. Mi cliente sólo le brindó un servicio a una de las firmas más grandes del país que venía con todo en regla”, explicó.
En la Justicia
Para el querellante Turk la causa avanzó desde que se designó a la fiscala Olga Bitar de Papa frente a la investigación, pero el abogado lamentó: “la inacción que hubo al principio, cuando en enero denunciamos el hecho y habíamos aportado datos sobre la posible ubicación de los novillos desaparecidos”.
“Bitar de Papa reactivó la investigación, avanzó con las imputaciones, contra los (cuatro) denunciados, que hoy es por los delitos de abigeato agravado en concurso real con desbaratamiento de los derecho acordados en concurso ideal de delitos. Por la obstrucción previa yo denuncié al fiscal general Luis Alberto de la Rua”, subrayó.
LA GACETA viajó a Santiago del Estero para tomar conocimiento sobre la situación procesal de la hacienda La Galesa S.R.L., la cual está vinculada al ex gobernador de la provincia. Fuentes del Ministerio Público Fiscal santiagueño indicaron que la fiscala Bitar de Papa habría determinado no hablar públicamente sobre esta causa hasta tanto no avance con la investigación.