Una tras otra: las olas que ahogan a los salones de fiesta

La pandemia no les da tregua y otra vez buscan alternativas para subsistir ante la reducción de sus ingresos. Salones infantiles dicen que no son un riesgo.

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Aunque admiten que los meses de verano sirvieron para “remar” la desesperante situación después de un año cerrados, los dueños de salones de fiestas y organizadores de eventos coinciden en que otra vez están ahogados. La situación sanitaria es mas grave y lo reconocen pero creen que no son sus espacios un factor de contagio. Por eso, insisten en que los habiliten a trabajar aunque sea como bares. Esta modalidad les permitiría funcionar según las normativas establecidas para muchos locales que hoy cierran sus puertas a las 23 hs por decreto presidencial y con un aforo del 30 por ciento.

“Estamos fundidos, queremos trabajar”, dice preocupado Alberto Fernandez Rojas, propietario de un tradicional salón en la provincia. Durante las últimas semanas avanzaron las conversaciones con el gobierno de Juan Manzur que escuchó las propuestas del sector aunque no hubo respuestas.

Ayer, el presidente emitió en un mensaje grabado los detalles del nuevo DNU que prorroga hasta el 21 de mayo las restricciones establecidas hasta la fecha en todo el país y la situación para el sector no se modifica.

“Si no logramos reconvertirnos, hasta diciembre van a desaparecer muchos salones y será incontable la cantidad de gente en la calle”, pronostica Fernandez Rojas.

Mientras tanto, algunos  saloneros nucleados en la Cámara de Salones de Fiestas y Afines avanzan en el papeleo que implica pedir una habilitación municipal para transformarse en bares. El proceso es lento y burocrático, por eso aguardan la intervención de los gobiernos.

La semana pasada, la senadora Silvia Elìas de Perez pidió a través de una nota dirigida a las autoridades del Comité Operativo de Emergencia (COE), que se les permita trabajar bajo esa modalidad. “Debemos tener mayor empatía y consideración con aquellos trabajadores que debieron cerrar sus comercios por más de ocho meses por la pandemia", justificó la parlamentaria nacional.

Fiestas infantiles

Los propietarios de salones infantiles viven también su propio drama. Para ellos no hay razones que les impidan trabajar. Hace dos semanas elevaron un protocolo a Pedro Sandilli, Secretario General de la gobernación con la promesa de que sería expuesto ante el Comité Operativo de Emergencias para su posterior estudio. En la nota explicaron que dentro de estos espacios se respetan a rajatabla las normas sanitarias impuestas y garantizan que son la opción más segura para festejar un cumpleaños infantil.

“No hay bailes, no se consumen bebidas alcohólicas, las celebraciones duran tres  horas, la comida se sirve de manera individual y los vasos estan señalizados. Los peloteros y espacios de juegos se limpian permanentemente y hay ventilación adecuada para que sea un espacio seguro”, explica Ana María Squasi, dueña de un salón infantil en el centro de la ciudad. “Además, los chicos son quienes mejor responden a los protocolos”, agrega.

Los propietarios aseguran que no hay riesgo de contagio y cuentan que la gente festeja de forma privada sin protocolos y con menos precauciones.

Marcelo Martín, tiene un salón de fiestas infantiles y un grupo de animación de eventos para chicos. Mientras espera la respuesta de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, donde también presentaron su reclamo, asegura que su capacidad de trabajo se redujo al 20 por ciento. “No queremos subsidios, tenemos manos y pies. Pedimos que nos dejen trabajar”, afirma. Antes de la pandemia, Marcelo hacía 25 fiestas infantiles al mes. Hoy solo cuatro. “No todos los que trabajamos de esto somos propietarios, la mayorìa alquila el salón y son costos fijos que hay que sostener”, se lamenta.

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