Cartas de lectores VI: el negocio del fútbol

12 Agosto 2021

Muchos se sorprenderán de por qué Lionel Messi se fue del Barcelona. La razón por la cual el club catalán no lo pudo retener es por el dinero que él pedía, que los franceses del PSG podrán pagarle hasta 40 millones de euros por temporada con un contrato de dos años y una cláusula que le permite extenderlo más. Así como en su momento le hizo ganar mucho dinero al club español hoy el mismo lo mandó a las ruinas dado que la prensa argentina está detrás de todo ese movimiento que generó su salida, pero en realidad los números del Barcelona están preocupantes porque en su última etapa el club se endeudó demasiado por tenerlo en su formación; hoy ya no puede más. Me pregunto cómo se puede gastar tanto dinero en este jugador en un tiempo tan duro para la humanidad como es la pandemia del coronavirus que dejó miles de muertos y desempleados, fábricas fundidas a nivel mundial y deudas en países de tercer mundo para que el jeque qatarí Al-Khelaifi desembolse tanto dinero en el traspaso de un futbolista que para muchos es el mejor del mundo. Entonces ¿cuándo saldría el pase de Diego Maradona o de Pelé hoy en día? La camiseta del club se está vendiendo en Francia a casi 200 dólares americanos mientras que nuestro país llega a 10.000 pesos argentinos. Qué contradicción que un futbolista gane más que un premio Nobel o los médicos que crearon las vacunas contra la Covid-19. La conclusión que puedo sacar es que el fútbol es un negocio fabuloso de dinero donde el deporte quedó relegado al segundo puesto; mientras otros jugaban por la camiseta estos juegan por la plata. Muchos quisieron ver a Messi jugar por amor al club que lo vio nacer como fue Newell's, pero era imposible que el equipo argentino pudiera pagarle lo que gana en Europa; muchos, entre ellos yo, queríamos verlo jugar con la camiseta leprosa, pero eso será imposible, Messi jugó y juega siempre en Europa, por eso tampoco se identificó con nuestro fútbol, a diferencia de Maradona. Cada uno tendrá su postura en esto. Lo que sí, es como decía aquella película del año 1963 dirigida por Stanley Kramer, “El mundo está loco, loco, loco”, y cuánta razón tuvo.

Fernando Esteban Saade


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