Los jóvenes reclaman políticas de contención, más que discursos duros

Según los politólogos, el desafío que se les presenta a los referentes de las distintas coaliciones es que los jóvenes modifiquen su sensación de apatía y de bronca con medidas que les señalen un camino de esperanza.

La política intenta atravesar todas las franjas etarias. Sin embargo, la vieja forma de hacerla no puede todavía penetrar en una población que, en su mayoría, está desinteresada de la política porque sus dirigentes y sus candidatos no encuentran aún la manera más directa para canalizar sus inquietudes y sus reclamos. Los jóvenes sienten el doble impacto de un problema cada vez más agudo: la falta de oportunidades laborales y la inseguridad. Las estadísticas les dan la razón: el desempleo en jóvenes de hasta 29 años ronda el 25% (10 puntos más que la tasa general) en una provincia que, según algunas mediciones, está segunda en índices delictivos, dicen los consultores. A todo ello se suma otra sensación que es transversal a las franjas etarias: la apatía frente a la política. Como define la politóloga Alexandra Morales, directora de la consultora Meraki, hay un factor que preocupa a la dirigencia, que es la desafección hacia la política. Por esa razón, los candidatos y jefes de campaña intentan generar un vínculos con los jóvenes que, según dice Morales a LA GACETA, se evidencia en discursos radicalizados y polarizados que atraen, circunstancialmente, la atención de esa franja poblacional, pero que no marcan un camino hacia la participación real. La consultora explica que, en otros países, el protagonismo de la juventud estuvo marcado por la acción (España y Colombia por ejemplo) frente a líderes débiles o inexistentes.

Un reciente sondeo de Zuban, Córdoba y Asociados indica que las necesidades de los jóvenes son muchas y variadas. “Reclaman medidas sobre promoción del empleo de calidad, becas de estudio y acceso a la vivienda, políticas sociales, culturales, deportivas, educación sexual integral y, los reclamos sobre la defensa de los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBTQ+ y mayor acceso de jóvenes a la política está más presente en las mujeres”, enumera Gustavo Córdoba, director de la consultora. ¿Cómo puede desmitificarse la percepción general de que a l@s jóvenes no les interesa participar en política?, plantea el sondeo privado. Es que no los dejan, contesta el consultor. No obstante, valoran positivamente las políticas del Gobierno nacional en educación y trabajo, como becas progresar (79,5%), conectar igualdad (73,2), legalización del cannabis industrial para uso medicinal (70,8%), etc. El Gobierno nacional es aprobado por el 44,1% de l@s jóvenes, esto es un dato por encima de la media. El 52,9%, de este grupo etario de 16 a 30 años, considera que el gobierno de Alberto Fernández ha hecho más por l@s jóvenes, frente a un 31,2% de que la presidencia de Mauricio Macri hizo más por ell@s. Esto se refleja en la preferencia electoral: el 38,2% votaría a candidatos/as del Frente de Todos, mientras que el 23,2% a candidatos/as de Juntos por el Cambio y el 12,2% por libertarios. Este último partido también tiene un crecimiento importante respecto a la media, advierte la encuesta. “Será el desafío seguir aumentando el sentimiento de esperanza y reducir la bronca y la desilusión”, puntualizó Córdoba.

Universidades y redes sociales

La tendencia de apoyo a los planes oficiales destinado a los jóvenes también es percibido por Cristian Buttié, director de CB Consultora de Opinión Pública. “La tendencia es esa, pero si mirás las otras franjas etarias, podés darte que los mayores de 56% son más opositores a la gestión. El analista coincide con Morales en el sentido de que a los jóvenes no les interesa la ideología, sino el lenguaje que la dirigencia usa para llegar a ellos. “Las arengas como la de los libertarios recrea microclimas esporádicos, pero no tienen la fuerza de una política de territorio para la construcción de militancia, que va más allá de las redes sociales”, definió. Buttié señaló, además, que la pandemia ha golpeado el contacto directo que las distintas fuerzas han venido consolidando para llegar a los estratos más jóvenes de la sociedad. “En ese contexto, puede decirse que la izquierda se quedó sin esa unidad básica que, en términos figurados, representa las universidades (su ámbito de acción), como también que la derecha o los libertarios no pueden decir que su trabajo se focalice tan sólo al big data o a las redes sociales. Todos necesitan, indefectiblemente, de una política de territorio para atraer y para fidelizar a la juventud”, planteó.

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