Con el puente aéreo de Kabul suspendido durante nueve horas porque no quedaba sitio en la base aérea de Al-Udeid, en Qatar, para más refugiados, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha comparecido en las últimas horas en la Casa Blanca para transmitir la idea de que la operación sigue sin problemas, mientas su diplomacia convencía a otros aliados -en concreto a Alemania, según la agencia Reuters- de que les permitieran llevar a más refugiados a las bases que tienen en su territorio.
No obstante ese "sin problemas", el mandatario estadounidense reconoció que la retirada de Kabul es una de las "más grandes y más difíciles de la historia" y prometió movilizar todos los recursos necesarios para sacar a los norteamericanos y a los afganos aliados que buscan huir del nuevo régimen talibán. En un crudo reconocimiento de los riesgos que acompaña la evacuación, admitió que no puede garantizar cuál será el resultado final o que no habrá muertos.
La corresponsal de CNN en Kabul, Clarissa Ward, dijo, en contrapartida, que había pasado las últimas doce horas en el aeropuerto y no había visto despegar un solo avión de Estados Unidos. “¿Cómo van a evacuar 50.000 personas en las próximas dos semanas? Simplemente no puede ocurrir”, afirmó.
Empero, Biden volvió a repetir que asume toda la responsabilidad por la retirada, y trató de dar un toque personal al argumento cuando preguntó a los periodistas: "¿Quieren que envíen a sus hijos a que mueran en Afganistán como mandaron al mío a Irak?".Sin embargo, el diario español El Mundo rescató que al mandatario se le olvidó decir que él votó en el Senado a favor de la invasión de Irak, con lo que su hijo, Beau -en realidad- estaba en el conflicto gracias a una decisión que su padre había hecho posible.
Pese a que las críticas al manejo de la retirada de Estados Unidos de Afganistán llegaron incluso desde el otro lado del Atlántico (de los aliados europeos de Washington), Biden rechazó la idea de que la caótica salida sea un golpe para la credibilidad de su país, y destacó que ellos lideraron la coalición occidental que permaneció en Afganistán durante las últimas dos décadas.
En las últimas horas, los marinos estadounidenes enviaron personal de otras embajadas en la región al aeropuerto de Kabul para acelerar el procesamiento de visas especiales de los afganos aliados de Washington. Según Biden, él mantiene un canal de comunicación abierto con los talibanes para asegurar el traslado seguro de la gente.
Apenas unas horas antes del dicurso de Biden, Josep Borrell, el jefe diplimático de la Unión Europea, dijo en un mensaje al parlamento europeo que había habido una falla en la inteligencia para anticipar el rápido retorno de los talibanes al poder. "Permítanme hablar claro y sin rodeos: esto es una catástrofe", expresó.