En alerta ante el auge de las estafas telefónicas

31 Agosto 2021

La detención, el traslado y la indagatoria a 10 cordobeses acusados de haber realizado millonarias estafas telefónicas ha dado lugar a una alerta generalizada por parte de los funcionarios policiales y judiciales, que advierten sobre el auge de ciberdelitos difíciles de detectar y de combatir. “Estamos en presencia de una situación histórica. Estamos atacando a la nueva pandemia delictual que insume grandes recursos y nuevas formas de investigación. Es un delito que muta permanentemente en sus formas. Cuando empezamos a encontrar la forma de investigación, ya nos están cambiando las reglas de juego”, describió el auxiliar fiscal Gustavo Juárez Collado en la audiencia que se realizó desde la tarde del sábado y terminó a las 2 de la mañana del domingo. Esa audiencia, de características inéditas, mostró la complejidad de una situación a la que -como señaló el auxiliar fiscal- “hay que comenzar a darle tratamiento”.

En efecto, los informes previos a la pandemia -según detallaba la Asociación Argentina de Lucha contra el Crimen- daban cuenta de que en 2019 se habían registrado en el país 926 delitos cibernéticos, 200 más que en 2018. Entonces comenzaban a detectarse las diferentes modalidades: extorsión on line, fraude digital, “phishing” (envío de correos electrónicos fraudulentos para acceder a información personal) y comenzaron a hacerse conocidos términos como “vishing” (estafa a través de llamadas o mensajes de voz), “ramsomware” (un tipo de software que impide a los usuarios acceder a su sistema o a sus archivos personales) y “malware” (software diseñado para infiltrarse en un dispositivo) mientras se advertía del cuidado que se debía tener ante engaños telefónicos y pedidos de datos de tarjetas y de cuentas.

Pero la pandemia, al tiempo que aceleró las transacciones virtuales y el uso de la tecnología para evitar los contactos personales, hizo crecer también geométricamente estas maniobras. “Tucumán ha sido elegido como blanco para este tipo de delito que ha crecido casi 3.000 % en el último año. El caso amerita que se lo declare como asunto complejo”, dijo el auxiliar fiscal.

Las modalidades descriptas en la audiencia han causado asombro. Los estafadores, que conforman una organización muy sofisticada que opera con medios electrónicos de difícil rastreo, contrata personas comunes, necesitadas, denominadas “muleros bancarios”, que prestan sus nombres y cuentas para consumar las maniobras, a cambio de comisiones. Intervienen en operaciones de compraventa a través de redes sociales, sacan préstamos con cuentas ajenas, ofrecen préstamos “truchos” y vacían las cuentas de las víctimas, u ofrecen préstamos ficticios a jubilados y se quedan con sus cuentas. En la audiencia, los detenidos plantearon la complejidad de sus situaciones como “muleros bancarios” y también las víctimas reclamaron por la indefensión que tienen, la exposición de sus cuentas en manos de desconocidos.

Así las cosas, los funcionarios dan consejos a la comunidad para protegerse de este tipo de estafas. No dar números de cuentas a desconocidos, no compartir contraseñas, no utilizar terminales públicas, etcétera. Pero es importante ir más allá; que las autoridades públicas y también de empresas privadas capaciten a sus operadores y dispongan los medios tecnológicos adecuados para hacer frente a este delito, así como las cámaras legislativas y la Justicia deben encontrar caminos legales adecuados para castigar estas maniobras.

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