Qué pasará con la economía tras las PASO

El dólar, la inflación, la emisión monetaria, el desempleo y la pobreza, en la agenda que se viene.

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El ruido electoral se silencia. La vigilia de los precandidatos y de las fuerzas electorales que los proponen se concentra en lo que sucederá el domingo, cuando las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) definan quiénes seguirán en carrera hasta el 14 de noviembre, pero también cómo llegarán a ese turno electoral. El juego de contrapesos políticos marcará el ritmo de la gestión que se viene y, particularmente, del rumbo económico y la pericia que debe demostrar el Gobierno para sortear los problemas que no permiten a la Argentina una rápida recuperación. El país arrastra más de tres años de recesión y a ese escenario, en marzo del año pasado, se sumó la pandemia de covid-19 y la prolongada cuarentena que sumió a la actividad económica a una caída de casi 10% en 2020. Pasada la fiebre de las internas, la economía deberá seguir su rumbo con varias cuestiones estructurales que siguen pendientes de resolución. Un pantallazo de lo que nos espera en el período "posPASO".

Dólar. La especulación está latente. Independientemente del cepo cambiario, pequeños y grandes ahorristas intentan refugiarse en una moneda dura ante tanta incertidumbre política y, por ende, económica. Por eso no extraña que en cada turno electoral, el dólar pegue saltos en su cotización. Como sucedió ayer cuando el valor de la divisa estadounidense que se comercializa en el mercado informal (sin las restricciones de los U$S 200 mensuales) haya llegado a los $ 187, su máximo valor desde octubre del año pasado, cuando rozó los $ 195. Un dato de referencia: en lo que va del año, el "blue" ha subido $ 21 por unidad y la brecha cambiaria respecto del oficial está en el 82%. La tendencia alcista se profundizó desde el mes pasado, cuando arrancó la campaña de las PASO y, así, se alimentó la dolarización de los portafolios, y el cuidado de los pequeños ahorros. ¿Cuánto valdrá el dólar hasta fin de año? Esa es la pregunta que se realizan los inversores y que, en gran medida, dependerá del resultado de las elecciones.  El dólar oficial cerró ayer en $ 103,57 para la venta, sin tomar en cuenta la carga impositiva (30%) que se aplica para su atesoramiento  y que lo lleva a $ 170. Los analistas consultados por el Banco Central para el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) ajustaron este mes a la baja sus proyecciones mensuales del tipo de cambio nominal y prevén que alcance $ 105,75 por dólar (sin carga impositiva) en diciembre, contemplando que se ubique en $154,50 por dólar a fines de 2022. De todas maneras, hay que esperar la reacción del mercado a los resultados de las PASO para saber cómo se comportará el dólar hasta el próximo turno electoral, el del 14 de noviembre.

Inundación de pesos. El mercado de pesos empieza a encontrar ciertos techos frente a la emisión que ha dispuesto el Gobierno para financiarse. En lo que va del año ya se autorizó una expansión cercana a los $ 770.000 millones. La contracara de lo anterior es el aumento de los pasivos remunerados (una suerte de compromiso de emisión monetaria a futuro). La política monetaria expansiva que sostiene el gobierno, con tasas que continúan siendo negativas respecto de la inflación, genera que el aumento de los pasivos remunerados corra a una velocidad menor a la que lo haría con una política monetaria contractiva, advierte Invecq Consulting. Sin embargo, la expansión fiscal en un escenario de aumento de cobertura monetaria del déficit, sumado a una menor inflación en los próximos meses podría acelerar este indicador. Al momento, el total de pasivos remunerados medidos sobre la base monetaria alcanza un máximo de 142%. La clave en la diferencia es el cepo, que actúa como un contenedor que fuerza la demanda por pesos, puntualiza la consultora. Sin embargo, un contexto en el cual la demanda por los depositantes de plazos fijos (hoy 90% colocados en plazos de entre 30 y 45 días) baje, podría poner mayor presión sobre la brecha cambiaria en un momento menos favorable para el Banco Central. Asimismo, aún está pendiente de ejecución el adelanto que efectuó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, de nuevas emisiones con billetes que tendrán nuevamente imágenes de los próceres en su anverso. Se habla de sustitución de los papeles con animales autóctonos, pero también pesan las necesidades de financiamiento de la actual gestión.

Inflación. El próximo martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundirá el comportamiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante agosto. La menor depreciación del tipo de cambio oficial y las tarifas de los servicios públicos privatizados casi congeladas han marcado una desaceleración inflacionaria en los últimos dos meses. Las consultoras privadas coinciden en que la inflación será inferior al 3% promedio que se vino registrando durante la primera mitad de este año y que, de esa manera, el IPC terminará este año electoral en torno del 48%. "Cuando las anclas son forzadas (tipo de cambio y tarifas congeladas) y se acumulan atrasos, la dinámica termina pasando factura más temprano que tarde. En consecuencia, no solo tendremos una inflación mayor al 40% en 2021: también será así en 2022, vaticina Ecolatina.

Presupuesto. La próxima semana, el Poder Ejecutivo Nacional deberá elevar al Congreso el proyecto de Presupuesto para 2022. Los lineamientos generales de esa iniciativa (inflación, PBI y dólar) son aguardados por las provincias para, así, poder elaborar el cálculo de gastos y de ingresos para el año que viene en cada jurisdicción. La inversión de capital es fundamental para motorizar el crecimiento: la infraestructura física y de conectividad y telecomunicaciones ocupan un rol preponderante, tanto por el efecto multiplicador que generan sobre la economía como por su contribución al aumento en la productividad del sector privado, definió el Ministerio de Economía de la Nación, al presentar el avance del proyecto. "En 2022 el Gobierno Nacional continuará apostando a la inversión pública en infraestructura para consolidar la senda del crecimiento económico y fortalecer la competitividad de los sectores productivos", fundamentó.

Desempleo. El 23 de este mes se conocerán los indicadores del mercado de trabajo en la Argentina del segundo trimestre del año. Para el caso nacional, el índice de desempleo estuvo en el orden del 10%, mientras que en Tucumán terminó el primer trimestre en un 14,4%. La desocupación seguirá en los dos dígitos porque la recuperación del trabajo ha sido lenta. “El segmento de los asalariados fue el que más sufrió la pérdida de empleos por la concurrencia de la crisis sanitaria con la depresión económica derivada, con 1,2 millón, a 13 millones de personas, a fines de 2020", señala un informe del Instituto de Estudios Laborales y Sociales (Idelas).

Pobreza. El 30 de este mes, el Indec dará a conocer el nivel de pobreza y de indigencia del primer semestre de este año. Con una inflación del 3% mensual es muy difícil bajar la pobreza, advierte el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). El aumento de precios provocó que en los últimos tres años el ingreso real de los trabajadores informales caiga a razón de 1% por mes. Por eso, la remuneración de los informales (de asalariados sin descuentos jubilatorios y de cuentapropistas no profesionales que llegan a los cinco millones de casos en los principales aglomerados urbanos) actualmente es un 33% inferior al nivel que tenían cuando comenzó la crisis. Esta es la razón fundamental por la cual la pobreza en el primer trimestre de 2018 era de 26% y en 2021 es del 40%. La inflación opera como una poderosa “fabrica” de pobres porque socava el ingreso de los trabajadores informales, señala Idesa.

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