La volatilidad del mercado cambiario que estuvo acentuada por la incertidumbre sobre los resultados electorales, parece haberles dado una tregua a las dudas. Por caso, en los últimas dos jornadas el dólar “blue” frenó su escalada preelectoral y registró su primera baja en seis jornadas. En ese lapso había logrado llegar al máximo anual de $ 187,50 (el miércoles). Ayer, el precio de la moneda informal retrocedió y cerró con una baja de 50 centavos, en los $ 186,50.
Estas variaciones acotadas se venían dando en sintonía con la calma de los dólares financieros, debido a la intervención del Banco Central mediante restricciones a la demanda y compraventa de bonos en la Bolsa.
Ayer, el Central terminó con saldo positivo por primera vez en dos semanas, al adquirir U$S 7,5 millones, luego de vender más de U$S 500 millones en el mes, debido a la gran demanda, por una previsible desaceleración en el ingreso de divisas, producto de factores estacionales (hay menos exportaciones de granos).
En lo que va de este año, el “blue” muestra una suba de $ 20,50 (12,3%). Después de tocar un mínimo de $ 139 a principios de abril, aumentó $ 9 ese mes (6,4%), $ 7 (4,7%) en mayo, $ 11 (7%) en junio, y $ 12,50 (+7,4%) en julio. En agosto había registrado su menor suba mensual desde marzo al trepar $ 1 (0,6%). El 23 de octubre de 2020 la cotización se disparó hasta los $ 195.
Estos vaivenes del “blue” y el de los dólares regulados por el Banco Central, incidieron en parte en la inflación, situación donde puso el foco el Gobierno en procura de evitar que se dispare el índice de precios al consumidor.
La compulsa
Y ligados a estos acontecimientos financieros, la política aporta a la especulación cuando la gestión del presidente, Alberto Fernández, se enfrenta a la compulsa electoral, por primera vez. Esta elección en todo el país es atípica en cuanto las valoraciones, ya que se produce en un escenario de pandemia que sumergió a la Argentina en una profunda crisis económica y social.
Hace unas horas, el ministro de Economía declaró que la política cambiaria no se alterará y de esa manera deja entrever que se mantiene también el rumbo de su programa económico.
Algunos analistas económicos especulan con que después de las PASO el dólar se disparará y llegaría a cotizar a fin de año arriba de los $ 190, y que la inflación llegaría al 48%.
Otros condicionan “un ajuste” a un revés electoral del partido gobernante, mientras que un remanente de especialistas vaticina que el incremento será paulatino, gradual y se “ameseterá” hacia diciembre. Así, descartan que después de las elecciones de noviembre ocurra un “cimbronazo”.
Si bien el dólar es el refugio preferido de los ahorristas a la hora de decidir sus inversiones, también es cierto que la cuarentena les dio la posibilidad de analizar otras alternativas para esa inversión y darle pelea a la inflación y a la inestabilidad políticosocial.
Pero está claro que al margen de las PASO, en este contexto “volátil” los mercados especulativos siempre encuentran nuevas excusas para “hacer disparar” las fluctuaciones de los valores de dólares y papeles negociables. Por ejemplo, si no se acuerda como anuncian las negociaciones con el FMI, o “caiga” en crisis financiera un país vecino y esa crisis “nos roce” como lo hicieron los efectos “arroz” y “caipirinha”.