Manzur no viajó y avivó el rumor de la no asunción

La incertidumbre reina entre los manzuristas, están lo que creen que asumirá y los que dicen que no lo hará si Jaldo no desiste de sucederlo.

Si va a asumir. No va asumir.

El gobernador, Juan Manzur, se mantuvo en un llamativo y expectante silencio ayer. Permaneció en su domicilio y no viajó a Buenos Aires por la tarde como se había deslizado desde el propio Gobierno; lo que despertó la atención y desató especulaciones. Especialmente después que el sábado, en una cena, el propio mandatario comunicara que se iba a Buenos Aires a asumir como jefe de Gabinete, desconcertando y apesadumbrando a las huestes oficialistas que lo quieren en Tucumán. Esa conducta de no abandonar ayer la provincia alimentó las versiones que iban de un lado al otro: que sí, que no, que se queda, que se va.

La intención era aguardar que las presiones de funcionarios nacionales sobre el vicegobernador, Osvaldo Jaldo -incluyendo una llamada del propio presidente, Alberto Fernández- tuvieran éxito y lo hicieran desistir de sucederlo. Sería el renunciamiento político que necesitaría para trasladarse tranquilo a jurar como nuevo miembro del gabinete nacional.

También se refirió que hubo referentes nacionales que hablaron al tranqueño en nombre de la vicepresidenta, Cristina Fernández, pero sin éxito, por lo menos hasta anoche.

“No se va a ir hasta que no esté resuelto lo de Jaldo”, confió un manzurista pasadas las 22, a lo que añadía que hasta existía la seria posibilidad de que no asumiera hoy a las 16 en el cargo. O sea, no que rechace incorporarse al plantel de colaboradores principales de Alberto Fernández, sino que podría postergarse la asunción prevista para esta tarde. Una usina de rumores y especulaciones.

Aquello, empero, también suena extraño debido a que en el Gobierno nacional se anunció para hoy la asunción de los nuevos funcionarios, incluyendo al tucumano. Es más, en Buenos Aires desde ayer se encuentran varios dirigentes manzuristas de la provincia para acompañar al titular del Poder Ejecutivo en su nueva etapa política.

Sin embargo, como deslizó y reconoció otro manzurista, hasta en ellos hay cierta “incertidumbre” y “expectativa” respecto del desenlace de la crisis política provincial, porque si bien entienden la irreductible postura del gobernador, también observan que a raíz de las urgencias del Gobierno nacional esta situación no puede extenderse en demasía. Si ya le dijo que sí a Alberto y, sobre todo, sí a la vicepresidenta de la Nación, volverse atrás se presenta casi como un imposible.

Es que si el Presidente anunció a los nuevos integrantes del gabinete, con la bendición especial de Cristina sobre Manzur, el tucumano no puede generar una nueva minicrisis en el poder central, que está tratando de acomodarse tras el fracaso del 12 de septiembre para encarar un nuevo tiempo político y electoral de cara a los comicios del 14 de noviembre.

En este escenario, entonces, el gobernador también soporta su propio dilema personal, aunque por los gestos de ayer, demuestra que está dispuesto a tensar la situación al extremo.

De hecho, por la tarde, como para justificar esta apreciación de que no quiere moverse del pago hasta que no sean satisfechas sus demandas, desde la casa de Gobierno se anunció una agenda de Manzur para esta mañana: una forma de exponer que quiere estirar la cuerda al máximo, aguardando que las gestiones nacionales resulten según la exigencia que hizo para asumir en el gabinete: que le resuelvan la sucesión. Algo así como avisar que el problema hoy por hoy es de ellos.

El sábado en su casa, Manzur se reunió con varios dirigentes del espacio, tras regresar a última hora desde La Rioja, donde compartió una jornada de trabajo con el Presidente.

Muchos llegaron incómodos y desconcertados frente a la nueva realidad: la de tener que ser gestionados por Jaldo, justo a quien se esforzaron para ganarle en las PASO. El concepto “incomprensible” sobrevoló en el aire.

Muchos de los comensales estaban desorientados, porque sentían que el gobernador se estaba yendo y que los abandonaba a su suerte, en manos de Jaldo, apostando a un nuevo proyecto personal.

Esa noche, Manzur comunicó que el legislador Sergio Mansilla iba a ser ungido como su sucesor en la provincia, lo que más allá de expresar su confianza al dirigente de Aguilares, implicaba que estaba convencido que el Gobierno nacional le iba a sacar del medio al vicegobernador.

Hasta anoche, a última hora, eso no había sucedido; por el contrario, Jaldo se mantenía firme en su decisión de reemplazar al jefe del Ejecutivo, tal como lo fija la Constitución, y de no abandonar la provincia por un cargo nacional por presiones del poder central. “Su postura es irreductible”, confió una tercera voz manzurista, que no vislumbraba una salida a la crisis política del oficialismo. Hoy, según la agenda nacional, Manzur debe asumir a las 16.

A la espera de la jura. Gabriel Yedlin acompañará al gobernador

El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, viajó ayer a Buenos Aires para asistir a la asunción de Juan Manzur como nuevo jefe de Gabinete del presidente, Alberto Fernández. “Me pidió que lo acompañe”, dijo. Indicó que participó de la cena del sábado del gobernador con los dirigentes del espacio y que luego se trasladó. Hoy mantendrá un encuentro con su par nacional, Juan Zabaleta. “Será una reunión para ordenar una agenda conjunta, tenemos cosas pendientes que nos quedaron por hacer, y queremos contarle sobre las necesidades de Tucumán; de manera que fluya mejor la relación”, mencionó.

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