Una tregua para calmar ánimos y no llevar un conflicto irresuelto a la Nación

Jaldo soportó la embestida y sucederá a Manzur.

Una tregua para calmar ánimos y no llevar un conflicto irresuelto a la Nación COMUNICACIÓN PÚBLICA TUCUMÁN

Finalmente parece que primó la madurez política en el oficialismo tucumano; aunque también se podría decir que se respetó la Constitución. El pacto que sellaron el gobernador, Juan Manzur, y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, por el momento tiene una primera finalidad: no llegar con el conflicto institucional de Tucumán irresuelto al plano nacional; el mandatario no podía cargar con esa mochila en los hombros al asumir como jefe de Gabinete. 

Aunque no le debe agradar la forma en que concluyó este primer round, no podía seguir presionando a las autoridades nacionales para que le resuelvan “la cuestión Jaldo”. Había que ponerle un punto final, sea el cual sea. Tal vez hubo llamadas desde Buenos Aires para él también. Por otra parte, la foto de ambos, juntos, también era necesaria para apaciguar los ánimos de ambos bandos, manzuristas y jaldistas. 

Será difícil la tregua por más que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, ya que hace una semana atrás se estaban lanzando misiles, agrietando al PJ, al Frente de Todos y al Gobierno. Eso se intentó frenar, impedir que se siga ahondando la diferencia con una imagen conversando entre ellos; la reunión viene a tratar de distender ese clima politico-belicista en la provincia en el justicialismo y a mostrar que un primer objetivo de la fuerza será garantizar, unidos, el triunfo del oficialismo en los comicios del 14 de noviembre.

Habrá muchos incómodos, especialmente del lado del manzurismo, con este final que no creían porque deberán someterse a quien estaban enfrentando hace pocos días. No faltó quien dijera hasta hace minutos que el vicegobernador no podía gobernarlos; será difícil de digerir para este grupo más extremista en la interna. Pero comienza otra etapa en el oficialismo, con dificultades; donde se podrá decir con certeza que en este desenlace salió fortalecido el vicegobernador frente a las pretensiones de Manzur de desplazarlo de la línea de sucesión. 

Jaldo aguantó todos los embates, hasta del presidente, Alberto Fernández, sabiendo que si lo sacaban del medio su historia política se cerraba hoy. Podrá seguir escribiendo unas páginas más por lo menos y seguir soñando con ser gobernador definitivo -no interino- en 2023. Igualmente Manzur podrá soñar desde el plano nacional, donde tiene mucho para ganar si es que los resultados de los comicios que vienen favorecen al Frente de Todos. Se firmó una tregua en el peronismo para llevar tranquilidad institucional a la provincia, deberá verse si las diferencias personales llevan calma al plano político del PJ.

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