“Tucumán se incorporó a la ola nacional, se dijo basta”

Alfaro celebró en la sede municipal la elección de la coalición y luego caminó hasta el búnker de Sánchez derramando lágrimas.

EN ANDAS. Alfaro arenga a sus seguidores en la Municipalidad. EN ANDAS. Alfaro arenga a sus seguidores en la Municipalidad. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

En la Municipalidad de San Miguel de Tucumán se instaló el búnker de Juntos por el Cambio (JxC), con el intendente Germán Alfaro a la cabeza. El lugar estaba tranquilo, la gente llegaba de a poco y se separaba en grupos de cinco personas. Pasaron las 21 y aún no había resultados oficiales. Cerca de las 21.15 se publicaron las cifras: JxC perdió por dos puntos, lo que se interpretó -en realidad- como una gran victoria.

Los números se fueron difundiendo de boca en boca, como un rumor, y explotó un repentino clima de fiesta en la Municipalidad. Los asistentes no ocultaban los gestos de alegría. Alfaro había superado el 39% de los votos y, por fin, se mostró ante sus correligionarios, que lo recibieron como a un rockstar.

“Quiero felicitarlos a todos los que me creyeron y acompañaron. Hay un proceso que ya está agotado, que ha terminado. No todo dura para siempre. A partir de ahora iniciamos otra etapa en Tucumán y en el país. Los tucumanos nos hemos incorporado a la ola nacional, dijimos basta al atropello, queremos instituciones de calidad, una democracia en la que los poderes se respeten. Basta de Cristina, basta de vivir en la pobreza, basta de Manzur”, decía el candidato electo senador cuando una lluvia de aplausos lo interrumpió.

Las primeras declaraciones fueron a la prensa en una sala llena de periodistas y fotógrafos. Minutos después salió, bajó las escaleras y fue hasta el escenario que armaron en el hall central. A cada paso que daba era detenido por un seguidor que le pedía una foto. Los flashes iluminaban su rostro. La imagen podía traducirse como un orgulloso “lo logré”.

Subido en los hombros de un adherente se dirigió a todos e insistió: “Tucumán se ha incorporado verdaderamente a lo que quieren los argentinos, a la ola nacional”.

Más tarde subió a una sala en la que sólo se permitía la entrada a dirigentes y personas cercanas al intendente. Durante media hora prestó su sonrisa para cada foto que se le proponía.

Dentro de la Municipalidad siempre estuvo acompañado de su esposa y compañera de fórmula, la diputada Beatriz Ávila. Se separaron al salir del edificio, cuando Alfaro decidió ir caminando por las calles de la capital hasta el hotel Carlos V, donde estaba Roberto Sánchez (diputado nacional electo), el otro líder de JxC que tomó los resultados de las elecciones como una victoria.

El intendente fue acompañado durante el camino por una caravana de personas que festejaban la victoria con cantos de cancha. “¡Y ya lo ve! ¡Y ya lo ve! Es para (Osvaldo) Jaldo que lo mira por TV”, fue una de las canciones que entonaban.

“Jefe, ¿una foto con la familia?”, le preguntó una mujer y el intendente accedió. “¡Felicidades, jefe!”, le había dicho otra mujer minutos antes. Alfaro, emocionado, debía secarse las lágrimas con un pañuelo que guardaba con cuidado.

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