Una discusión a la salida de una fiesta pudo haber terminado en una tragedia, este fin de semana, en San Pablo. Un joven fue atacado a golpes por un grupo, que lo dejó inconsciente y con lesiones en la cara que casi le cuestan un ojo.
Todo ocurrió en la mañana del domingo, en una casa que había sido alquilada para un after, al que habían asistido amigos y compañeros después de una cena de egresados en Yerba Buena.
En un momento de la mañana, un joven fue increpado por un grupo de adolescentes. Fue en ese momento que Oscar Colombres intentó mediar, ya que todos eran conocidos suyos. Sin embargo, uno de los jóvenes le pegó una trompada y cuando cayó al piso, según testigos, al menos tres le dieron patadas en la cara.
Colombres, tiene 19 años y juega en Tucumán Rugby, por lo que identificó a cada uno de los agresores, quienes forman parte de las divisiones juveniles de Universitario.
"No entiende qué pasó. Son conocidos. Incluso al día siguiente le mandaron mensajes diciéndole 'yo no fui'", le comentó a LA GACETA Sonia Ramasco Padilla, mamá de Colombres.
El joven atacado sufrió fracturas en la nariz y en el piso de órbita, lesión que en un primer momento pudo ocasionarle la pérdida del ojo.
"Cada vez que sale siento que puede no volver. Por una patada, mi hijo pudo haber sido Báez Sosa", se lamentó con la voz quebrada la mamá de Oscar, recordando el trágico ataque que le costó la vida al adolescente, de 18 años, en Villa Gesell, en enero de 2020.
La familia de Colombres iniciará acciones penales y civiles en contra del grupo de adolescentes que atacó a su hijo. "Cuando alguien está inconsciente en el piso y le siguen pegando, es tentativa de homicidio", reclamó la mamá de "Cuchu", que luego de una serie de estudios se recupera en su casa.
Colombres es estudiante de Agronomía y este lunes iba a empezar a trabajar. Sin embargo, debido a su estado de salud, no lo pudo hacer. "Por suerte lo tengo vivo", encontró consuelo Ramasco Padilla, después de horas de angustia y desesperación.