Esta semana, la Unión Europea acordó nuevas sanciones contra Rusia y su aliado Bielorrusia, que incluyen en la lista negra a otros 14 multimillonarios rusos y congelan las relaciones con el banco central de Bielorrusia y tres importantes bancos de ese país. Uno de los países que cierra sus puertas a estos empresarios es Gran Bretaña.
El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró que ya no puede haber refugios seguros para aquellos que apoyan la “feroz agresión” de Rusia a Ucrania. Pero lo cierto es que los oligarcas con vínculos con Moscú llevan décadas conquistando Londres, con fortunas de dudosa procedencia. El fenómeno, visible en las mansiones y en los yates, en las fiestas y en los autos lujosos, ha llevado a que algunos hayan rebautizado a la capital británica como “Londongrado”,
Gracias a las “visas doradas” se instalaron en la capital británica, una de las sedes financieras más poderosas del mundo, varios de estos millonarios rusos, a los que en su país llaman “oligarcas”, surgidos tras la caída de la Unión Soviética.
El polémico programa, puesto en marcha en el año 2008 por el entonces Gobierno laborista, tenía la finalidad de atraer inversiones extranjeras y confería los papeles para vivir legalmente en el Reino Unido, tanto a los extranjeros como a sus familiares. A cambio, estos debían invertir por lo menos 2 millones de libras (2,4 millones de euros) en bienes, acciones en empresas o en bonos de la deuda británica.
Se calcula que, desde entonces, 815 rusos se hicieron con una residencia en la capital británica, según reveló Transparencia Internacional en un informe publicado en 2018. En este documento, criticó duramente el plan, por considerar que facilita el blanqueo de capitales e incentiva la corrupción. De hecho, se sospecha que muchos de los “inversionistas”, ahora residentes británicos, amasaron sus fortunas de manera ilícita o mediante negocios turbios con el Kremlin.
Quiénes son los “oligarcas” sancionados
Reino Unido congeló fondos y propiedades de cinco bancos y tres millonarios rusos. Las instituciones no podrán hacer negocios con bancos y empresas británicas. Además, no podrán disponer de su dinero y perderán sus visas para ingresar al país.
Uno de los más famosos es Roman Abramovich, dueño del equipo de fútbol Chelsea FC. Tiene una fortuna estimada en US$ 9.400 millones y posee el tercer yate más grande del mundo.
Mikhal Fridman es uno de los 15 hombres más ricos de Rusia y residente de “Londongrado”. Es el cofundador del banco Alfa Bank, la institución privada más grande del país euroasiático. Fridman posee una mansión valorada en 70 millones de euros en el exclusivo barrio de Highgate.
El magnate del acero Alisher Usmanov, cuya fortuna se calcula en US$ 17.600 millones, según la revista Forbes, es otro de los sancionados por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. Dirige USM Holdings, un gran conglomerado que involucra minería y telecomunicaciones. Tiene mansiones en Londres, un megayate e intereses en los clubes de fútbol Arsenal y Everton. Además de apoyar la anexión de Crimea, está acusado de atacar la libertad de expresión en Rusia.
Igor Sechin, sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea, es uno de los más cercanos consejeros y amigo de Putin. En Rusia le dicen Darth Vader, por la forma despiadada en que trata a sus oponentes. Trabajó para el gobierno ruso y ahora dirige la enorme petrolera estatal Rosneft. No se sabe a cuánto asciende su fortuna.
Pyotr Aven, al igual que Fridman, pertenece al grupo más cercano a Putin. Ambos son fundadores de Alfa-Bank, el banco privado más grande de Rusia. Aven tiene una fortuna estimada en US$ 4.800 millones, mientras la de Fridman puede llegar a los US$12.600 millones.
Otros sancionados son Oleg Deripaska, empresario del sector energético -con una fortuna estimada en US$3.000 millones- y Alexey Miller, director de la empresa estatal de gas Gazprom, de quien no se tiene una estimación de su fortuna.