Tomados a tiempo, el 90% de los tumores de colon se pueden curar

Jornada mundial de concientización sobre un cáncer prevenible, pero que sigue causando muchas muertes. Un test sencillo salva vidas.

FÁCIL DE EVITAR. Las frutas y los vegetales son los aliados en la lucha contra los tumores que afectan el colon. FÁCIL DE EVITAR. Las frutas y los vegetales son los aliados en la lucha contra los tumores que afectan el colon.

Adivinanza: es fácil, rápido, indoloro (ni siquiera toma contacto con tu cuerpo) y te puede salvar la vida; es la primera herramienta para saber con tiempo si corrés riesgo de desarrollar un tumor... ¿Qué es?

Estamos hablando del test de sangre oculta en materia fecal, y sí, te salva la vida, porque el cáncer de colon (llamado también colorrectal) es uno de los dos que son más fácilmente prevenibles (el otro es el de cuello de útero).

“En más del 80-90% de los casos, el cáncer colorrectal (CRR) tiene una lesión precursora, el pólipo adenomatoso o adenoma, que puede crecer lentamente y transformarse en un cáncer si no se detecta y extirpa a tiempo”, destaca la guía del Instituto Nacional del Cáncer (INC) para prevención y detección temprana del CCR.

“Esas lesiones que pueden generar el cáncer de colon y/o de recto pueden detectarse y tratarse mucho antes de que se vuelvan malignas”, destaca el tucumano Juan José Zarbá, jefe del Servicio de Oncología del hospital Néstor Kirchner, y describe de qué se trata la prueba, que está disponible en todas las unidades del sistema de salud: con un “cepillito” (que luego se coloca en un tubo y se lleva de regreso al CAPS, o al hospital), que cada persona toma la muestra (por eso se denomina prueba de autotoma) directamente de sus deposiciones fecales.

Sólo si el laboratorio detecta sangre en la materia fecal, se hace una colonoscopia (la prueba “clásica”), pero hay que saber que el hecho de que dé positivo -es decir, que se encuentre sangre- no implica necesariamente que haya cáncer.

“La colonoscopia no sólo sirve para diagnóstico; si se llega a encontrar un pólipo, se lo saca en ese mismo acto”, explica Zarbá, y agrega que si se detecta que ya eran malignos, la posibilidad de curación puede ser más del 90%.

La desinformación pesa

Sin embargo, en la Argentina, el colorrectal es el segundo tipo de cáncer más frecuente (12,1% de los casos), después del cáncer de mama (16,8%); también es el segundo como causa de muerte.

Y según una encuesta de hace unos años, realizado por la consultora Opinaia (los resultados coinciden con la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación), el 60% de los entrevistados no conoce los estudios que deben realizarse.

Y al ser consultados sobre las principales barreras para la consulta temprana, los participantes de la encuesta esgrimieron, como principal razón, el desconocimiento sobre la enfermedad (55%), seguido por la vergüenza y el miedo (35% y 32%, respectivamente).

Por todo esto, y para lograr fundamentalmente que la población comprenda la importancia de la prevención (pero también aprenda sobre síntomas, métodos de diagnóstico y tratamientos), cada 31 de marzo se conmemora el Día Mundial de Concientización sobre Cáncer Colorrectal. Así que pongámonos manos a la obra...

Causas y diagnóstico

“El desarrollo del CCR se produce como consecuencia de una compleja interacción de factores hereditarios, y de otros denominados ambientales, que se relacionan con la alimentación y el estilo de vida”, se describe desde el INC.

En general, la enfermedad comienza en el intestino grueso (colon), la parte final del tubo digestivo, y suele afectar a adultos mayores de 50 años, pero puede ocurrir antes. Al respecto, la guía del INC advierte que, a partir de los 50 y hasta los 75 años, es necesario que todas las personas, aunque no tengan síntomas, se efectúen chequeos regulares (quienes tengan antecedentes personales o familiares deben comenzar con los estudios preventivos antes).

Remarca también que, en el 75% de los casos, el CCR aparece en personas sin antecedentes personales ni familiares.

“Los estudios recomendados actualmente, con el objetivo de hacer screening o tamizaje son, además del test de sangre oculta en materia fecal (una vez por año), la endoscopia (cada cinco años) y la colonoscopia (cada 10 años), siempre y cuando vaya todo normal”, detalla Carlos Silva, médico especialista en oncología y coordinador del Área Psicosocial de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec).

Silva destaca también que es fundamental que quienes tengan antecedentes familiares, padezcan irritación del colon o alguna otra afección genética con tendencia a la formación de pólipos colorrectales, lo comenten con un profesional médico especializado. “De esa forma, se realizará el seguimiento correspondiente y se podrá definir la periodicidad de los controles”, agrega.

Tratamientos

Si al final la biopsia da positivo, todavía queda mucho bueno por hacer. “Cuanto más pequeño sea el tumor, las opciones de realizar tratamientos menos invasivos serán más factibles”, resalta Silva, y agrega: “si el tumor se detecta en forma temprana, el tratamiento por excelencia es la cirugía. Además, en algunos casos, según el grado de compromiso -la extensión del tumor, o si compromete los ganglios o no-, se agregará algún tratamiento, como quimioterapia, o radioterapia en el cáncer de recto”.

“En cambio, si está más avanzado, el tratamiento predominante -no excluyente- es la quimioterapia; también es posible inmunoterapia en un pequeño número de pacientes, combinado a veces con la cirugía”, agrega.

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