Rechazó una condena condicional y seguirá preso

Las partes buscaban por segunda vez cerrar el proceso mediante una salida alternativa, pero el imputado no aceptó la acusación del fiscal

“YO NUNCA DISPARÉ”. Ya sea por convicción o por confusión, el imputado Víctor Ángel Casazola negó el hecho y derribó el juicio abreviado.  “YO NUNCA DISPARÉ”. Ya sea por convicción o por confusión, el imputado Víctor Ángel Casazola negó el hecho y derribó el juicio abreviado.

Cuando parecía que el caso podía cerrarse a través de un juicio abreviado, el propio acusado, Víctor Ángel Casazola, sorprendió a todos al negar la acusación en su contra, más allá de que según su defensora, días atrás había mostrado conformidad a aceptar los delitos que se le atribuían. El acuerdo preveía que Casazola reconociera que protagonizó dos violentos hechos y así pudiera acceder a una pena de tres años de prisión condicional por el delito de abuso de armas.

El sistema del juicio abreviado consiste en que un imputado reconozca su total participación en el hecho denunciado (no puede aceptar de forma parcial) y, de esa manera, acceda a una condena más leve a la que -hipotéticamente- podría recibir si el caso llegara a juicio oral, donde un tribunal juzgaría al procesado y evaluaría todas las pruebas recabadas durante la investigación. Lo llamativo de la situación de Casazola es que esta era la segunda ocasión en la que las partes intentaban arribar al acuerdo. En la primera una jueza se opuso al convenio por considerar que estaban ante un delito más grave.

La denuncia

El miércoles el auxiliar Gustavo Benjamín Zavalía, de la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas (a cargo de Pedro Gallo), detalló la acusación ante el juez Gonzalo Ortega.

Según la investigación, el 27 de marzo a las 16, cuando Rodrigo Exequiel Vallejo iba en moto por calle San Martín hacia avenida Aconquija, en Yerba Buena, tres motociclistas se le aproximaron. Uno de ellos era Casazola, quien amenazó de muerte a Vallejo. La víctima aceleró para escapar y él sería quien le habría disparado, sin acertarle. Vallejo ingresó a la guardia de un country de la zona donde los porteros lo auxiliaron y donde Casazola habría disparado por segunda vez hacia la víctima, fallando de nuevo, y huyó.

Hubo un segundo hecho el 29 de marzo a las 19, cuando Vallejo estaba con su hija y su sobrino (de 6 y 4 años) en la vereda de su casa. Según relató el auxiliar Zavalía, en ese momento apareció Casazola con un cómplice a bordo de una moto. “¡Justito te vengo a encontrar!”, habría dicho Casazola antes de bajar del vehículo y disparar dos veces contra la víctima. Nuevamente falló. Minutos después la Policía detuvo al imputado a pocas cuadras de la casa de la víctima. Se explicó también que la enemistad vendría porque los Vallejo habrían reducido a un familiar del acusado tras un robo, hecho que derivó en una pelea en la vía pública y que permitió que la Policía detuviera al presunto ladrón.

Zavalía le explicó al juez Ortega que semanas atrás habían acordado con la defensora Romina Campero una condena condicional de tres años para Casazola por el delito de abuso de armas. La jueza Soledad Hernández, que intervino en esa audiencia, rechazó los términos por considerar que el primer hecho habría sido una tentativa de homicidio, cuya expectativa de pena es mayor, y de cumplimiento efectivo.

Esa decisión judicial fue impugnada y en una segunda audiencia el juez Facundo Maggio entendió que no se acreditaba una tentativa de homicidio y que el tema debía volver a tratarse.

En la tercera audiencia (ante Ortega) el auxiliar explicó: “no tenemos pruebas para sostener una tentativa de homicidio. Eso se lo explicamos a la víctima y lo entendió. Los disparos no pegaron en la víctima, ni en su vehículo y la ley nos dice que solo el poder del elemento usado (el arma) no es suficiente para acreditar un dolo homicida”.

El juez Ortega le dio la palabra a la defensora Campero, quien avaló los términos. “Es claro que estamos ante una conducta reprochable, pero es por un abuso de armas”, sintetizó, y pidió que, de aceptarse el convenio, se ordenase la libertad inmediata.

“Yo no disparé”

Sólo quedaba escuchar al imputado. El juez le consultó si aceptaba todo lo que le había endilgado el fiscal. Ya sea por convicción o por confusión, Casazola derribó el acuerdo. “Supuestamente soy el culpable, pero hasta el propio portero del country dice que yo no hice ningún disparo. Me hicieron un test de parafina y me dio negativo”, declaró. “Me quieren involucrar a mí en esto. Que tuvimos problemas es cierto, pero yo no hice disparos”, aseguró.

La defensora aclaró que Casazola estaba al tanto de los puntos del convenio, y pidió un cuarto intermedio para hablar con él. Al volver a la audiencia Casazola añadió: “Perdón, estoy nervioso. Bueno, me hago cargo de los hechos”.

Tras escuchar al imputado, el juez argumentó: “Casazola entiende que no cometió los hechos, en ese caso deberá llevar su postura a juicio oral para debatir eso. Esto es motivo suficiente para que rechace este acuerdo abreviado”. El magistrado remarcó que la intención de los abreviados es llegar a la verdad, es decir que los imputados admitan los hechos que verdaderamente cometieron, tal y como fueron, y no que acepten una acusación “solo para terminar el proceso y volver a casa”.

Ante ese panorama, la Fiscalía pidió prorrogar la prisión preventiva del acusado por 30 días para preparar una elevación a juicio. Ortega aclaró que, sin perjuicio de su decisión, las partes tienen la posibilidad de rever el caso y presentar un nuevo acuerdo abreviado ante otro juez.

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