04 Junio 2022
Lois Walker, una británica de 37 años, dio a luz a su hijo por cesárea y, durante la operación, los médicos le detectaron un cáncer terminal en etapa avanzada en sus ovarios, ganglios linfáticos y parte del abdomen.
Su historia se remonta a junio de 2020, cuando Lois comenzó con fuerte dolor estomacal. Según el medio South West News Service, los especialistas del Dove Valley Practice y Barnsley Hospital le recetaron medicamentos para tratar la ansiedad, que evite los productos lácteos y le dijeron que podría padecer el síndrome del intestino irritable.
Lois Walker durante la cesárea de su hijo.
Ante los mismos síntomas, cuando asistió a su médico de cabecera, este le ofreció medicamentos para tratar una supuesta “hipocondría”. “Luego, me dijeron que podría ser ansiedad por la salud, así que me recetaron citalopram”, dijo Lois.
Incluso, ella consultó si podía ser cáncer, ya que había sufrido la misma enfermedad en la piel, pero su médico le respondió que estaba “envejeciendo” y que su cuerpo “ya no funcionaba bien”.
Todo este panorama empeoró en diciembre del 2020, cuando conoció que estaba embarazada. Esto hizo que los dolores aumenten, al punto de no poder caminar, ni comer. “El médico dijo que pesaba lo mismo que hace 12 meses y ya tenía nueve meses de embarazo. No entiendo cómo eso no les pareció una alarma”, afirmó.
A raíz del no accionar de los médicos, Lois decidió decirles que se suicidaría si no la tomaban en serio. “La gota que colmó el vaso fue cuando involucraron al equipo de salud mental porque había amenazado con terminar la vida de ambos”, expresó.
En septiembre de 2021, durante el parto de su tercer hijo, su médico encontró una masa detrás de su útero lo que lo obligó a programar el parto para el día siguiente. Al finalizar la operación, su médico le dijo: “¿No dijiste que no te habías hecho una cirugía abdominal?”. “Y repito, no me la hice”, respondió Lois.
En ese mismo instante, los médicos le explicaron que la enfermedad había avanzado tanto que debían enviar algunas biopsias de su abdomen y esperar. “El médico me agarró la mano, lloró, y dijo que me había defraudado”, relató.
Hoy en día, el cáncer que sufre Lois está en etapa 4, ramificándose por todo su cuerpo, llegando a afectar el funcionamiento de sus intestinos, el estómago y el hígado.
“Siento que podría haberse detectado antes para no tener este diagnóstico tardío y dejar a mis tres hijos. Fue diabólico lo que hicieron los médicos, se suponen que deben brindarnos atención”, señaló.
Con el objetivo de que no sucedan situaciones como la de Lois, su familia decidió realizar una recaudación de fondos en línea para beneficiar a Cancer Research UK, por lo cual recibieron más de 10.000 dólares en donaciones.
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