Por Carlos Leonardo Oardi y Mariana Apud 19 Junio 2022
EN ESTADOS UNIDOS. Un Messi abatido pasa a la par de la Copa América que no pudo levanta en 2016 en Nueva Jersey.
Según la Real Academia Española, la frustración está definida como la acción y efecto de frustrar. Eso es, también determinado por la RAE, malograr un intento. La escena de Luis Advíncula, primero errando un penal vistiendo la camiseta de Perú en un partido decisivo y luego la secuencia, estando de rodillas, desvaneciéndose en el césped sumido en el más sentido de los llantos, califica como ejemplo de frustración.
Por ser jugador de Boca e integrante de una selección sudamericana, dirigida por un argentino (Ricardo Gareca), la imagen conmovió más por estas latitudes. La reacción del peruano ante el suceso no quedó sólo en el césped del estadio qatarí donde se disputó el repechaje ante Australia, que se llevó el boleto mundialista. Siguió después con la renuncia del jugador a la selección de su país.
“Soy el único responsable”, asumió toda la culpa el lateral en su cuenta de Instagram, que estuvo apenas unos minutos en la red social. No hubo pronunciamiento público de Advíncula confirmando o no ese mensaje. La reacción del peruano hizo recordar la renuncia de Lionel Messi a la Selección argentina. Dentro de poco, el 27 de junio, se cumplirán seis años de aquel día en que el equipo comandado por el rosarino perdía la final de la Copa América Centenario ante Chile.
Como Advíncula, Messi fallaba un penal. “Cuando los profesionales hablamos de frustración hacemos referencia a una emoción negativa que se activa cuando los objetivos o resultados deseados no se cumplen o no se logran en la realidad”, definió José María Blunda. El licenciado trabaja desde la psicología positiva que se enfoca en el logro de metas tanto de personas individualmente, como de equipos, actualmente de Atlético.
Existen muchos buenos competidores y equipos que ganan y pierden, analizó el profesional, y unos pocos que triunfan y concentran la mayoría de victorias. “Por ende, es necesario que los profesionales ayuden a los competidores a desarrollar alta tolerancia a la frustración”, recomendó Blunda.
Repasando la carrera de Advíncula, en 2014 el jugador fue asistido profesionalmente. “A veces me salgo del partido cuando las cosas no me salen bien. Me frustro mucho. Lo estoy trabajando con una psicóloga”, reveló cuando jugaba para Rayo Vallecano. Una campaña irregular -el equipo español estaba sexto en el torneo de aquella temporada- ya sacaba a la superficie intolerancia intensa del peruano al no obtener resultados.
Con ese antecedente, se explica bastante la reacción del jugador que, teniendo en cuenta su propia acción de borrar el mensaje, fue desmedida. “Uno de los ejes de trabajo que son útiles para trabajar la frustración está en poder distinguir entre metas de resultados versus metas de desempeño, poniendo énfasis en estas últimas. El resultado es una variable que depende de muchos factores que el deportista no controla. Trabajamos para que se enfoquen en metas que ellos sí controlan y puedan construir la ‘tranquilidad interna’ de que hicieron todo lo que estaba bajo su control. Esto abre la posibilidad de ganar a pesar de perder un partido”, explicó Blunda.
El valor del diálogo cotiza alto para resolver este tipo de situaciones. “Es la palabra la que permite revisar los errores convirtiéndolos en un espacio de aprendizaje”, detalló Blunda.
El regreso de Messi a la Selección, según trascendió, fue por una charla que mantuvo con Edgardo Bauza. “Patón” fue el que reemplazó a Gerardo Martino después de la frustración copera. “Hablamos con convicción, muy sueltos y cada uno dijo lo que sentía”, contó Bauza sobre el encuentro que tuvo en España.
“El lenguaje le permite al deportista poner sus pensamientos y emociones sobre la mesa para aceptar la derrota, ‘curar las heridas’ y volver a conectarse con lo que tanto le gusta”, concluyó el psicólogo.
Hay que conocerse emocionalmente
“Lo primero que tenemos que reconocer es que en la vida no siempre vamos a conseguir todo lo que deseamos en el momento exacto en el que queramos”, advirtió Cristina Gallardo Gambetta. “Es probable que un deportista que acumula altos niveles de frustración pierda interés en el deporte y aparezcan síntomas de agotamiento físico y mental”, completó la coachista deportiva.
Junto a su socio de igual rango, Luis García Biagosch, utilizan el coaching ontológico para, así como se entrenan los músculos en el gimnasio, entrenar también la mente. “Penales errados, lo de Marc Gasol en básquet que entraba de suplente en los Grizzlies, lo de Nicolás Sánchez en rugby que perdió la titularidad”, enumeró García Biagosch algunas frustraciones con estatus de “elite”. El caballero agregó otra, pero más cercana. “En un campeonato regional deportivo hubo una jugadora que no ingresó a jugar el partido en el debut de su equipo; la única de campo que no jugó. Al terminar el partido, llorando decía: ‘quiero irme a mi casa’. Estaba jugando un propio partido”, ejemplificó García Biagosch.
Los especialistas aseveran que es inevitable sentir frustración en algún momento de la trayectoria deportiva, por eso es muy importante conocerse emocionalmente. “Esto implica ser consciente de los pensamientos y estados mentales, conocer qué situaciones son propensas a generar frustración”, explicó Gallardo Gambetta.
“La frustración es una emoción incómoda”, definió en pocas, pero contundentes palabras. “En muchas ocasiones, el origen de la frustración es haber establecido metas demasiado ambiciosas, querer alcanzarlas en poco tiempo y eso sólo genera desesperación”, aseguró.
García Biagosch se vale de las enseñanzas de John Wooden. El entrenador de básquet, considerado el mejor de la historia en el deporte universitario estadounidense, le veía un lado positivo a los errores. “Él creía que el equipo que cometiera la mayor cantidad de errores, probablemente, sería el ganador. El hacedor comete errores decía: ‘yo quiero hacedores en mi equipo, jugadores que hagan que las cosas pasen’. Esta declaración es la completa antítesis del ‘deporte sin errores’”, explicó.
Las palabras analíticas a Advíncula, Gasol, Sánchez y a la misma niñita del torneo regional les habría venido bien previamente. “A los deportistas juveniles, que se crían viendo a los de elite, los entrenamos mentalmente desde la coherencia deportiva para alcanzar más efectivamente lo que desean. El objetivo es transformarlos para convertirlos”, especificó “Luigi” García Biagosch. Y agregó: “los hacedores cometen errores, gestionan las emociones y hacen que las cosas pasen. Esto es tener iniciativa, el que la tiene, juega con confianza, dicta la forma y el modo de jugar”.
Punto de Vista
No es la frustración, es cómo evalúo eso
Diego Vargas
Psicólogo del deporte
Lo fundamental es ver si el deportista está con la predisposición de generar un lugar de escucha de sí mismo. Quizás todos pueden llegar a decir que es importante trabajar con un psicólogo en el deporte, pero son pocos los que están dispuestos.
No hay una naturalización. Se lo ve como algo necesario, pero muchas veces es más fácil recurrir a métodos sugestivos, esperar a que alguien me diga cuál es la solución. Cuando tenés a una persona en frente tuyo hay que hacer el trabajo de reconocimiento interno, es decir, que podamos percibir cómo se encuentra la imagen que el deportista tiene de sí mismo, cuál es la evaluación que él hace de esa imagen y qué puede llegar a hacer, mediante su toma de decisiones.
Se trabaja sobre su autoconcepto, autoestima y autoconfianza. Es fundamental trabajar sobre la gestión de los pensamientos o emociones involuntarias. No se trata de que el futbolista deje de frustrarse y enojarse, sino que podamos percibir, cómo se encuentra la imagen que él tiene de sí mismo.
Lo fundamental es ver cómo evalúa ese error y cómo sale de eso. No es lo mismo que a un arquero le conviertan un gol sin haber adivinado el lugar, a que le anoten y haya adivinado. Hay que ver cómo se encontraba su autoestima y confianza al momento de la ejecución del penal.
Tal vez, el deportista debe hacer un silencio hasta que vuelva a evaluar bien y no tomar una decisión de víctima ante las situaciones. ‘Yo no me merezco este lugar’. Con eso también estoy diciendo ‘no me merezco estar con ustedes porque me pegan muchísimo’. Lo fundamental acá, no es el error ni la frustración, acá lo importante es cómo evalúo eso.
Punto de Vista
La pasión pasa a ser una especie de maldición
José Luis Visconti
Asesor de José “Pechito” López
La frustración viene evidentemente cuando vos tenés como objetivo una cosa que salga bien y no sale. Sobre todo, cuando eso está muy cerca de salir. Por ejemplo, estaba hablando con “Pechito” López y siente un dolor inmenso por haber salido segundo en las 24 horas de la competencia de Le Mans cuando iba primero y en ese momento, se le desconfiguró el auto. Le dije: “cuando uno tiene una expectativa muy grande y la cosas no se dan, evidentemente sentís dolor emocional, que es como el dolor físico”.
Luis Advíncula en ese momento pensó que iba a hacer un gol y dijo, en estas condiciones, no lo puedo errar ni me lo van a atajar. Allí surgió la frustración. Esa parte te hace pensar en abandonar algo que es tu pasión. La pasión pasa a ser una especie de “maldición”.
Lamentablemente después de que a uno le va bien, siente buenas sensaciones, como la dopamina o estar enamorado, que quisiera mantenerlas toda la vida y no es posible. Este momento, pretende eso porque piensa que, después de convertir en gol ese penal, va a ser feliz.
En un estado resultadista cómo estamos, el que gana es feliz y el que pierde no. Eso está mal. El pensó que ese penal lo iba a hacer feliz y al no anotar, se le fue.
No creo que abandone, pero si lo llega a hacer, esa es la parte más difícil y peligrosa. Porque cuando no estás logrando en el deporte esa sensación que quieres, lo buscas en otra parte, cómo salir de fiesta.
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