21 Junio 2022
BOGOTÁ, Colombia.- No es una “mujer de color”, ni se parece a las “afroamericanas” estadounidenses Michelle Obama o Kamala Harris, de pelo planchado, traje sastre y aspecto distante y sedado.
Francia Márquez es una mujer negra, de origen campesino, que se viste con los colores de su tierra y tiene una trayectoria que comienza en un municipio rural, arrasado por la violencia política, como sucede en buena parte de las zonas rurales colombianas.
Esta madre soltera que fue de ama casa y empleada doméstica, originaria del municipio de Suárez, una zona rural del departamento del Cauca en el suroeste del país en donde alrededor del 80% de la población vive en alguna forma de pobreza, es la vicepresidenta electa de Colombia. Llegó a integrar la fórmula con Gustavo Petro, luego de quedó en segundo lugar en las elecciones primarias de su coalición, el Pacto Histórico, con 783.000 votos.
“Después de 214 años logramos un gobierno del pueblo, un gobierno popular, un gobierno de la gente con manos callosas, el gobierno de la gente a pie, el gobierno de los nadies y las nadies de Colombia”, dijo en su discurso del domingo por la noche, cuando ya se conocían los resultados del escrutinio de más del 90% de las mesas electorales en el balotaje.
Márquez es una líder social, abogada de la Universidad Santiago de Cali y cursa una especialización en escrituras creativas de la Universidad ICESI. Es reconocida como activista ambientalista y, como tal, recibió el premio Goldman, como el “Nobel de medioambiente” en 2018, por su lucha contra la minería ilegal en el suroccidente del país. Su oposición a la minería de oro en su pueblo natal le valió, además, amenazas de muerte por parte de grupos armados ilegales, que la llevaron a tener que emigrar a Cali.
En 2019, el medio británico BBC ingresó a Francia Márquez en el listado del top 100 de mujeres más influyentes del mundo. En 2020, fue presidenta del Consejo Nacional de Paz y Convivencia, cuando se dedicó a defender el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
Su tarea, además de ser la vicepresidenta de Gustavo Petro, será liderar un nuevo ministerio de igualdad, que buscará mejorar los derechos de las mujeres y ayudar a los pobres a acceder a la salud y la educación. Su ascenso político durante la campaña se debe a las amplias demandas de cambio y a la creciente preocupación por los temas socioambientales. (Reuters-Especial)
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