El PJ: de la PASO provincial a los legisladores por departamento

La tan codiciada -y mencionada- unidad parece una quimera para el oficialismo provincial. El asunto es que en esta oportunidad es una necesidad vital. Las heridas de la interna del año pasado entre el manzurismo y el jaldismo aún no han cicatrizado. Tanto el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, como el gobernador, Osvaldo Jaldo, dan muestras de que están trabajando en conjunto y parece que han dejado las diferencias atrás. Por debajo de ellos, sin embargo, hay una parte de la dirigencia que intenta acomodarse como puede a las nuevas circunstancias y otra que deliberadamente no quiere hacerlo. Cada acción de los protagonistas y de sus entornos cercanos se mide al milímetro. A esto se suman dos situaciones coyunturales que no aportan calma: las versiones en el ámbito nacional del posible reemplazo de Manzur en su puesto nacional y el avance del tiempo (faltan sólo 11 meses para los comicios provinciales). La sucesión, que motivó la interna, va y vuelve como una sombra sobre todos los sectores. Aunque se intente “bajar” a la tropa un discurso de reunificación, la desconfianza en los rivales y los intereses personales que se ponen en juego en 2023 obligan a los referentes más encumbrados a desactivar microconflictos prácticamente a diario.

De hecho, la unidad no sería un tema si la interna no estaría latente. La cuestión es cuán latente permanece.

Manzur y Jaldo

Los que visitan con frecuencia a Manzur en la Rosada dan cuenta de que el gobernador en uso de licencia no acusa recibo de las versiones de posible desplazamiento. Al menos al cierre de esta columna, durante la tarde de ayer. Advierten, de todas maneras, que la política es dinámica. Sí subrayan que se muestra muy preocupado por la situación del Frente de Todos y del país. Varios de quienes estuvieron con Manzur aseguran que les habría confirmado que vendrá a Tucumán antes de las elecciones para terminar su mandato y que será el jefe de la campaña. Las líneas que habría bajado sería que el peronismo debe ganar y debe ganar bien y que es fundamental que nadie “saque los pies del plato”. Este dato tranquilizó a muchos manzuristas, de todas las vertientes, desde los más duros hasta los más moderados. Hay una parte de los afines al presidente del PJ que sostienen que, por el momento, Jaldo no ha dado motivos para no ser el “elegido” y que no hay demasiado margen para que sea excluido como candidato. Consideran, asimismo, que es clave que si Manzur opta por Jaldo, tiene que estar en la provincia para garantizar que todos se alineen. Y que, además, debe estar en la fórmula. Consideran que si eso no sucede, la unidad será imposible. De hecho, mencionan que por estos días sus seguidores de más confianza analizan cuándo es conveniente hacer la presentación judicial que le brinde la certeza de que puede ser candidato a vice y si conviene que sea Manzur quién la efectúe o algún otro político. Otros, los más duros, mencionan que el médico aún no dijo que Jaldo será su postulante. Consideran que lo hará esperar hasta último momento y que luego optará por otro dirigente de su riñón. Creen que la “ansiedad” consumirá al jaldismo una vez que Manzur vuelva. “La unidad no implica que sea Jaldo quien vaya por la gobernación”, alerta alguien con llegada al despacho en Capital Federal.

En el jaldismo destacan que ven consolidada a la dupla, aunque saben que es por interés político y reconocen las disidencias entre las tropas. Entienden que la “supervivencia política” será el motor que mantendrá unidos a Manzur y a Jaldo porque creen que si van separados, pierden. Dan por sentado que Jaldo será el candidato por las señales que daría Manzur. Relatan que en la reunión de los intendentes el Jefe de Gabinete afirmó, palabras más palabras menos, que la sucesión sería una cuestión “natural y no forzada”. Entendieron que se refería así a su vice. Aseguran que trabajarán para no llegar divididos y para que la concordia y la paciencia sean las que primen. Consignan que, tal como adelantaron otros columnistas de este diario, Manzur vendrá los viernes para recorrer con Jaldo la provincia los sábados. La prioridad la tendrán los “institucionales” (intendentes, legisladores y comisionados) y luego llegará el turno de los acoples “¿Por qué recorrería Tucumán con Jaldo si no será el candidato?”, se preguntan.

Mientras, Jaldo estará abocado esta semana a las cuestiones domésticas como la seguridad y los festejos del 9 de Julio. De acuerdo con la última información, Manzur, Jaldo, Sergio Massa y algunos ministros participarían de la vigilia en la Casa Histórica (organizada por el Municipio capitalino). Allí se cruzarán con el intendente opositor de Juntos por el Cambio, Germán Alfaro. Después se trasladarían hacia el festival que hará la Provincia en la explanada de la Casa de Gobierno. El Presidente, Alberto Fernández, llegaría el sábado a las 11, directo para el homenaje a los Próceres de la Independencia en la Casa Histórica, donde habrá luego un ágape.

Dos ideas de la división

Hay al menos dos iniciativas que dan cuenta de que la interna no se saldó ¿Por qué? Porque si hubiese una sola conducción no se habrían ideado. Nadie imaginaría que, durante la gestión de José Alperovich, por ejemplo, se pretendiera modificar cuestiones del sistema electoral sin su venia. Sucede que cualquier tipo de cambio en las reglas de juego puede mover el tablero político, una vez más, de manera sustancial.

La novedad es que varios dirigentes tienen la inquietud de impulsar la implementación de un sistema de PASO provincial. “Si no hay acuerdo, podremos competir”, lanzan. La intención sería que se aplique para gobernador y vice y, eventualmente, para intendentes. Analizan si debería ser una adhesión a la Ley nacional o bien, una versión netamente local y, de prosperar, se presentaría tras las vacaciones de invierno. Consideran que se ordenaría la oferta interna del PJ y que complicaría a los principales rivales, los de Juntos por el Cambio (JxC). Los inconvenientes en la oposición también son públicos. Todos en ese frente manifiestan que preferirían que la fórmula salga por acuerdo, pero si eso no se concreta hay dos posturas generales: están los que quieren internas y los que pretenden una designación de la mesa política nacional. Esta iniciativa está en etapa embrionaria.

El otro proyecto ya está en la Cámara y tiene que ver con la elección de legisladores específicamente. Los parlamentarios Juan Orellana y Jorge Delgadino proponen la subdivisión de las tres secciones electorales para garantizar que haya al menos un representante de cada departamento. Quienes lo respaldan, mencionan que hay algunos como Alberdi o Graneros que no cuentan con legisladores. Actualmente las 49 bancas representan a las secciones Oeste (19), Capital (18) y Este (12).

Las críticas hacia ambos bullen tanto en el manzurismo como en el jaldismo. Hay quienes incluso afirman que no se pueden llevar adelante y que responden a apetencias personales y no generales. En caso del de las PASO, consideran que “rompe” con el sistema de acoples: el PJ sabe que su fortaleza es sumar la mayor cantidad de candidatos acoplados a la fórmula gubernamental para acumular más votos en esa categoría. En las Primarias hay quienes naturalmente quedarían afuera. Además, mencionan que el costo y el desgaste es sustancial. También sería sumar un comicio más a los tres que ya habrá (internas y generales nacionales y generales provinciales). En cuanto al de la representación parlamentaria, tiene algunas chances más de llegar a ser tratado, pero las críticas apuntan a que los dirigentes pretenderían por “ley algo que no pueden hacer con los votos” que es, precisamente, tomar el control territorial de los departamentos.

Fuentes del oficialismo provincial confirmaron que Jaldo habría bajado el pulgar a ambas. Consideran que, por ello, hay altas probabilidades de que queden truncas. No dejan, sin embargo, de ser un testimonio de que la interna sigue latente.

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