Boris Johnson, sumido en otro escándalo, se niega a renunciar

El primer ministro británico enfrenta la presión de su partido, que lo quiere fuera del poder. El último paso en falso fue la falta de acción ante un ministro acusado de acoso sexual

Boris Johnson, sumido en otro escándalo, se niega a renunciar
07 Julio 2022

LONDRES, Reino Unido.- El primer ministro británico, Boris Johnson, desafió las presiones de sus ministros y la creciente rebelión de su partido para que renuncie, prometió luchar contra cualquier intento de destitución.

El primer ministro conservador está sumido en su crisis más profunda desde que ganó las elecciones generales de 2019. Después de las dimisiones de Rishi Sunak como titular de Economía y de Sajid Javid como responsable de Sanidad, se desencadenó una oleada de salidas. En menos de 24 horas, renunciaron más de 30 funcionarios de alto nivel y de ministros de menor rango, que afirmaron que Johnson no está capacitado para gobernar.

En sus renuncias, el secretario de Estado de la Infancia, Will Quince, y la ayudante parlamentaria en el ministerio de Transporte, la diputada Laura Trott expresaron su descontento por los escándalos que han salpicado al jefe del Gobierno.

Quince dijo que tomó la decisión después de que Johnson reconociera -tras negarlo en un principio- que sí sabía que el diputado Chris Pincher -ex responsable de la disciplina del grupo parlamentario conservador- había sido investigado por haber manoseado a dos hombres en un club de Londres.

El escándalo de Pincher coloca al primer ministro en una situación difícil, porque se cuestiona su criterio para conducir y la transparencia con la que el gobierno manejó el caso.

Muchos parlamentarios de su Partido Conservador en abierta rebelión, algunos ministros del gabinete fueron a la residencia oficial de Downing Street para decirle a Johnson que tenía que irse. Uno de ellos incluso le propuso una salida digna, fijando su propio calendario, en lugar de enfrentar una moción de censura.

A la sombra de Trump

Sin una forma inmediata de forzar la salida de Johnson del cargo, un legislador conservador comparó su decisión de aferrarse a los intentos del ex presidente Donald Trump de anular el resultado de las elecciones estadounidenses de 2020. “Podríamos acabar en una situación ‘trumpiana’ -dijo. Podría terminar causando un enorme daño al partido”.

“No voy a dimitir y lo último que necesita este país, francamente, son elecciones”, fue la respuesta de Johnson frente a una comisión parlamentaria. La semana que viene, podría perder el voto de confianza de sus propios parlamentarios. El mes pasado ganó por poco margen una votación similar.

“El primer ministro está avergonzando al Partido Conservador y mostrando desprecio por el electorado”, dijo un legislador de alto rango.

“En algún momento, tenemos que llegar a la conclusión de que ya es suficiente. Ese momento es ahora”, dijo Javid, el ahora ex secretario de Sanidad, ante un Parlamento silencioso, con Johnson escuchando con cara de piedra.

Johnson asumió en 2019, después de haber encabezado el asedio a su antecesora, Theresa May, hasta que logró que dimitiera. Tuvo que pagar una multa por infringir las leyes de confinamiento covid-19. Una comisión está investigando si, además, luego mintió al Parlamento al respecto. También tuvo que responder por la desafortunada defensa de un legislador que infringió las normas de los grupos de presión. Además, se lo acusa de tener una política errática en lo económico, sin medidas para bajar la inflación.

Pasos en falso y acusaciones

Boris Johnson y su equipo han enfrentado una serie de denuncias y acusaciones, algunas de carácter menor, como la violación del confinamiento por coronavirus, en mayo de 2020, por parte de su asesor principal. Otras involucran casos de corrupción, como el dinero para la remodelación de su departamento en Downing Street o sus viajes privados al extranjero. Hubo momentos que hicieron dudar sobre su capacidad para liderar, como cuando perdió los papeles de un discurso y empezó a hablar de Peppa Pig.

En noviembre de 2021, reportes sobre fiestas del Gobierno, incluyen una en la oficina de Johnson y otra en los jardines de Downing Street, cuando las reuniones estaban prohibidas por covid-19. Después de que se filtra un video en el que se  ve a su personal haciendo bromas sobre una de esas reuniones, Johnson se disculpa ante el Parlamento y ante la reina Isabel II.

Lo que colmó la paciencia de los parlamentarios fue el escándalo sexual del legislador Christopher Pincher, sobre el que Johnson sabía y mintió al Parlamento. (Reuters)

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