Sin vueltas, desde hoy faltan 100 días para que comience el Mundial de fútbol de Qatar 2022. De no haber mediado un cambio de fecha del partido inaugural que instituyó la FIFA ayer, recién hubiésemos entrado en esta especie de cuenta regresiva mañana. Pero no. Quedamos ya bajo la órbita de este número redondo, que puede no resultar significativo, pero que bien vale como un punto referencial para entender que la máxima competencia deportiva mundial (sin olvidarnos de los Juegos Olímpicos) ya está impactando en la ansiedad y en la expectativa del fanático futbolero.
Hay investigaciones que dicen que las personas ven los números irregulares con sorpresa y que potencialmente se requiere mayor poder cerebral para procesarlos. Los números no redondos tienen más probabilidades de ser comparados con cifras ideales, como un 100 por 100, sólo por darles un mejor sentido. Se sostiene que, cuando se usan números concretos, el proceso evaluativo disminuye. De ahí que puede considerarse que decir “ya sólo faltan 100 días para que comience el Mundial” es un punto de partida impactante. Y no sólo para el ámbito de las comunicaciones, sino también para los aspectos comerciales, de negocios y de preparativos.
Paradojas del caso, decir que Qatar sabe desde hace 11 años, ocho meses y 10 días que será sede del Mundial no remite a un número redondo. Ni siquiera transformar ese lapso de tiempo en días lo es: 4.271. Sin embargo, ambos datos llaman la atención, tanto como los citados 100 días que nos separan de la competencia. Es que han pasado tantas cosas desde 2010 (año en que se designó la sede asiática, más precisamente el 2 de diciembre, ganándole a Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y Australia), que resulta un ejercicio apasionante.
Que un estado árabe que se encuentra en el Golfo Pérsico haya logrado la sede no fue una sorpresa en su momento. Se veía venir, en función del ideal que ya manejaba la FIFA de elegir sedes pocos tradicionales y del poderío económico basado en el petróleo. Esto último resultó determinante a la hora de ser elegida. Se ideó así un plan integral, con creación de estadios fastuosos e instalaciones adecuadas, con un detalle que no pasa inadvertido: las distancias son cortas, ya que no hay que recorrer más de 50 kilómetros para llegar de una sede a otra.
Pero las inversiones no sólo estuvieron en el rubro construcciones. También se destinaron montos a la política de “seducción” para conseguir aliados. En el medio, polémicas de todo tipo, muchas de las cuales aun se mantienen, varias de ellas serias. A nadie escapa hoy que temas como las explotación laboral, las denuncias por violaciones de derechos humanos, las muertes y los abusos sobre las libertades pusieron en tela de juicio la decisión de mantener a Qatar como sede.
En fin. El país donde al compás de los dólares que produce la producción de petróleo se ha hecho un gigantesco trabajo para contar desde dentro de 100 días con el foco de la atención mundial, ya está listo. Con su selección, Qatar nunca jugó un torneo de estas características: falló una y otra vez desde que intentó clasificarse al Mundial de Argentina de 1978, cuando fue eliminado por Kuwait y Bahrein. Con el cambio de fecha, estará en el partido inaugural ante Ecuador, que se disputará en el Estadio Al Bayt, en Al Khor, el domingo 20 de noviembre desde las 13. Sin dudas, un debut mundialista con “toda la música”.
El estadio
Qatar levantará el telón con Ecuador en el estadio Al Bayt, con capacidad para 60.000 espectadores. El partido corresponde al Grupo A, que también comparten Senegel y Países Bajos.
El cambio de fecha: una decisión unánime de la FIFA para tener al anfitrión en el primer partido
El “Bureau” de la FIFA decidió por unanimidad el adelanto al 20 de noviembre de la ceremonia inaugural del Mundial de Qatar 2022 y del partido entre la selección anfitriona y Ecuador, previsto en principio para el 21. Sustituirá como primer encuentro al que jugarán Senegal-Países Bajos, que se jugará al día siguiente junto con Inglaterra-Irán y Estados Unidos-Gales. “Con este cambio, se mantiene una larga tradición por la que los anfitriones o los vigentes campeones inauguran el torneo”, explicó la FIFA. Con el anuncio, se estira la duración del primer Mundial en Medio Oriente, de 28 a 29 días.