"Trasmontaña Pasión Biker": mucho más que una carrera

El Trasmontaña 2022 marcó un clima de adrenalina y pura pasión en toda la jornada

PREPARACIÓN. Desde temprano, los ciclistas y sus acompañantes subieron a San Javier para la largada. PREPARACIÓN. Desde temprano, los ciclistas y sus acompañantes subieron a San Javier para la largada. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ
15 Agosto 2022

La emoción y el espíritu deportivo estuvieron presentes en cada minuto del Trasmontaña Pasión Biker 2022. Tanto en los familiares y amigos que asistían a los corredores, como en los más de 2.500 bikers que cumplieron un objetivo más en sus vidas: completar el circuito tucumano de montaña. Llegados desde diferentes puntos de Argentina y de países limítrofes, los participantes vivieron un clima de gran adrenalina en la vigésima octava edición de la competencia de ciclismo de montaña más importante de Sudamérica.

Tras completar el tramo final de la competencia, se podía evidenciar en todas las parejas una constante. El ritual obligado de cada una era cerrar la carrera con un abrazo; muchos, incluso, generaban un ambiente exclusivamente personal e íntimo del que solo ellos podían ser parte. Ahí es donde llegaban las lágrimas. Y es que después de tanto esfuerzo, atravesar el cartel de llegada les resultaba aliviador y hasta sanador. “Es una locura, impensado. Nos costó mucho, pero vale la pena intentarlo. Es una experiencia increíble”, compartió a LA GACETA Andrea Herbsommer, que junto a su pareja, Ariel Diana, llegaron desde Río Negro para participar del Trasmontaña.

Es evidente que el entusiasmo biker alcanza a gente de todas las edades y, para muchos, el ciclismo representa una parte importante en sus vidas. “Desde los 8 años participo, ahora tengo 16. Disfruto de exigirme un poco más en cada carrera y darlo todo”, manifestó Malena Gordillo. La joven se presentó con su tío, Julio Isa Massa, y alcanzaron el cuarto lugar de la categoría Mixto Juveniles.

Siguiendo la línea de los participantes estrictamente comprometidos con el deporte de montaña, está Emilio Pérez, de Mendoza, que compite con siete amigos hace seis años. “Es una experiencia grandísima, sobre todo si se vive entre amigos”, aseguró.

Asimismo, había quienes se anotaron en el Trasmontaña sólo para disfrutarlo y vivir la experiencia, sin tener en cuenta los relojes. Éste fue el caso de la dupla de Florencia Venturutti (Santa Fe) y Gelina Díaz (Venezuela), que siguieron sus impulsos y en cinco meses se prepararon para la carrera.

Entre historias y sorpresas, los bikers se llevaron de esta competencia mucho más que el cronometraje. Por ejemplo, Jorge Delgado fingió tener un calambre luego de atravesar la línea de meta para arrodillarse y pedirle matrimonio a Tatiana Le Favi, ambos salteños. “Tengo una emoción tremenda. No sólo por terminar semejante carrera, sino que esto (y señaló el anillo de compromiso) es un plus. Es un sueño, estoy muy contenta”, contó Tatiana, con lágrimas de alegría.

También la historia de Romina Muela Rocha resulta conmovedora. Después de salir de una grave enfermedad el año pasado, ayer corrió el Trasmontaña. “Pasé por un cáncer complicado, me costó mucho superarlo. Le agradezco a Dios, mi familia y mis amigos por tantas oraciones. Un poco de cada pedaleo mío y de mi compañera fueron en agradecimiento a todo esto”, dijo, orgullosa. Su par ciclista, Mercedes de Zuasnabar, la conoció hace unos meses y desde ahí son “inseparables”. “Ya está, hoy puedo decir que sobreviví al cáncer y también al Trasmontaña”, cerró Romina, con tono humorístico. (Producción periodística: Bárbara Nieva)

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