El momento más glorioso de Marcelo Gallardo: ganar la Copa Libertadores a Boca en Madrid

Su River dejó una huella después de ganar su partido más importante, en una final para el recuerdo.

El momento más glorioso de Marcelo Gallardo: ganar la Copa Libertadores a Boca en Madrid
13 Octubre 2022

Los hinchas de River sufrieron hoy un duro golpe hoy: Marcelo Gallardo decidió que dejará de ser el director técnico de River al final de su contrato. Su ciclo estuvo caracterizado por un éxito sin precedentes en el millonario, con un total de 14 trofeos levantados en los ocho años y medio de su estadía, pero ninguno más icónico, histórico y recordado por el hincha que la final de la Copa Libertadores 2018, que luego de que sus dos partidos fueran suspendidos (el primero por lluvia, el segundo por incidentes con los simpatizantes de la Banda) culminó en una definición en el Santiago Bernabéu de Madrid y un triunfo por 3-1 contra Boca, el máximo rival.

En aquel momento, el Muñeco era muy consciente del lugar en la historia que adquirió esa hazaña, como lo reflejó en una conversación que tuvo con algunos medios como La Nación el 10 de diciembre de ese año, el día después de aquella noche eterna. A continuación, lo que dijo Gallardo una vez consumada su segunda y más memorable Libertadores con River:

–¿Tomaste dimensión de lo que lograron?

–Vi algunas cosas, pero no me tomé el tiempo para tomar conciencia de lo que imagino que habrá sido una gran fiesta en muchísimos lugares de la Argentina.

–Vos, que sufriste la paternidad de Boca durante tu etapa como futbolista, ¿cómo vivís este cambio de época?

–Creo que son rachas. A veces son favorables y otras, desfavorables. Lo bueno es que siempre están para cortarse. En este caso me parece que estamos viviendo unos años muy favorables para nosotros, con partidos muy representativos, y eso lo hace muy fuerte.

–¿Es el triunfo más grande de la historia?

–Sin dudas. En importancia es lo máximo. Inigualable. Este triunfo nos marca para siempre. Ganarle la final de la Copa Libertadores a tu eterno rival no estaba en los libros. Ahora sí.

–¿Tus amigos de Boca cómo te tratan?

–(Se ríe). No me pueden ni ver. Tengo una relación amigable, pero cada tanto me tiran algo. (Se queda callado unos segundos) Creo que no me quieren más.

–¿Te sentís el cuco de Boca?

–No. Sí siento que estos años hemos generado una energía muy diferente a la que tal vez se vieron en otras etapas. Aparte se dieron de una manera muy seguida. No fueron esporádicas. Y además, cada victoria ante Boca terminó con un título. Y eso es algo mucho más fuerte todavía.

–¿Y está bueno que sea tan frecuente? ¿Qué Boca tenga revancha rápido?

–Está bueno para nosotros (se ríe).

–¿Y con cuál te quedás?

–Con ésta. A ésta no la va a igualar nada.

–¿Pudiste disfrutar esta final?

–A nosotros nos costó muchísimo la serie con Gremio, pero una vez que la pasamos, eso nos puso en la final con Boca. Y yo sentí que era el momento de un episodio único. Y cuando se hablaba de que nadie lo quería jugar, yo me preguntaba: ‘¿cómo no la vas a querer jugar?’ Y se habló tanto del temor a perder, que nadie pensaba en lo que podía significar ganarla. Había más miedo a perderla y al que saliera derrotado, y ese morbo que tenemos los argentinos con hacer pedazos al que cae. Y era eso lo que estaba en el ambiente.

–Aún cuando River caía 1-0, ¿nunca tuviste miedo a perder?

–Tal vez eso será porque soy algo inconsciente. Yo siempre pienso en positivo, y los desafíos grandes son estos. Nunca me imaginé ese escenario, nunca pensé qué pasaba si perdíamos. Yo les decía a los muchachos que era un momento para vivir. No sé si para disfrutarlo, pero sí para vivir. Era una posibilidad inigualable para quedar en la historia eterna. ¿Cómo no la vas a querer vivir? Y en eso me enfoqué.

–River logró sus éxitos más grandes luego del descenso. ¿Ese puede ser un ejemplo de lo que significa ‘saber perder’?

–Soy de los que creen que a veces hay que tocar fondo para volver a resurgir. Y River es un claro ejemplo de eso. Si hacés las cosas mal durante muchos años, te va a ir mal. Y ahí quedó claro que no hay poder que te salve. Y después nos hemos dado un baño de humildad tremendo para poder vivir lo que estamos viviendo ahora. No me gustó haber vivido ese momento, pero para hoy estar viviendo este momento, indudablemente teníamos que pasar por ese momento de hacer las cosas muy mal durante muchísimos años. No es bueno que te pase eso, pero tenés que aprender. Y River tuvo una lección muy grande. Hubo gente preparada para venir a hacer las cosas bien. Y esta gestión, con Rodolfo a la cabeza, fue fundamental para empezar a construir bases sólidas para que se pudiera llegar a esto.

–¿Qué sentiste cuando volviste a tener la Copa en los brazos?

–Las sensaciones eran tantas... Era un momento tan alucinante, después de todo lo que pasó. La satisfacción era enorme. Y no quiero sonar demagogo con los hinchas, pero yo recibí cartas, mensajes de hinchas de River de Tucumán, Jujuy, La Rioja, Neuquén. Gente que con muchísimo esfuerzo y humildad había pagado su entrada, costeado el viaje a Buenos Aires, la estadía, para poder sentir lo que sintieron los hinchas de Boca en la primera final. Sufrí tanto con eso. A lo mejor estoy más sensible, y me dio mucha bronca. Mucha injusticia.

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