Bolsonaro pide que la Policía investigue a las encuestadoras

El mandatario acusa a las consultoras de manipular los sondeos para perjudicarlo en la primera vuelta. Gane quien gane en el balotaje, los conservadores tendrán más poder, según analistas

OFENSIVA. El Presidente cree que las encuestas influyeron para que los brasileños le dieran la espalda.  OFENSIVA. El Presidente cree que las encuestas influyeron para que los brasileños le dieran la espalda. REUTERS
15 Octubre 2022

BRASILIA, Brasil.- Las encuestadoras brasileñas se encuentran en el centro de la disputa política, luego de que la autoridad electoral frenara una investigación policial solicitada por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien las acusa de manipular los números de los pronósticos para perjudicarlo.

Los institutos de sondeos enfrentan una ofensiva por parte del presidente ultraderechista y sus aliados, por subestimar el fuerte apoyo que Bolsonaro recibió en la primera vuelta de las presidenciales frente al ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

El jueves, el Ministerio de Justicia del gobierno de Bolsonaro ordenó a la Policía Federal que abra una investigación a las encuestadoras por lo que consideró posibles “prácticas delictivas” en la difusión de sondeos de opinión. Además, el Consejo Administrativo de Defensa Económica, órgano que vela por la libre competencia, inició su propia investigación para determinar si las encuestadoras actuaron como un equipo de cabildeo para “manipular” las elecciones.

Ambos procedimientos fueron anunciados antes de la publicación de un nuevo sondeo de Datafolha, que la semana pasada mostraba a Lula en la delantera para el balotaje con 49% de las intenciones de voto, contra 44% de Bolsonaro.

Sin embargo, las investigaciones no se llevaron a cabo. El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, suspendió estos procedimientos, afirmando que los organismos están “usurpando” las funciones de la Justicia Electoral, y que sus decisiones muestran una posible intención de favorecer al mandatario.

Moraes, además, ordenó que la Fiscalía electoral investigue un posible “abuso de poder” y “desvío de finalidad en el uso de organismos administrativos”.

Los procedimientos “parecen demostrar la intención de satisfacer la voluntad electoral” de Bolsonaro, escribió Moraes, quien, como magistrado también de la Corte Suprema, conduce otras investigaciones que involucran al presidente y sus aliados.

Bolsonaro criticó la decisión de Moraes. “Las encuestadoras van a seguir mintiendo y con esas mentiras, ¿cuántos votos arrastran para el otro lado? Las personas votan a quien va ganando”, dijo durante una entrevista con canales de YouTube dedicados al fútbol, que reflejó el portal europeo “France24”.

Lula, que gobernó por dos períodos, entre 2003 y 2010, partió como candidato favorito para las presidenciales, pero las encuestas lo daban como ganador por mucha diferencia.

En la víspera de la votación del 2 de octubre, el ex presidente superaba a Bolsonaro en los sondeos por un margen de hasta 14 puntos porcentuales en las intenciones de voto.

La diferencia en las urnas fue significativamente menor: Lula cosechó 48,4%, dentro del margen de error, mientras que el presidente ultraderechista logró un 43,2%, lejos del máximo de 37% atribuido en los meses previos por institutos de trayectoria en Brasil como Datafolha e Ipec.

Las elecciones en Brasil son un tema de interés en los medios de todos los países. Lo que suceda en principal economía de América Latina puede influir en la política continental y marcar rumbos en el resto del mundo.

Por eso, el avance de la derecha en las urnas es un motivo de alarma en medios europeos.

El diario suizo Neue Züricher Zeitung (NZZ), en un informe titulado “¿Lula o Bolsonaro?”, hizo himcapié en que “en cualquier caso, la derecha brasileña llevará la voz cantante”.

“Una cosa está clara: los conservadores obtuvieron una victoria aplastante en las elecciones generales. Un sorprendente número de candidatos apoyados por Bolsonaro o cercanos a él fueron elegidos gobernador, senador o diputado. A diferencia de las elecciones de 2018, cuando muchos políticos aprovecharon de manera oportunista la popularidad de Bolsonaro, ahora han ganado sus seguidores acérrimos”, explica el NZZ, citando al politólogo brasileño Fernando Abrucio. (Especial)

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