Gran papel del cine nacional en el Festival de Mar del Plata

Al premio principal se lo llevó una película brasileña, pero los filmes argentinos acapararon la mayoría de los otros galardones importantes. Destacada presencia de lo femenino en la presente edición

EL DRAMA DE UN ADOLESCENTE. “Saudade fez morada aqui dentro”, ambientado en Bahía, obtuvo el premio al mejor filme internacional. EL DRAMA DE UN ADOLESCENTE. “Saudade fez morada aqui dentro”, ambientado en Bahía, obtuvo el premio al mejor filme internacional.

La película brasileña “Saudade fez morada aqui dentro”, de Haroldo Borges ganó el Premio Astor Piazzolla de la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata, cuya edición número 37 concluyó ayer y se caracterizó por la destacada performance del cine nacional.

La edición también se caracterizó por una marcada presencia femenina, tanto en la realización como en los temas enfocados.

Al Premio del Jurado en el rubro internacional lo ganó un filme argentino: “Tres hermanos”, de Francisco J. Paparella, una historia entre el drama y el thriller, en un marco patagónico. Cuenta la tensa relación entre tres hermanos adultos, problemáticos y violentos, que lidian con un pasado familiar difícil y con dificultades generadas por los desastres naturales que ponen en peligro su subsistencia económica. Una película dura e intensa que pone en discusión tóxicos conceptos de la masculinidad clásica.

En la Competencia Argentina, el galardón máximo fue para “Sobre las nubes”, de María Aparicio.

En la Competencia Latinoamericana, el cine local también estuvo de festejo. “Trenque Lauquen”, de Laura Citarella, obtuvo el premio mayor en la sección largometrajes.

El cine argentino acaparó otras estatuillas. como por ejemplo el premio a la Mejor Dirección compartido por Melisa Liebenthal y Ana García Blaya, por sus respectivas películas “El rostro de la medusa” y “La uruguaya”, mientras que el segundo largo de Lautaro García Candela, “Cambio cambio”, recibió una Mención Especial.

“Cambio cambio” cuenta las vidas de un grupo de jóvenes que trabajan de “arbolitos” en el microcentro porteño. Se trata de un drama con toques policiales en el que los protagonistas se enredan en una complicada situación cuando intentan ganar dinero con las subidas y bajadas del dólar para poder viajar al exterior, algo que termina siendo más difícil de lo que suponían.

“La uruguaya”, de García Blaya -adaptada de la popular novela de Pedro Mairal-, se centra también en el movimiento de dólares, solo que acá el eje pasa por un escritor que tiene que ir a buscarlos al Uruguay y, de paso, encontrarse con una chica con la que mantiene un affaire virtual. A lo largo de un día lleno de curiosas peripecias, la película pasa de comedia romántica a un thriller que pone el acento en las absurdas decisiones que va tomando su protagonista.

“El rostro de la medusa”, de Liebenthal, muestra a la protagonista cuando se levanta y se da cuenta de que su cara ha cambiado y se convirtió en la cara de otra persona. A partir de esta rara situación la película –que, a su manera, analiza cuestiones ligadas a la identidad– sigue las desventuras de esa chica tratando de adaptarse (o no) a su nuevo rostro mientras los que la rodean tampoco saben muy bien qué hacer.

Ligereza de tono

La ganadora internacional “Saudade fez morada aqui dentro” (La nostalgia hizo su morada aquí dentro”), de Haroldo Borges, cuenta la dramática revelación de Bruno, un adolescente de 15 años que vive junto a su madre y su hermano en un pueblo pequeño de Brasil, y que es informado que perderá la visión. Aún así, trata de seguir viviendo su vida.

La ópera prima de Borges, según escribió el crítico Diego Lerer en su web micropsiacine, “tiene una ligereza de tono que se impone y que ayuda a que la historia no se vuelva una ampulosa ni tampoco una didáctica lección de vida. O que si lo es, lo sea con elementos nobles, sencillos y simples”.

El filme también recibió una Mención Especial por el “trabajo de ensamble de la comunidad de la película”, según detalló el texto leído en la ceremonia de cierre y premiación, sobre las razones del jurado que integraron la actriz Dolores Fonzi, los realizadores Aleksandre Koberidze y Joseph Swanberg, el crítico y periodista Alberto Lechuga y la programadora y gestora cultutal Inge Stache.

En otros rubros,, Andrew Bujalski, cineasta estadounidense que estuvo de visita en la ciudad balnearia, se llevó a casa el galardón al Mejor Guion por “There, there”, y la actriz española Sonia Parada obtuvo el premio a la Mejor Interpretación por su papel en “Los de abajo”, el filme del boliviano Alejandro Quiroga.

Filme de cuatro horas

Por su parte, la ganadora de la sección latinoamericana, “Trenque Lauquen”, es una película de largo aliento (más de cuatro horas) de Laura Citarella y recibió el premio por “la libertad de sus personajes, su juego formal y su punto de vista femenino”, según destacó el jurado integrado por el canadiense Brad Deane, la francesa Lili Hinstin y la argentina Constanza Novick.

En esa misma sección, el filme brasileño “Mato seco en chamas”, de Joana Pimenta y Adirley Queirós, ganó el Premio Especial del Jurado.

Otras estatuillas

Premiada como mejor largometraje argentino, “Sobre las nubes”, de María Aparicio, es una película que “hace de la austeridad y la falta de subrayados dos normas éticas y estéticas” y que tiene algo “de fábula navideña como hilo conductor que une a los personajes a la ciudad de Córdoba”, según escribió el crítico Ezequiel Boetti.

En la misma sección, Leandro Listorti recibió el galardón a la Mejor Dirección por “Herbaria”, ensayo cinematográfico que reúne la pasión por las colecciones de plantas y flores con la protección de los archivos fílmicos.

Otra película argentina, “Plata o mierda”, de Toia Bonino y Marcos Joubert, triunfó en la sección En tránsito; y el documental canadiense “Geographies of solitude” (Geografías de la soledad), de Jacquelyn Mills, se llevó el Astor de Estados Alterados.

Por su parte, “Carne de Dios” de Patricio Plaza ganó el premio a Mejor Cortometraje argentino; y “Anima”, de Miguel Mateo (Cuba) triunfó en la misma categoría de la Competencia Latinoamericana.

Hubo además menciones especiales para “El silencio de los niños”, de Sofía Quirós (Argentina-Costa Rica), y “Anhell 69”, de Theo Montoya (Colombia).

En la sección “En tránsito” fueron reconocidas con menciones especiales la película peruana “Punku”, de Juan Daniel Fernández Molero, y la argentina “Sombra grande”, de Maximiliano Schonfeld.

En la sección “Estados Alterados” fueron reconocidas con menciones especiales el documental argentino “The newest olds”, de Pablo Mazzollo (Argentina-Canadá) y “Filme particular”, de Janaina Nagata (Brasil).

Durante la ceremonia también se entregó una estatuilla a la historiadora y especialista en cine argentino Paula Félix-Didier, directora del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, en reconocimiento de su trayectoria y labor en la preservación del patrimonio audiovisual.

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