Lo ganó con justicia. Futbolísticamente Argentina fue superior durante todo el partido a Australia.
El planteo que hicieron los “Socceroos” le sirvió en el inicio; pero sólo hasta la genialidad de Lionel Messi. Aún así, cuando no pudo quebrar esa resistencia, Argentina nunca perdió la calma. Manejó el balón con paciencia hasta encontrar el gol.
En el segundo tiempo fue más acentuado el dominio argentino, aunque tantos cambios terminaron por desarticular a la Selección. No los entendí, pero tal vez se dieron debido al cansancio. Igualmente, el triunfo nunca estuvo en peligro.
El gol australiano fue producto de la fortuna y eso amenazó con traer suspenso al partido. Pero el equipo rápidamente volvió a tomar el control de la pelota y del partido.
Le faltó un poco de fineza en el último pase. De haber sido así, el resultado habría sido mucho más abultado.
De toda manera, es un gran triunfo. Argentina dio un paso más en la Copa y el partido contra Países Bajos va a ser durísimo, sin ninguna dudas. Pero para ellos también.
Lo positivo es que el equipo siempre intentó jugar; Messi estuvo por momentos deslumbrante; pero faltó la compañía de Lautaro (Martínez), que está un poco impreciso para definir.
La solvencia y la solidez que viene demostrando la Selección, le invita a soñar.
Tuvo muchos puntos altos; Messi, Rodrigo De Paul, Enzo Fernández y Nicolás Otamendi. En su momento, Alexis Mac Allister fue un “relojito”, siempre preciso, inteligente y bien parado; además, lo oportuno que está Julián Álvarez también es importante.
Físicamente se notó el desgaste por el esfuerzo y la seguidilla. Pero partido a partido Argentina va mostrando cada vez mayor solidez.
Se viene un rival de mucha jerarquía. Será clave que tenga mucho control de balón, que juegue profundo y que abra la cancha. Pero los triunfos le van entregando cada vez mayor solidez