LA GACETA en Qatar: ¿Es esta Croacia mejor que la que goleó a Argentina en el Mundial 2018?

Los antecedentes de un enfrentamiento mundial.

Festejo de Croacia tras derrotar a Brasil Festejo de Croacia tras derrotar a Brasil

Van 8 minutos del segundo tiempo y el partido no deja de ser parejo. Un 0 a 0 que preocupa a la Selección, ya que viene de empatar con Islandia en el debut. Al DT Jorge Sampaoli le gustaba la ductilidad de “Willy” Caballero para jugar con los pies, era una de las razones que lo habían llevado a confiarle la titularidad sobre el favorito del público, Franco Armani. Entonces Caballero protagoniza la jugada fatídica; quiere salir jugando y le deja la pelota servida a Ante Rebic, que define con un globo perfecto. Croacia saca ventaja, la administra con inteligencia, la estira con un zapatazo infernal de Luka Modric y la redondea ya en el descuento gracias a Ivan Rakitic. 3 a 0. La goleada croata desnudará la feroz interna de una Argentina autocondenada al fracaso. Fue hace apenas cuatro años.

Y ahí están, frente a frente, otra vez. En una instancia diferente, infinitamente más superadora. De una segunda fecha en la fase de grupos a una semifinal, nada menos. Y con distintas realidades, por supuesto. De aquella Argentina que se caía a pedazos en Rusia hay varios sobrevivientes, con Messi a la cabeza. Aquel día también jugaron Otamendi, Acuña y Tagliafico (Sampaoli los alineaba juntos), en el complemento ingresó Dybala y en el banco quedaron Di María y Armani. Quiere decir que vivencias sobran, seguramente algún ánimo de desquite. Y Croacia también repite hombres claves, integrantes de su columna vertebral: Lovren, Modric, Perisic, Brozovic, Kovacic, Kramaric…

La inquietud pasa por determinar si esta Croacia modelo 2022 es incluso mejor que la que accedió a la final contra Francia en Moscú. Aquella campaña muestra llamativos puntos de contacto con la actual, porque tanto en octavos como en cuartos de final los croatas pasaron por penales. En 2018 eliminaron, sucesivamente, a Dinamarca y al dueño de casa; mientras que aquí superaron a Japón y a Brasil. La diferencia sustancial refiere a la calidad de los adversarios, sobre todo a todo lo que representa sacar de un Mundial a los brasileños, eternos favoritos. Contra Brasil el equipo de Zlatko Dalić jugó un partidazo, de igual a igual, y hasta se dio el gusto de remontar un 0-1 en tiempo suplementario, cuando la mayoría lo daba por muerto tras el gol de Neymar.

Hay mucha jerarquía en el plantel croata y algunos agregados que lo enriquecen. Uno es el heroico arquero Dominik Livakovic, figura nacional en Zagreb tras las definiciones contra japoneses y brasileños; otro el zaguero Joško Gvardiol, un chico de 20 años que juega en el Leipzig alemán y por el que ya se pelean los grandes de Europa. De mitad de cancha en adelante se alinea el batallón de caras conocidas, hombres con mil batallas encima, tanto en la selección como en equipos que juegan Champions. Siempre liderados por Modric, a quien los 37 años ni se le notan cuando pone la pelota bajo la suela. Tremendo crack a cuyo alrededor se mueven los lugartenientes Brozovic, Perisic, Kovacic y Pasalic. Toda gente que sabe muy bien lo que hace en una cancha.

En 2018 los croatas no eran favoritos en la semifinal y terminaron eliminando a Inglaterra en tiempo suplementario con el histórico gol de Mario Mandzukic. Los británicos iban ganando desde los 5 minutos gracias a Trippier, pero Croacia fue paciente, igualó por medio de Perisic y dio el golpe en la prórroga. Lo hecho ante Brasil no fue casual; es un equipo resiliente al que jamás se debe dar por vencido. Y mucho menos hoy, cuando alcanzó un grado de maduración tal que le permite administrar los tiempos de los partidos y acomodarlos a su conveniencia.

Quien suponga que Croacia es un rival mucho más accesible que Brasil -potencial adversario de una semifinal conjeturada durante meses y que jamás sucederá- se equivoca de cabo a rabo. Argentina deberá estar lista para una batalla durísima, contra un equipo muy ordenado para defender, compacto, de una experiencia envidiable para afrontar esta clase de instancia. El DT Dalic anticipa que no le harán una marca especial a Messi, sino que lo esperarán con líneas escalonadas. Así contuvieron al talento brasileño, hasta que una genialidad de Neymar quebró ese equilibrio.

En ataque los croatas sorprenden con los volantes que rompen por los costados, con la velocidad de los laterales y con la pelota parada, bien manejada por Modric. Es cierto que les falta un punta de elite. El titular es Kramaric, hombre del Hoffenheim alemán, potente y encarador. Pero el plus que disfruta el equipo es su riqueza técnica, herencia de una de las escuelas más prolíficas del fútbol europeo como es la balcánica. En ese sentido, los croatas y sus vecinos de la ex Yugoslavia son los más “sudamericanos” del continente.

Más atrás en el historial se ubica el primer duelo mundialista, cuando Argentina se impuso por 1 a 0 con gol de Mauricio Pineda. Pero en esa Copa, la de Francia 1998, fue Croacia la que llegó más lejos, hasta sucumbir en semifinales con el anfitrión. La Selección había perdido en cuartos con Holanda. Países que se repiten, equipos que se renuevan, todos unidos por un afán de justificado protagonismo. Antes y ahora, lo que se promete son grandes y decisivos partidos. Y volviendo a la pregunta del título, ¿es esta Croacia mejor que la de Rusia 2018? Da la sensación de que sí.

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