“Salió porque tenía que salir. No hubo otra cosa. Nunca más pude hacer otro gol igual. Fue el mejor de mis goles. Sobre todo por la repercusión que tuvo y por el asombro de tanta gente”, explicó Cesáreo Onzari, autor del histórico tanto, con el paso del tiempo. Tras consagrarse campeón de los Juegos Olímpicos de París 1924, Uruguay disputó dos encuentros amistosos ante Argentina. El primero se llevó a cabo en Montevideo, el 21 de septiembre, y terminó 1-1. El segundo, que tuvo lugar en la cancha de Sportivo Barracas, generó mucha expectativa en el público argentino, a tal punto de que al estadio asistieron casi sesenta mil personas, cuando la capacidad era de cuarenta mil. A partir de esto, muchos hinchas se ubicaron en el campo de juego para ver el amistoso, motivo por el cual el árbitro uruguayo Ricardo Vallarino suspendió el partido. Finalmente, el encuentro se reprogramó para el 2 de octubre, en el mismo estadio, pero en esta ocasión con un alambrado alrededor de la cancha, para evitar la invasión al campo de juego. Con lo que respecta al juego, a los quince minutos del primer tiempo llegó la histórica jugada: Cesáreo Onzari, wing izquierdo de la Selección Argentina, ejecutó un córner y la pelota entró al arco sin que nadie la desviara. A partir de ese momento, el gol fue conocido como ‘gol olímpico’, ya que fue marcado ante el último campeón de los Juegos Olímpicos. El encuentro, finalmente, terminó 2-1 a favor de la Selección Argentina. En cambio el primer gol olímpico en Mundial tuvo que esperar 38 años. Recién el 3 de junio de 1962 el colombiano Marcos Coll entró en la historia al concretar un gol desde el tiro de esquina en el partido entre las selecciones colombiana y de la Unión Soviética. A la postre se convirtió en el primero y único hasta el presente que se concreta en una justa mundialista. Era la segunda fecha del torneo que se jugaba en Chile. Los cafeteros venían de perder con Uruguay 2 a 1 y los soviéticos de ganarle a los yugoslavos 2 a 0. Los europeos eran temibles, se habían coronado campeones europeos dos años antes. La cosa comenzó como era de esperar los rusos, arrolladores, a los 11 minutos de juego ya ganaba 3 a 0. A los 26 descuentan los colombianos. Comienza el segundo tiempo y los soviéticos vuelven a concretar para ponerse 4 a 1. La maquinaria rusa parece frenarse y a los 68 minutos llega el gol histórico de Coll. Dispara desde la esquina izquierda la pelota toma una trayectoria sorprendente y sin que nadie la toque se introduce en la valla defendida por Lev “La araña negra” Yashin, una de las grandes figuras de aquel seleccionado ruso y uno de los mejores arqueros de la historia. La increíble anotación sin duda sirvió de estímulo para los colombianos que luego pudieron empatar por intermedio de los goles de Antonio Rada (Min. 72’) y Marino Klinger (Min. 76’). El resultado final fue 4 a 4 dejando a los cafeteros con posibilidades de clasificar. Cosa que no ocurrió ya que en la última fecha cayeron 5 a 0 ante los yugoslavos y los soviéticos derrotaron a los uruguayos 2 a 1. Clasificaron a la siguiente fase los dos equipos europeos. Los rusos fueron derrotados en cuartos de final por los anfitriones, Chile, por 2 a 1, quienes terminaron en tercera posición. El campeón fue Brasil y en segundo lugar quedó Checoslovaquia.