Nadie desentonó en la Selección Argentina: todos aprobaron con creces

Titulares y suplentes jugaron a un nivel espléndido, necesario para llegar a la fina.

CON EL ALMA. Julián Álvarez va en busca del abrazo de Lionel Messi en el primer gol que marcó después de haber desparramado a los defensores del seleccionado balcánico. reuters CON EL ALMA. Julián Álvarez va en busca del abrazo de Lionel Messi en el primer gol que marcó después de haber desparramado a los defensores del seleccionado balcánico. reuters
14 Diciembre 2022

Ningún jugador de la Selección Argentina va a desaprobar este uno por uno. Ni siquiera habrá aprobados con baja nota. Lamento “spoilearle” el final de esta nota, pero me veo en la obligación de ser claro, incluso a riesgo de perder ciertos lectores en el amanecer del texto. La obligación surge luego de ver el tamaño partido que hizo equipo ayer en el que ninguno de sus integrantes jugó menos de siete puntos. Así se describe desde lo individual la magnífica performance del seleccionado para acceder a la final de la Copa del Mundo.

Emiliano Martínez, a diferencia del duelo con Países Bajos, tuvo poco trabajo pero respondió siempre. En los centros, en tiros que se desviaban y en cabezazos que parecían complicarlo.

La defensa funcionó a la perfección en cada uno de sus nombres. Como sucede con cualquier gran equipo, los jugadores pueden cambiar, pero el rendimiento se mantiene. Nicolás Tagliafico reemplazó a Marcos Acuña que había descollado en el último partido. El jugador de Lyon fue una de las grandes figuras marcando (y anulando a rivales), proyectando y metiendo.

Cristian Romero y Nicolás Otamendi estuvieron firmes como siempre y Nahuel Molina, si bien no fue tan influyente como en el partido pasado, estuvo a la altura.

En el medio la cuestión mejora: Enzo Fernández abrió el partido con un pase fenomenal a Julián Álvarez en la jugada que derivó en el penal. Alexis MacAllister sigue demostrando porqué es titular: clase para atacar y para defender. La misma etiqueta le cabe a Rodrigo De Paul, que aún con su lesión a cuestas, no dejó pasar a nadie y ayudó en la creación.

Quizás Leandro Paredes haya sido lo más “flojito” del equipo, pero aún así se ganó su 7 por no dar por perdida ninguna y colaborar en el orden del medio campo. Después de todo fue el nuevo integrante del equipo.

Arriba está lo mejor. Julián Álvarez nunca mereció un 10 tanto como ayer. Generó el penal, metió un gol que quedará en la historia de los mundiales y convirtió el tercero tras la asistencia de Lionel Messi.

Este último merece su párrafo porque volvió a jugar los 90 minutos (no descanso un solo instante en esta copa del mundo) y lo hizo con un nivel que verdaderamente emociona. Las estadísticas dirán que hizo un gol y regaló una asistencia, pero en realidad fue mucho más. En lo futbolístico no es el que carga con absolutamente todo el equipo, pero sin dudas es el líder emocional del plantel. El mejor futbolista del mundo desde hace años y sin discusión, se ganó el otro 10.

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