Teatro tucumano: historias personales que buscan pasar a ser de todas

En “Mujeres de mi vida”, Evelin Brandán recorre cinco personajes familiares dirigida por Máximo Gómez. Hoy será la última función.

EL PROPIO PASADO. Evelin Brandán reconstruye los hechos familiares. EL PROPIO PASADO. Evelin Brandán reconstruye los hechos familiares.

Evelin Brandán partió de su propia biografía y de la de sus ancestros para construir, junto a Máximo Gómez, “Mujeres de mi vida”, el monólogo teatral que bajará hoy a las 21.30 de cartel, en La Colorida (Mendoza 2.955).

Para hacerlo, la protagonista optó por “ponerme en la piel de cada una de ellas en el árbol genealógico, de pensar en cómo serían o cómo vivían según sus historias y sus tiempos; eso hizo que las abrace en todo el proceso creativo, más allá de sus contradicciones; no me dio enojo, pero sí tristeza en ciertas cosas”.

Su mirada surgió de entrevistas que le realizó a su linaje sanguíneo, y su abuela la ayudó a definir el perfil de su bisabuela. “Ahondábamos en sus historias mediante, todo se hacía cada vez más sensible y eso nos llevó a cuestionarnos sobre qué contamos y cómo lo contamos. La versión que estoy haciendo tiene una mirada social más cuestionadora, con una narradora que presenta hechos actuales como herramienta de lucha”, explicó.

“La obra devino de una necesidad inmensa de atravesar a las mujeres que me precedieron mediante el arte. Sentía una pulsión muy fuerte de que todo esto salga y se manifieste. Gracias a sus historias y a sus voces yo sigo pudiendo elegir mi propia vida”, reivindicó.

Aparte de la coautoría, Gómez se hizo cargo de la dirección: “con Evelin comenzamos a armar este espectáculo en 2013 y su intención era darle vida a historias de gran intensidad de sus abuelas, tías y madre, que la construían como mujer por lo que las necesitaba comprender, confrontar, perdonar o tomar como bandera. Cuando las historias de vida empujan para ser contadas, es más genuino darles lugar y trabajar con ellas que buscar otras voces. Lo biográfico me interesa porque es una forma de dar batalla a las diferentes formas en que se manifiesta el poder y los intereses de ciertos sectores, invisibilizando y creando asimetrías sociales. Cruzamos textos que reflejan situaciones de inequidad que las mujeres viven a diario, buscando nexos entre lo personal y lo político”.

“No creo que se pueda dejar de lado el género (al dirigir un espectáculo netamente femenino), porque eso sería dejar de ser lo que somos. Lo importante es cambiar la perspectiva, empezar a ver las cosas y a plantear nuestras relaciones corriéndonos de las estructuras de poder. Por generaciones hemos sostenido asimetrías importantes entre el varón y la mujer y es gracias a las luchas y reivindicaciones del feminismo que podemos construir nuevos modos de asumir las relaciones y los roles dentro del arte”, remarcó.

El director destacó que el trabajo se expande de lo individual porque “intentamos que los relatos dejen de ser íntimos y personales para empezar a ser sociales, ya que buscamos crear conexión entre las cinco historias que presenta la actriz con las de todas las mujeres”.

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