Juicio por Fernando Báez Sosa: un testigo complicó a Máximo Thomsen

El jefe de seguridad del boliche contó que Thomsen era el que más golpeaba al joven de 18 años.

Máximo Thomsen, el más complicado por el crimen de Fernado Báez Sosa Máximo Thomsen, el más complicado por el crimen de Fernado Báez Sosa TN
04 Enero 2023

En la tercera jornada del juicio contra los ocho rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa declaró Pablo Ventura, el joven al que lo acusados involucraron en el hecho. También dieron su testimonio los amigos de la víctima y el jefe de seguridad del boliche Le Brique de Villa Gesell.

Las declaraciones de los amigos de Fernando Báez Sosa y del patovica Alejandro “Chiqui” Muñoz complicaron a Máximo Thomsen, indicado como el más agresivo de los ochos y el rugbier que le pegó las patadas mortales al joven de 18 años. 

De 2.03 metros y 150 kilos, Muñoz contó que necesitó ayuda para sacar Máximo Thomsen del boliche porque "estaba muy agresivo".

 “Cuando llegué la pelea ya había terminado. Me lo señalan a Thomsen, trato de sujetarlo solo y me hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda a uno de mis compañeros para sacarlo. A Fernando, en cambio, lo sacaron tranquilo, no tenía camisa”, recordó.

El testigó reveló que cuando salió a la puerta vió que los rugbiers "se turnaban para pegarle a Fernando". "Trataban de separar a los amigos y dejarlos a cinco o seis metros. Unos cubrían a los amigos y otros le pegaban. Uno que estaba con camisa blanca con rodete le pegó y Fernando no se levantó nunca más. La daban patadas constantemente. El que más le pegaba fue el chico que saqué yo: Thomsen. Me concentré en él porque, mirá que yo soy grande, pero no lo pude contener”, enfatizó.

Se proyectaron dos videos durante el testimonio de Muñoz y el testigo refirió que a los imputados los sacaron por Avenida Buenos Aires, y que a Fernando y sus amigos, por la entrada principal, sobre la Avenida 3. Dijo que es parte del “protocolo”. “Yo siempre les digo que se vayan a su casa, pero acá hubo una diferencia: unos salieron violentos, otros no”.

En el momento crucial de su testimonio, Muñoz se quebró: “Hace veinte años que trabajo de esto y jamás vi tanta saña. Todo patada, patada, patada”.

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