Manojo de calles: teatro sin red y con dramaturgia propia

El grupo cumple 30 años y ya cuenta con su casa en Tafí Viejo. Textos que atraviesan a otros. La puesta en escena y la incertidumbre.

CUERPOS EN PRIMERA PERSONA. El colectivo trabaja desde el teatro de la crueldad y el antropológico.  CUERPOS EN PRIMERA PERSONA. El colectivo trabaja desde el teatro de la crueldad y el antropológico.

Que un cuerpo de obra sea propio no quiere decir que no esté atravesado por múltiples lecturas o una intertextualidad que no avisa, pero se presenta aunque nadie la llame.

Manojo de Calles cumple 30 años por estos días y es uno de los dos colectivos que se mantiene haciendo su teatro. Un teatro que se cruza con la danza, la poesía, versiones contemporáneas de textos mitológicos, como Medea o Antígona Vélez (en distintas versiones). El teatro antropológico y el de la crueldad se encuentran en ese escenario en el que no faltan el drama y la tragedia, el grotesco, la dramaturgia colectiva y el clown. Las intervenciones públicas y las performances construyen, simultáneamente, esas puestas.

El teatro tradicional distingue el texto de la puesta en escena, pero con Manojo de Calles la composición y la puesta corren el mismo riesgo. Porque de eso se trata: de un trabajo sin red, sin contención. Del cuerpo de obra construido sobre obras de cuerpos.

Y literalmente sobre un tablón en la sala de La Sodería (Villa 9 de Julio) desfilaban sin saber dónde pisaban cuando una de ellas lo hizo en un agujero y se cayó: era el riesgo de la acción, estaba allí como posible. Así como los gritos festejando o insultando “El casamiento de Martita” en el microcentro, en la esquina de la cúpula.

Desde “Antígona Vélez” (sobre versiones de Sófocles y Marechal) , “Mirando la luna”, “El país de las lágrimas o el lamento de Ariadna”, “Los ojos de la noche”, “Fiesta 5”, a “Tango Cha Cha Cha”, “Cuarta Fiesta” o “¿…? ¿qué será?” son decenas las obras que han constituido el cuerpo de obra de un grupo, de un colectivo, que ha recorrido provincias, ciudades y los tribunales (leyendo poesías en las escaleras), las calles San Juan y Maipú, escuelas, plazas y barrios. Tal vez por esa razón, por el carácter nómade, haya sido postergado la urgencia de un espacio propio (aunque transitoriamente hicieron paradas en La Roja, a lado de las vías por Marcos Paz y el pasaje Irigoyen, en Mendoza al 2.200 con el proyecto Fuera de Foco, y ahora en Tafí Viejo).

Se trata del cuerpo de obra, o la obra de los cuerpos.

Tampoco se sabía qué ocurriría cuando el carrito del verdulero ingresaba en el Museo Timoteo Navarro en una exposición, “Flores del Jardín” (2004).

Cuando se concurría a una muestra de Manojo de Calles dominaba la incertidumbre. En Casa Club (Las Piedras al 700), los cuerpos desnudos se amaban y repelían, golpes; un olor fuerte se sentía a un par de metros del público y se podía ver las marcas en las piernas de la actriz Elba Naigeboren.

Verónica Pérez Luna, Jorge Pedraza y Sandra Pérez Luna han sido fundadores de esta historia, luego se agregaron Tita Montolfo, luego Celeste Lafuente, y algunos participaron con destacados y memorables trabajos como César Romero y Naigeboren. Muchos aprendieron de allí como el grupo Teodora Teatro o Gonzalo Véliz. Y ahora son hijas que actúan a la par de sus madres, como Yoca Gil.

En la agenda

En noviembre estrenaron “La Nave de Las Locas” partiendo de una temática concreta sobre el eje Malvinas/Soberanía para un concurso del Instituto Nacional del Teatro, explicaron las teatristas. Pérez Luna recuerda que los 30 años según la simbología popular corresponde a Bodas de Perlas: “una metáfora bonita para hablar de nosotros como una Perla”.

En el grupo inicial también estuvieron Mariela Ibarra y Viviana Hurvitz.

Entre una agenda cargada de actividades se dictará el Taller Tres Tetas, dictado por Pedraza, Sandra y Verónica Pérez Luna. Y como no podía ser de otra manera será sobre los cuerpos liberados y su composición.

Con técnicas de clown, de composición grotesca a partir de animales y técnicas vocales y corporales de expansión y resistencia (sábado, domingo y lunes, de 17 a 20, en Pasaje Villagra 262, Tafí Viejo).

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