Pasó otro Cosquín Rock en el valle de Punilla, en Córdoba. Y esta vez, el festival logró consolidarse como una experiencia musical. Su condimento especial: el cruce de estilos musicales y de generaciones con el público sin perder su columna vertebral: el rock.
El sábado y el domingo, durante 12 horas (desde las 14 y hasta las 2 de la madrugada), tocaron más de 110 bandas de diferentes géneros en los seis escenarios distribuídos en un predio (aeródromo de la Punilla) de 13 hectáreas. El público fue tan ecléctico como la propuesta del festival.
Y fue una experiencia por los escenarios temáticos, por las carpas con juegos, por los puestos de venta de comidas y bebidas, y el infantable merchandising oficial del festival. Había mucho para ver y escuchar.
Cosquín Rock 2023: contrapuntos musicales y cruces generacionales
La música electrónica generó momentos muy especiales, pero el rock sigue siendo muy importante dentro de Cosquín. Lo reivindica siempre en la presencia de bandas emblema del género como Skay Bailinson, que desplegó la mística de los Redondos o Divididos.
El contapunto entre el rock Ciro y Los Persas, en el escenario Norte, y el trap de Dillom, en el sur, fue la clave de esta 22° edición del Cosquín Rock. Pasó lo mismo con Las Pelotas y Tiësto. Muy bien pensado porque la marea de gente se movía de un lado a otro para llegar a tiempo cada performace.
Lo de Ciro fue para el recuerdo. Si hay algo que caracteriza al líder de Los Persas es su capacidad para reiventarse y darle algo nuevo al público, en especial en Cosquín. Esta vez, llevó a la Filarmónica de Villa María, que lo acompañó en la primera tanda de temas (nada más y nada que un clásico de Los Piojos como "El Farolito") y logró encender el pogo del otro lado del escenario. También tuvo una invitada especial para "Canción de cuna" y dedicó unos minutos de su show a felicitar a la Selección argentina, campeona del mundo.
La actuación de Babasónicos merece un destaque aparte. La banda liderada por Adrián Dárgelos, un verdadero showman en escena, tocó algunos temas de los más recientes Discutible (2018) y Trinchera (2022) y también clásicos como Los Calientes y Deléctrico. Y ni hablar del despliegue escénico que envuelve y encanta. Una hora y diez de show fue poco. La gente quedó "manija", con ganas de escuchar más.
Las Pelotas llegó al Cosquín Rock en un momento muy especial. En este 2023, se cumplen 20 años de "Esperando el milagro", el álbum que catapultó al grupo comandado por Germán Daffuncchio. Además, es la banda con asistencia perfecta en las 22 ediciones del festival.
“Después de estar 22 cosquines, cuando muchos de ustedes no habían nacido, lo logramos: cerramos el Cosquín Rock número 23", lanzó Daffuncchio. El recital tuvo diferentes momentos pero, sin dudas, el más especial fue cuando Ismael Sokol, hijo del inolvidable cerebro de Sumo y Las Pelotas -Alejandro Sokol-, subió a escena para interpretar "Movete" y "Día feliz". El público agradecido y feliz. La banda también. Le gusta tocar en el festival y eso se nota.
Tras este arrollador éxito con entradas agotadas ya en los días previos, queda claro que este nuevo formato del Cosquín Rock no solo muestra su evolución y apertura musical hacia los géneros que escuchan las nuevas generaciones, también llegó para quedarse y convertirse en su marca registrada. Que nunca falte el rock pero que haya lugar para otras expresiones.