Dengue: los contagios suben ahora más rápido que en la última epidemia

¿Se espera que este año se registre el peor brote de la patología?

FUMIGACIÓN. Todos los días se realizan distintas tareas en los barrios para disminuir la cantidad de mosquitos. FUMIGACIÓN. Todos los días se realizan distintas tareas en los barrios para disminuir la cantidad de mosquitos.

Marzo, abril y mayo de 2020 nos traen muy malos recuerdos: mientras estábamos en cuarentena, cuidándonos de la covid-19, miles de tucumanos se contagiaron de una enfermedad muy dolorosa e insoportable en algunos casos: el dengue. La pesadilla se reedita este año, aunque sin confinamientos. Y el dato más preocupante: por la cantidad de contagios que ya se reportaron y por las olas de calor esta podría convertirse en la peor epidemia que se haya registrado en nuestra provincia.

Hasta ayer el brote de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypty había sumado más de 1.500 casos. Los contagios aumentan día a día y la situación preocupa a las autoridades sanitarias. Si se compara la cantidad de casos que había a la misma altura del año en 2020, en esa oportunidad eran 114, mucho menos de un 10% de lo que ya se reportó en este 2023.

Hay varios factores que hacen imaginar un peor escenario. Por un lado, está la presión epidemiológica. Bolivia, por ejemplo, sufre el peor brote de la enfermedad de los últimos 10 años. Por otra parte, está el clima: además de las olas de calor que venimos sufriendo, el Servicio Meteorológico Nacional anunció que las temperaturas en el otoño estarán por encima de lo normal y también se esperan más lluvias de lo previsto, situación que favorece la transmisión de enfermedades relacionadas con vectores, como es el dengue.

Y hay un tercer punto que alarma a los médicos, y es este año está circulando un nuevo serotipo de dengue: es el DEN 2. En el 2020 circularon el DEN 1 y el DEN 4. “En los pacientes que ya se vieron afectados por un serotipo, si se contagian de nuevo con otro serotipo pueden aumentar las posibilidades de desarrollar dengue grave”, explicó el secretario Ejecutivo del Siprosa, Miguel Ferre Contreras. No obstante, aclaró que quienes se enferman por primera vez también corren riesgo de desarrollar la forma grave de la patología. “Cada organismo responde a su manera ante el virus”, remarcó.

¿Qué pasa con el clima?

¿El aumento de temperatura tiene algún impacto en la situación actual de la epidemia de dengue?, le preguntamos a la investigadora Giselle Rodríguez, del Instituto Superior de Entomología del Lillo. “Los factores ambientales afectan la dinámica del mosquito. La temperatura y las precipitaciones son de las que más influyen, especialmente las temperaturas mínimas. Estas son las que provocan la desaparición del vector en el invierno. Si las temperaturas altas se prolongan seguramente el vector seguirá activo más tiempo de lo habitual (generalmente desaparece en junio en nuestra provincia). Nuestra ayuda siempre es la llegada de las bajas temperaturas del invierno y la sequía por bajas precipitaciones”, explicó.

Si las temperaturas van aumento y tenemos inviernos menos fríos, corremos el riesgo de que el dengue se convierta en una patología endémica; es decir, que podría estar presente todo el año, señaló la experta.

“No importa que no llueva. Mientras el mosquito tenga recipientes con agua como criaderos podrá seguir reproduciéndose”, remarcó. ¿Cuáles son esos recipientes que pueden servirle al Aedes cuando no hay lluvias? “Floreros, baldes, botellas frascos y aquellos que no tenemos muy en cuenta, como las cisternas, piletas de lona sin mantenimiento, bebederos de mascotas, receptor de agua de secaplatos y de aires acondicionados, cualquier tachito recolector de pérdidas de agua, pozos y desagües”, enumeró.

Según su experiencia, falta educación. Hay cuestiones que la población ya conoce bien. Por ejemplo, que el vector responsable de transmitir el dengue es el mosquito Aedes aegypti. Y que se desarrolla en las casas. Sin embargo aún no saben reconocer bien todos los lugares con agua que los huevos y las larvas de este insecto necesitan para crecer.

Ferre Contreras también admitió que las condiciones climáticas actuales (las olas de calor) no permiten pensar que en el corto plazo pueda cambiar el rumbo del brote de dengue que empezó en febrero en Lules y que hoy ya se extiende por al menos 10 departamentos de la provincia. “Hay que tener en cuenta que los casos empiezan a descender cuando las temperaturas bajan”, apuntó.

¿Podría ser esta epidemia la peor que se haya registrado?, le consultamos. El funcionario prefiere no hacer proyecciones. “Estamos todavía lejos de los 8.000 casos que se reportaron en 2020. Cada brote tiene sus particularidades, no sabemos si aquí ya pasó o no el pico de casos. Todos los días se están notificando contagios nuevos y cada vez son más. Esto se determina ya sea con diagnóstico por laboratorio o por nexo epidemiológico. Es decir, si la persona tiene síntoma y vive en una zona donde hay circulación del virus”, aclaró en una entrevista con La Gaceta Play.

El profesional admitió que sí hay una alarma y que por ese motivo todos los días personal del Siprosa realiza tareas de bloqueo. También buscan pacientes con síntomas de la enfermedad y le realizan análisis tanto para testar si están contagiados como para controlar el nivel de plaquetas en sangre, lo cual les permite saber qué pacientes pueden estar en riesgo de desarrollar las formas graves de la enfermedad.

“Sí tenemos pacientes internados, aunque no tenemos casos de dengue hemorrágico. Las internaciones son por prevención”, explicó. Y llamó a la población a extremar los cuidados para prevenir los contagios, principalmente llevando a cabo los cuidados básicos de saneamiento en las viviendas. “En los operativos que realizamos vemos cómo en las casas de las personas infectadas hay recipientes que actúan como criadero del mosquito. Ahora es el momento en que tenemos que revisar el fondo de nuestra casa”, insistió.

Sobre la problemática de los basurales y cómo estos espacios influyen en la epidemia, dijo que es una queja constante de los vecinos. “Trabajamos con los gobiernos locales, pero muchas veces vamos con camiones, estos sitios se limpian y a los pocos días se vuelve a formar el basural. Falta educación y cultura, y también la gente nos cuenta que no hay todos cuentan con recolección de residuos a diario”, concluyó.

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