Luis Luna Maldonado: "Las realidades en Latinoamérica se confunden con la ficción y son un cóctel inagotable para la literatura"

El escritor colombiano, ganador del premio Ñ de novela 2017, habla sobre Muertos bajo tierra fértil, su nuevo libro. Luego de 40 años dirigiendo la página roja de un diario de provincia, Arístides regresa a su pueblo natal. Poco antes de llegar, lo asalta un recuerdo: el cuerpo amoratado que vio sacar del río cuando era niño. Su olfato de reportero huele una historia. ¿De quién es ese cuerpo? ¿Quién lo eliminó como a tantos otros en su país? Estas preguntas impulsan la trama de la novela.

HUMOR. “Nuestras sociedades, si de algo sacan partido a todas las tragedias, es a través del poder ‘sanador’ del humor”, dice Luna Mandonado. HUMOR. “Nuestras sociedades, si de algo sacan partido a todas las tragedias, es a través del poder ‘sanador’ del humor”, dice Luna Mandonado.
09 Abril 2023

Por Sergio Silva Velázquez

Para LA GACETA - BARCELONA

-Muertos bajo tierra fértil nace a partir de un recuerdo de tu infancia, ¿En qué lugar está ubicada la historia?

-Sí, es una imagen que estuvo instalada durante mucho tiempo, la imagen de un muerto o un trozo de muerto (sin cabeza ni extremidades) que vi sacar del río durante un paseo familiar. De ese recuerdo saltó la idea de escribir una historia sobre los desaparecidos, la historia de un periodista que, ante su despido del periódico y su franca decadencia decide redimirse buscando el paradero de aquel cadáver para darle un nombre y sacarlo de esa lista interminable de N.N. Respecto al lugar, la historia puede estar en cualquier parte: en un rincón de Colombia, en un recodo de México, en algún lugar de Argentina, sitios donde hubo despariciones de personas a cargo de fuerzas oscuras, en ocasiones secundadas por agentes del Estado.

- ¿En qué te basaste para crear a Arístides?

-En nadie en particular, como todos los personajes de Muertos bajo tierra fértil. Los personajes se crean a partir de mixturas tanto en su aspecto, su manera de estar, ante cierta situación. Igualmente los personajes y en este caso Arístides evoluciona a lo largo de la trama, víctima de su alcoholismo por un lado y también se entrega con obsesión a las pesquisas por saber quién es ese muerto, Su Muerto, e intentar la reconquista de su antigua novia de juventud, mujer subyugada por un narco de provincia.

- El comienzo de la novela es muy poderoso desde lo visual y a la vez violento. Hablas de una realidad de Colombia pero también de Latinoamérica.

-Sí, como decía antes es una historia extrapolable a otras realidades y también a otros tiempos. Podría suceder ahora en Culiacán, en Alepo hace diez años, o en Tucumán durante la época de los centros clandestinos de detención o en la guerra civil española. La desaparición forzada de personas es un instrumento de miedo que afecta no sólo a la persona desaparecida, tal vez torturada o asesinada; es una estrategia para desestabilizar y atemorizar a su entorno, a su comunidad, a sus compañeros de ideología…

-Un escritor español me hablaba de la forma contundente en que escriben los latinoamericanos ¿Crees que hay una literatura latina y otra española?

-Creo que tenemos más material; nuestras realidades, que se confunden con la ficción o se entremezclan o se solapan o se estorban, son un cóctel inagotable. El narrador europeo acude a otras fuentes, lo que no quiere decir que generaciones jóvenes están narrando las precariedades que se están instalando por ejemplo acá en España. Igualmente nuestro lenguaje parece más vital y al mismo tiempo guardamos un acervo que en la península se ha perdido.

-¿Cómo viviste el estigma del narco colombiano y el prejuicio?

-Supongo que te refieres a mi condición de inmigrante. Por ahí en mi primera novela Aquí sólo regalan perejil, el protagonista decía que todos los colombianos somos sospechosos. Y seguimos siéndolo, tal vez un poco menos, porque “nuestro gran negocio” aunque sigue vigente ha sido exportado a México donde están sufriendo lo que soportamos en Colombia durante los ‘80.

- ¿Cómo fue ganar el premio Clarín?

-Al saber que mi novela Aquí solo regalan perejil estaba entre los finalistas decidí viajar para asistir a la premiación, con la idea de… “y si sí”. Y sí, llegó el premio y la posterior publicación de la novela en Argentina, Colombia y España. A veces este tipo de certámenes permiten salir a la luz a quienes probamos suerte con la escritura; estoy seguro de que hay cientos de buenos manuscritos publicables escondidos en un cajón o tocando puertas con candados, así como cientos de títulos mediocres en las librerías.

- En Aquí solo regalan perejil como en esta nueva novela te adentras en temas sociales pero también está presente el humor.

-El humor en la literatura no le quita seriedad. Un personaje, así sea un asesino, también hace bromas, echa chistes o quiere a su mamá. Y si uno dota a sus personajes de un empaque tal que se asemeje a una persona, esa persona debería tener tantas aristas como todos nosotros. Cuando veo o leo un personaje que sólo es malo, malísimo o bueno buenísimo, eso sí que es un chiste y esa historia tiene poco valor. Además, nuestras sociedades, si de algo sacan partido a todas las tragedias, es a través del poder “sanador” del humor, negro o de cualquier color.

-¿Cómo ves el “negocio” editorial? ¿Cuánto depende hoy el escritor de los representantes literarios?

-Pues es eso, un negocio, del que el escritor es parte. Si triunfas en esta industria depende de muchas cosas: de tener un buen texto, del tratamiento que te dé la editorial, del influencer que se le ocurra sacarse un selfie con tu libro, de la divulgación en prensa, en redes, y en definitiva del lector, quien es quien decide comprar o no comprar. En cuanto a los representantes, tuve una experiencia poco grata, lo que no quiere decir que los agentes literarios jueguen un papel importante en el sector; si apuestan por tu manuscrito y lo mueven en las editoriales adecuadas, si defienden tus intereses, cualquier escritor debería tener uno.

© LA GACETA

Perfil

Luis Luna Maldonado nació en Pamplona, Colombia, en 1963. Es redactor publicitario y escritor. En 2022 Tusquets Editores publicó su segunda novela, Muertos bajo tierra fértil, obra finalista del Premio Azorín de Novela, otorgado por la Diputación de Alicante y Editorial Planeta. Ganó el XX Premio Ñ Clarín de Novela 2017 con la obra Aquí sólo regalan perejil, publicada en Argentina, Colombia y España. Novela también nominada al V Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana 2019. Publicó, con el sistema de crowdfunding, el libro de relatos Cortoletrajes, historias comunes sobre gentes corrientes (2013) y el libro recopilatorio del libelo cultural “papelHigiénicoIlustrado” (2016).

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