“Sin tapires no hay selvas”

24 Abril 2023

Inundaciones, sequías e insoportables olas de calor son síntomas de un planeta en estado crítico. Ya no son solo las sensaciones o especulaciones de unos pocos, pues existen datos certeros que indican que el cambio climático nos está afectando tal cual lo percibimos. Según el último informe “Estado del Clima Mundial 2022” publicado el viernes pasado por las Naciones Unidas, los últimos 8 años fueron los más cálidos desde que comenzaron los registros y el año pasado marcó una serie de hitos como el aumento de la temperatura media mundial, que subió 1,15 grados centígrados (ºC) respecto al promedio del periodo preindustrial (1850-1900).

Estos cambios, ahora certificados, se presentaron un día antes de celebrar el Día Internacional de la Tierra, que se conmemora todos los 22 de abril desde 1970. Se trata de una fecha especial que para muchos pasa desapercibida, pese a la necesidad de concienciar a nivel global sobre la urgencia de actuar. Fue el senador estadounidense Gaylord Nelson quien propuso una jornada especial hace más de 50 años cuando aún no avizoraba las profundas transformaciones que sufrirían los ecosistemas de todos los continentes. Nelson es considerado uno de los impulsores del movimiento ecologista moderno, ya que desde su rol legislativo fue clave en la generación de políticas relacionadas con el medio ambiente. A fines de los años sesenta, en un clima de efervescencia política y de protestas civiles, el senador convocó a una enorme manifestación que congregó a más de 20 millones de estadounidenses para elevar la consciencia sobre los problemas del planeta.

Sin embargo, el Día de la Tierra tiene poco para celebrar. El reporte de la ONU detalla pérdidas millonarias, desplazamientos de poblaciones, aumento del nivel del mar y de los gases que impactan en el efecto invernadero. Según el informe, las consecuencias del cambio climático ya repercuten directamente sobre poblaciones civiles, principalmente en el desplazamiento de 95 millones de personas debido a los cambios drásticos en los ambientes, asociados principalmente con la sequía en distintos puntos del planeta.

A pesar de los estudios y las manifestaciones, el panorama es desalentador. El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, advirtió en la presentación de este informe que las emisiones de gases de efecto invernadero “no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando”, mientras que las poblaciones de todo el mundo continúan viéndose gravemente afectadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.

A pesar del oscuro panorama que advierte el informe de la ONU, todavía existen muestras de sensibilidad hacia la tierra, sobre todo en las generaciones más jóvenes. Días antes de que se publicara el informe internacional, un grupo de jóvenes se manifestó en la Plaza Independencia de nuestra provincia reclamando por el asesinato de Suyana, la tapir de tres años que había sido reintroducida en el entorno libre de la sierra de San Javier. “Sin tapires no hay selvas”, llevaba escrito el cartel que levantó Laura Garcia, integrante del Proyecto Tapir, quien rompió en llanto durante el reclamo para que se esclareciera judicialmente el caso. A ella la acompañaron miembros de colectivos ambientalistas y personas particulares que visibilizaron un reclamo que paralelamente ya lleva casi 10.000 adhesiones en la plataforma Change.org.

Inteligente fue la apuesta del senador Nelson en convocar a la juventud en su momento. Hoy, una nueva generación toma la posta de un reclamo no solo más urgente, sino también más cercano, hasta las lágrimas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios