Independiente: el gigante en manos de un influencer

Agobiado por las deudas y por el descenso, el recambio de autoridades que prometía salvar a Independiente termina hoy aferrado a un influencer de 30 años que ni siquiera es hincha del club, pero aprovecha su imagen para ayudarlo al modo año 2023.

Santiago Maratea recaudó en 48 horas más de 500 millones de pesos, menos del diez por ciento del dinero que el club precisa, pero confía obtener en diez días más la cifra que permita al menos levantar el reclamo del América, de México, por el pase de Cecilio Domínguez, apenas uno de los tantos desaguisados que dejó la gestión Moyano.

El influencer buscó aclarar algunas de las dudas que se plantean en las redes, pero su método es tan novedoso que ni siquiera los especialistas saben bien ciertas normativas que deberá respetar el operativo, porque los dineros del fútbol tiene distintas explicaciones; los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro, nuestra economía en crisis tiene ochenta mil regulaciones y las donaciones en sí mismas son un tema complejo.

Especialistas de este último punto me decían el viernes que Argentina, “a diferencia de otros países que estimulan las donaciones, las castiga”. Y me citaban entre esos países que estimulan las donaciones a Estados Unidos, como ejemplo. Pero justamente Estados Unidos vive un escándalo en estos días porque un miembro de peso de su Corte Suprema (Clarence Thomas) recibió donaciones y gentilezas polémicas de un megamillonario en los últimos veinte años y jamás las notificó. Las vacaciones pagas a un resort VIP eran para él y su esposa y las donaciones, claro, sólo para una Fundación de la esposa del juez. Todos sabemos desde hace tiempo que las donaciones sirven para tapar muchas cosas, especialmente a la gente que tiene mucho dinero y que puede donar y quedar de paso como un alma caritativa que ayuda a esconder un costado menos amoroso. Está bien que la ley vigile.

Esforzada en difundir minuto a minuto el proceso de la donación, cierta prensa habla de Independiente y Maratea como un caso inédito. El sistema podrá serlo, claro. Pero la historia de nuestro fútbol está llena de hinchas que ayudaron a sus clubes. Desde Boca hace un siglo, hasta, ya en tiempos modernos, San Lorenzo con su vuelta a Boedo. O hinchas que pintan estadios y levantan predios de entrenamiento. O que, como sucedió cuando Racing cayó en quiebra, hasta se encadenan a las puertas del club.

Escuchamos estas horas historias emocionantes de hinchas, trabajadores anónimos que aportaron dinero porque, obvio, aman al club que es parte de su vida. También ex jugadores del club, y hasta jugadores de clubes rivales, como el caso de José Chatruc. Y también rumores de que el principal aportante es justamente el dueño de la empresa utilizada para registrar el dinero que se recaude (Marcos Galperín y Mercado Pago), él sí, hincha de Independiente.

Como sea, el caso ofrece aristas interesantes para el análisis y también ricas en emociones. Fútbol en estado puro. Y, en el medio, la historia del Rey de Copas que se refugió en aquel pasado glorioso. Y sirvió a dirigencias para maniobras oscuras. Eso también, muchas veces, suele ser fútbol en estado puro.

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