El balance de Atlético Tucumán luego de tres meses de competencia.

Lucas Pusineri. Lucas Pusineri.

A pesar de que no estamos en el final del semestre o del torneo, llegar a la mitad de la Liga Profesional obliga a que en el “decano” se haga un balance, necesario para encarar lo que queda del campeonato sabiendo dónde debe poner la mira para mejorar.

“Muchos se preguntaban qué iba a pasar conmigo después del partido con River y hoy estamos contentos por la manera en la que resolvimos estos dos juegos muy complicados en los que mostramos buenas formas y sumamos cuatro puntos de seis posibles”, dice Lucas Pusineri con la confianza por las nubes después de enlazar el cuarto partido consecutivo sin derrotas.

El duelo ante el “millonario” marcó exactamente la mitad del torneo, en la que Atlético sumó 14 puntos en igual cantidad de partidos, producto de dos triunfos, ocho empates y cuatro derrotas. La cosecha sabe a poco para la parcialidad “decana”, porque el buen torneo realizado durante 2022 presagiaba que con algunos refuerzos y la mano del DT, el equipo podría volver a estar en los primeros planos de la Liga, algo que no terminó ocurriendo y eso tiene algunas explicaciones.

Se desarmó la columna vertebral: Sin Carlos Lampe, Martín Garay y Manuel Capasso, Pusineri estaba obligado a encontrar el reemplazo –en poco tiempo- de tres piezas importantes en el sector defensivo. El torneo de Tomás Marchiori fue de menos a más y recién después de los primeros cinco partidos se empezó a mostrar más seguro en el arco y a partir de ahí fue muy importante para el equipo.

Pusineri tardó cinco partidos en animarse a confiar en Nicolás Romero, que tuvo la difícil misión de hacer olvidar a Capasso, brillante en 2022. Al catamarqueño no le pesó el momento y con 19 años se volvió el mejor aliado de Bruno Bianchi en la trinchera. Por el lateral derecho, suplir la ausencia de Garay fue –inesperadamente- lo más complicado. Si bien el jugador que actualmente defiende los colores de Tigre no había jugado un torneo 10 puntos, siempre fue regular y por eso ahora se lo extrañó. Ni Hernán de La Fuente ni Moisés Brandán pudieron adueñarse de ese puesto y la solución para Pusineri recién llegó cuando armó línea de cinco atrás. Entre Marcelo Ortiz y Renzo Tesuri se distribuyen esa zona de la cancha y, hasta el momento, están cumpliendo.

Decir que extraña –y no le encontró reemplazante- a Ramiro Carrera, es una obviedad. El actual jugador de Cruz Azul aportó siete goles en el torneo pasado y era el complemento perfecto para la parte defensiva y el ataque. El inoxidable Guillermo Acosta, con sus formas y su estilo, se hizo cargo de esa situación y tan mal no le fue. Eso sí, necesitó que Joaquín Pereyra siga siendo el mejor del equipo y que Bautista Kociubinski, Francisco Di Franco o Adrián Sánchez se pongan el overol. El mediocampo también la pasó mal gran parte de estas 14 fechas, en parte, por los experimentos -casi de laboratorio- del cuerpo técnico para encontrar el engranaje perfecto.

Arriba no cambió demasiado la ecuación, Mateo Coronel parece continuar en estado de gracia, como sucedió el año pasado con el propio Coronel y con Ramiro Ruíz Rodríguez. El “9”, que el año pasado supo ser Augusto Lotti o Cristian Menéndez, ahora es Marcelo Estigarribia, a quién le cuesta marcar goles pero hace el trabajo “sucio” a la perfección.

Le cuesta mucho ganar: da la sensación que a ésta versión de Atlético le resulta mucho más complicado quedarse con los tres puntos. Partidos como contra River, Barracas o Central posiblemente el año pasado terminaban sí o sí en triunfos. Esta vez no. Atlético no sabe rematar los partidos y le hacen goles casi siempre (solo 3 veces terminó con la valla invicta).  Ya sea por desatenciones, cambios tardíos o nervios propios de la situación (pelea la zona del descenso) el “decano” terminó masticando bronca en varias ocasiones.

Aunque el rendimiento de los últimos partidos provocó cierta ilusión en los hinchas, el equipo todavía necesita encontrar su mejor versión, ahora parece mucho más cerca de ese objetivo y eso es gracias a algunas actuaciones individuales importantes. En ese aspecto se destacan Marchiori, Romero, Acosta, Pereyra y Coronel.  Si Pusineri puede aceitar esta columna vertebral y los jugadores sostienen sus buenos rendimientos, el camino será más sencillo.

Al semestre de Atlético le quedan 14 fechas (pueden ser más si avanza en Copa Argentina, juega el 16 de mayo con Estudiantes de Río Cuarto) y el optimismo reina en el plantel. Están confiados en que lo que viene será mejor y por eso hoy no habrá feriado para ellos. Desde las 9.30, el equipo se entrenará en el complejo “José Salmoiraghi” porque debe enfrentar a Belgrano el sábado, en el primer escalón que tendrá esta segunda parte del torneo, en la que Atlético está obligado a mejorar para no jugar la Copa de la Liga (después de agosto) con la soga al cuello.

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