Sigue alta la curva de contagios de dengue en Tucumán: ya hubo 23.400 casos

Se notificaron 400 contagios por día en la última semana. Expertos analizan las causas por las que este año la epidemia fue más grave

OPERATIVOS DE FUMIGACIÓN. En el municipio capitalino usan un camión para tirar insecticidas en los barrios. OPERATIVOS DE FUMIGACIÓN. En el municipio capitalino usan un camión para tirar insecticidas en los barrios.

Se estima que después de estos días más frescos, el brote de denguepor fin empezará a retroceder en Tucumán. De acuerdo al informe difundido ayer por el Ministerio de Salud de la provincia, todavía se mantiene alta la curva de contagios. En la última semana se sumaron unos 2.800 nuevos casos (400 registros por día) de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. En total, este año se reportaron más de 23.400 contagios.

Los expertos creen que aproximadamente queda un mes de riesgo. Habrá que seguir usando repelentes, limpiando los fondos de las casas, sacando recipientes que puedan acumular agua y escuchando los relatos de conocidos y allegados que se infectan con la conocida y dolorosa “fiebre quebrantahuesos”.

Los casos se triplicaron respecto de la última epidemia (en 2020 se notificaron 7.806 contagios). También hubo más pacientes con cuadros graves, que requirieron internación, y nueve tucumanos fallecieron. ¿Por qué este brote de dengue fue tan grave? ¿Qué lo diferenció de otras epidemias? Esto les consultamos a especialistas de distintas áreas y sus respuestas se resumen en cinco puntos:

1- Circularon nuevos serotipos y un genotipo nuevo de dengue. Esa es la primera razón por la que esta epidemia fue más grave, según coincidieron los expertos.

Recordemos que existen cuatro serotipos de la enfermedad, numerados del DEN 1 al DEN 4. Cada serotipo, a su vez, posee variantes, que son los genotipos. Aunque todos los serotipos pueden causar enfermedad grave, algunas variantes dentro de cada serotipo son más virulentas o tienen un potencial epidémico mayor.

En los anteriores brotes en Tucumán habían circulado el DEN 1 y el DEN 4. Ahora, en cambio, los contagios se debieron al DEN 2 (la mayoría de los casos) y al DEN 3 en menor número. Asimismo, se detectó la circulación de un nuevo genotipo (Cosmopolitan) dentro del DEN 2.

“La circulación de estos nuevos serotipos de dengue y de un nuevo genotipo encontraron la población sin inmunidad para estas variantes”, detalló Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Superior de Entomología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT.

Por otro lado, como había una gran proporción de habitantes que ya tenía infecciones previas con otros serotipos de la patología, aumentó el riesgo de coinfecciones con una cepa distinta y las formas graves de la enfermedad.

2- Presión epidemiológica. Hubo un registro de muchos casos de dengue en países limítrofes. Bolivia vivió la peor epidemia de su historia. El movimiento de pasajeros hacia ese país y viceversa favoreció que se diseminaran en nuestra provincia las infecciones por el serotipo DEN 2. Además, por ese movimiento de personas, el brote llegó antes y se extendió por más tiempo, explicó la bióloga.

3- Dengue y pobreza. “El crecimiento de la ciudad con una gran proporción de habitantes viviendo en condiciones deficientes es una causa determinante”, sostuvo Rodríguez. La relación entre las condiciones socioeconómicas y la salud es muy estrecha, dijo.

La proliferación del Aedes se ve más que nada relacionada a un desorden ambiental y a la falta de cobertura de servicios básicos, como recolección periódica de residuos y el acceso domiciliario al agua potable. Aunque hubo contagios en muchas zonas, la mayor cantidad de casos se dio en barrios con necesidades básicas insatisfechas.

“La vulnerabilidad promueve un montón de problemas sanitarios”, opinó el virólogo Adrián Díaz, del Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas. No es fácil promover medidas de prevención en poblaciones donde hay demasiadas necesidades insatisfechas. “Además, la urbanización desordenada lo que hace es que aumenten los criaderos para Aedes aegypti porque la gente se ve obligada a guardar agua en tanques”, apuntó.

4- Sequías y olas de calor. El clima influye en el comportamiento de la enfermedad al afectar la dinámica de los mosquitos, el desarrollo del virus y las interacciones entre insectos y humanos, resaltó Díaz. Una variable climática, como las olas de calor, puede aumentar el potencial de transmisión del dengue porque a mayor temperatura, el tiempo que necesita el virus dentro del mosquito es menor.

5- Silencio inmunológico. Es algo de lo que se habló mucho durante la pandemia. No son pocos los especialistas que advirtieron sobre el “nicho epidemiológico” aludiendo al hecho de que covid-19 había desplazado a otros virus circulantes y que eso nos dejaría débiles a la hora de enfrentar otros patógenos.

En una entrevista con LA GACETA en febrero, la infectóloga Aída Torres ya había advertido que este brote de dengue podía ser más grave: “se ha creado un nicho ecológico favorable para que emerja cualquier enfermedad”. “Vamos a ver muchos virus, y de hecho ya los estamos viendo. Reaparecieron y se presentan con formas más graves: como los casos que atendemos de gripe B o de neumonía, muchos de los cuales requieren internación. Es algo que llama la atención”, puntualizó.

Así es el repelente para textiles: se puede colocar en sábanas, cortinas, en un sillón y en la ropa

La empresa creadora de los barbijos Atom Protect (conocidos como los barbijos anticovid) desarrolló un novedoso repelente de mosquitos para aplicar sobre artículos textiles -como ropa, sábanas y cortinas-, que espera ser aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).

El repelente textil puede funcionar en la ropa como un complemento del corporal o también puede utilizarse en las cortinas que cubren las ventanas, para impedir el ingreso del mosquito. También se puede colocar en las sábanas, para evitar ser picados durante el descanso.

Según sus creadores, el repelente puede ser aplicado también sobre una remera, una almohada, un sillón o cualquier superficie de tela.

Si bien en el mercado hay disponibles productos textiles con repelente incorporado, el plus que tiene este nuevo producto es que en el tiempo reduce costos, porque no hace falta comprar cada uno de esos artículos sino que puede ser aplicado sobre el que se quiera usar.

La duración del efecto repelente es de aproximadamente ocho horas. Se puede usar tanto en interior como al aire libre y si saliera hoy al mercado el valor de los atomizadores partirían de los $2.000, según informaron distintos sitios on line.

La compañía hizo la investigación y los laboratorios del Conicet hicieron la comprobación, ahora está en manos de la Anmat dar el visto bueno. Con ese paso logrado, tienen previsto producir unos 50.000 atomizadores mensuales, pero eso va a depender de la demanda, detallaron.

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