El Papa peronista y la teología económica

En busca de las raíces culturales de la decadencia argentina.

CRÍTICO. Zanatta dice que las ideas nacionalistas y populistas del Papa condicionan su mirada sobre la economía. delzorzal CRÍTICO. Zanatta dice que las ideas nacionalistas y populistas del Papa condicionan su mirada sobre la economía. delzorzal
07 Mayo 2023

Por Fabián Soberón para LA GACETA

Loris Zanatta sostiene que desde sus orígenes América Latina se puso en la vereda opuesta a la perspectiva religiosa y económica de Europa: “Frente a una Europa sumida en el cisma religioso y las guerras confesionales, la cristiandad americana se había convertido en oasis de unanimidad religiosa y estabilidad política: allí sobrevivía la fusión entre nación y religión”. Esta cosmovisión tuvo consecuencias en la economía. La Iglesia Católica tuvo la convicción de que la misión de América Latina era conservar los fundamentos culturales de la cristiandad y protegerla de los efectos de la secularización, es decir, del capitalismo. De este modo el protestantismo (con sus impensados efectos seculares en la cultura y la economía) se convirtió en el enemigo vital de la América católica. Desde esta perspectiva económica y política, el Papa Francisco “…abraza el mito de la patria grande como un mito religioso, como una profecía a cumplir para mantener unidos la historia y el destino de la región”. Según Zanatta, para el Papa la unidad del continente solo puede surgir del Evangelio y no de la democracia liberal. La vocación de continente católico sobrevive en su pueblo, pero no en cualquier pueblo, sino en un pueblo sencillo y humilde, contrario a la avaricia que produce la riqueza, sobrevive en un pueblo puro, un pueblo que es, fundamentalmente, pobre. Y esta idea de pueblo pobre se origina en una lectura de la Biblia, aquella que dice, según el evangelio de Lucas: “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios”.

Nacionalismo antiliberal

Según el historiador, luego de la expansión de las ideas liberales durante una parte del siglo XIX y hasta 1930 Argentina retomó la perspectiva nacionalista y católica de la política; con el gobierno de Perón se dio continuidad a la crítica a toda forma de liberalismo y capitalismo. En este marco, el peronismo se convirtió en el defensor de un nacionalismo anticapitalista, retrógrado, antiliberal y populista. Para Zanatta, esto ocurrió porque la matriz anti liberal le viene de su “larga agonía” católico-nacionalista. En este sentido, el autor plantea una hipótesis que no es novedosa pero sí explosiva: las ideas nacionalistas y populistas del Papa condicionan su mirada sobre la economía. El Papa rechaza cualquier forma de capitalismo y reivindica un peronismo nacionalista y antiliberal. Desde allí avala una política católica nacionalista, aunque no advierta que esta lleve a fabricar pobres.

La mirada crítica sobre el Papa Francisco y sobre el peronismo no es nueva pero sí encuentra en el texto de Zanatta unos argumentos que se enuncian de una manera estruendosa y simplificadora: Zanatta explora en el pasado de la política argentina y latinoamericana, tal como había hecho en otros de sus libros (por ejemplo en Historia de América Latina), y encuentra en el pasado latinoamericano un plexo común: tomando las palabras del Papa Francisco, Zanatta dice que el continente tiene una cultura católica. Dicha cultura se ha convertido en el reservorio moral del cristianismo al luchar contra el avance extranjerizante del protestantismo y contra la versión económica y cultural de la Reforma de Lutero: el liberalismo y sus ideas sobre el libre comercio y el mercado capitalista. De esta forma, Zanatta entiende que el Papa piensa a toda política que esté fuera del arco católico nacionalista como extranjerizante, cipaya y capitalista, generadora de pobres. Según Zanatta, lo que el Papa no puede ver es que la matriz nacional y popular es la que origina la fábrica de pobres. Aunque el aumento de pobres es denunciada en los discursos populistas de Francisco, la máquina de producir pobres no viene del capitalismo sino de la fábrica basada en una teología económica que se origina en la Biblia, una lectura sesgada –y no tanto– de los Evangelios, una lectura que está atravesada por la teología del pueblo, es decir, nacionalista y populista, encarnada históricamente por el peronismo.

Superioridad moral

Ahora bien, Zanatta entiende que detrás de las denuncias del Papa existe un elogio encubierto. Para Francisco, la pobreza no sólo tiene una dimensión económica sino que tiene una raíz teológica, ética y cultural: la pobreza es superior a la riqueza en términos morales porque preserva la pureza y la religiosidad del pueblo. En cambio, la prosperidad es corrupta, infiel y propaga los ideales economicistas y librecambistas. Además, la prosperidad liberaría al pueblo y lo alejaría de la religión.

Zanatta cita las palabras de las cartas y conferencias del Papa Francisco. En una de ellas, el Papa sostiene que el capitalismo destruye “el ser de los pueblos”. A continuación, el autor se pregunta: pero, ¿quién dice cuál es el ser de los pueblos? ¿Acaso hay una esencia de pueblo? ¿El pueblo no cambia y siempre es el mismo? La Iglesia es la que define el ser del pueblo y el peronismo también contribuye a definirlo. Pero, ¿no existe otra posibilidad de identidad popular? Zanatta roza aquí un punto clave: el pueblo argentino podría adoptar otra identidad política y podría optar por el liberalismo como filosofía política y económica. Lo que Zanatta no dice es que esta perspectiva económica podría traer otros problemas, otros males. No encontramos en el ensayo de Zanatta un análisis crítico del liberalismo. Con sus razones, Zanatta ataca el nacionalismo populista y católico del Papa y, en contra de los vicios del peronismo (el clásico y el contemporáneo), defiende el liberalismo, pero no desarrolla argumentos que expliquen las debilidades de una filosofía económica que se encuentra en el centro del capitalismo contemporáneo.

© LA GACETA

FABIÁN SOBERÓN

PERFIL

Loris Zanatta es catedrático de Historia de América Latina en la Universidad de Bolonia y director del Máster en Relaciones Internacionales Europa-América Latina de la misma universidad. Algunos de sus libros más destacados son Del Estado liberal a la nación católica. 1930-1943 (Buenos Aires, 1996), Perón y el mito de la nación católica. 1943-1946, Eva Perón. Una biografía política, Fidel Castro. El último rey católico y El populismo jesuita. Publica sus artículos en La Nación y Clarín, entre otros medios.

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