Las elecciones que se realizan en otros lugares debieran ser lecciones muy valiosas para los políticos que pugnan como aspirantes a dirigir los destinos de comunidades nacionales, regionales o provinciales. De un lado la organización que implica prontitud en los comicios como también la difusión de los resultados. En algunos estados de México agrupaciones que gobernaron por varias décadas fueron desplazadas por nuevas organizaciones que esgrimían un singular lema: “lealtad al proyecto, a la comunidad, a la nación, pero nunca a las personas”. En el estadual país norteamericano las elecciones son libres y, sin embargo, hubo una abstención del 44 %, lo que fue interpretado como una rebeldía por el hastío de los pobladores hacia los políticos que buscan esencialmente el malgasto de los dineros públicos para su propio beneficio, abandonando las necesidades esenciales de los pobladores. No solo se dieron los resultados puntualmente, sino que difundieron estadística pormenorizada de las votaciones, usando varios ítems como: hombres, mujeres, edades entre 18 y 25 años, entre 30 y 50 años, mayores de 60 años. Prevaleció la crítica a la formación de múltiples organizaciones en función del ego de querer ser el número uno sin tener en cuenta la capacidad del autoconocimiento y el reconocimiento de las emociones de los demás sin que haya la prerrogativa de una filosofía, doctrina o lema. Por cierto, los triunfantes tienen en agenda la lucha contra la delincuencia y la reducción de homicidios, principalmente femicidios, un problema agobiante de los mexicanos. La situación es visible en nuestro medio, en el que se observan los viajes de los gobernantes para inaugurar obras intrascendentes con el fin de acopiar adeptos y votantes, incumpliendo las normas referidas a los tiempos de procesos electorales. En nuestra provincia es notorio el abandono de muchas poblaciones que sufren el embate de la naturaleza en época pluvial; empero, la publicidad archimillonaria es notoria. Han pasado varios comicios sin que hasta el momento se cumpla un clamor de pobladores y votantes de conocer por información pública los gastos que realizan las agrupaciones en materia de publicidad electoral, así como el local institucional, el número de afiliados, el monto de sus aportaciones y la fecha de su fundación. Al menos, la trayectoria vital de los aspirantes. En nuestro medio, tampoco se ha informado profundamente lo que significa la tercera disposición del capítulo único, de la sección II de la Constitución de Tucumán que establece el sistema de votación electrónica, pese a que la Carta Magna fue aprobada el 6 de junio de 2006.
Fernando Sotomayor
Alberdi 139-3
San Miguel de Tucumán