“El futuro es de las mujeres”, pero ¿cuándo?

“Yo llego y saludo a todo el mundo en la oficina y cuando sé que alguien cumple años me levanto de mi escritorio, me acerco y lo felicito. Tengo una política de puertas abiertas”, dijo una importante CEO de una empresa chilena a Tatiana Camps, autora de “Liderar desde lo femenino” (Ed. Urano). La empresaria había iniciado meses atrás su trabajo cuando tuvo que liderar una dura negociación con los empleados: “cuando sucedió ese crítico momento ya habíamos construido una relación con las personas por lo que se me allanó el camino radicalmente”, recordó. “Curiosamente, la empresaria aducía que no hacía esto como estrategia, sino que lo hacía genuinamente. Cuando le consulté por qué se relacionaba de esa manera con su equipo, me dijo: ‘porque así me criaron’. Es decir, ella no pensaba en los beneficios que le podría traer esta forma de relacionarse. Le nacía hacerlo”, explicó Camps en una entrevista publicada meses atrás en LA GACETA.

“¿Existe el liderazgo femenino? Cuando las mujeres están en situaciones de poder, cuando toman decisiones por otros, cuando deben movilizar equipos en función de un objetivo común, ¿se manejan en forma distinta?”, se preguntó la ingeniera chilena especializada en transformación organizacional. En su libro, intentó reflexionar sobre el valor del liderazgo desde lo femenino, abordando estas preguntas y sus implicancias desde múltiples perspectivas: antropológica, biológica, sociológica, histórica y administrativa. Entrevistó en profundidad a 60 mujeres que ostentaban cargos de poder y decisión en ámbitos como lo público, privado, académico o político. “En esas entrevistas, rápidamente, empezaron a aparecer recurrencias que tenían que ver con el escuchar, la cercanía, el genuino interés por las personas, la reflexión y una mirada sistémica muy relacionada a cómo impactan las decisiones que se tomaban en el futuro y entorno. También apareció el sentido del humor, la sonrisa y la ética profesional, como grandes características de estas líderes mujeres”, sintetizó la autora.

Representación insuficiente

El concepto de liderazgo femenino se define como la participación de las mujeres en diferentes áreas, donde se encuentran en una posición de poder y ejerciendo un papel de tomadoras de decisiones, dirigen grupos de trabajo y tienen la oportunidad de implementar propuestas y estrategias donde permiten demostrar su liderazgo. ONU Mujeres explica con datos estadísticos la relación que tienen las mujeres en los liderazgos políticos de todo el mundo. Spoiler alert: la conclusión es que, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030, la representación de las mujeres es insuficiente en todos los niveles de toma de decisiones del mundo. Por tanto, la paridad de género en la política no se logrará por otros 130 años. Los datos que presentaron este año es que, al 1 de enero de 2023, hay 31 países donde 34 mujeres se desempeñan como Jefas de Estado y/o de Gobierno. “Además, las cinco carteras más ocupadas por ministras son Mujer e igualdad de género, Familia e infancia, Inclusión social y desarrollo, Protección social y seguridad social, y Asuntos indígenas y minorías”, indicaron.

Un estudio realizado por la Cámara de Comercio de Barcelona (2007) por primera vez cuantificó económicamente la pérdida de talento femenino al medir el impacto que tiene sobre la economía catalana el hecho de que mujeres con formación y cualificación abandonen el mercado laboral. “El talento perdido de las mujeres, no aprovechado por las empresas, se valora en mil millones de euros anuales sólo en Cataluña. Tanto talento femenino podría movilizar grandes causas en la empresa y en la sociedad civil, desde las cuales, tomando decisiones y desarrollando iniciativas, se podría influir para hacer del mundo un lugar más humano y solidario. Para aprovechar el talento de las mujeres se dependerá de la capacidad de las empresas para desarrollar una organización socialmente responsable, que incorpore como eje central la igualdad de oportunidades entre mujeres y varones. La ley es otro de los factores que están incidiendo positivamente en el intento de erradicar las barreras que discriminan el acceso de las mujeres a todos los ámbitos de la vida pública”, se indicó en el informe “Estrategias de liderazgo para mujeres directivas” de las autoras Rosa Escapa Garrachón y Luz Martínez Ten, publicado con el aporte de la Unión Europea. “Actualmente también estamos viendo iniciativas interesantes que provienen del ámbito económico -cámaras de comercio, asociaciones empresariales, etc.-, dirigidas a sensibilizar y hacer entender al mundo empresarial la necesidad de contar con el talento de las mujeres y la ventaja competitiva que esto proporciona a las empresas, como el estudio realizado por la Cámara de Comercio de Barcelona (2007) que tiene como objetivo contribuir a concienciar al mundo empresarial y a la sociedad en general del elevado coste que representa el abandono del mercado laboral por parte de mujeres cualificadas, y de la ventaja competitiva que puede significar el aprovechamiento del talento femenino en un momento en el que el capital humano es cada vez más escaso y valioso por motivos demográficos”, algo que también se observa en el esfuerzo de cámaras de argentina.

Más cercanía

Como el ejemplo que inicia esta columna, Camps descubrió que las mujeres tienen otra manera de relacionarse: se interesan de manera más genuina por el otro, hay más cercanía. “No siempre tienen todas las respuestas y, en eso, están más dispuestas a escuchar al equipo. Aceptan con entusiasmo tener especialistas en su equipo, gente que sabe más que ellas sobre algunas cuestiones técnicas”. Es por esto que, la investigación de la ingeniera Camps nos lleva a un rotundo sí: sí existe el liderazgo femenino, mujeres y varones movilizan a otros en formas diversas, y existe un valor que debe ser reconocido en esa manera femenina de liderar. Las organizaciones ganan al incorporar a mujeres a cargos de decisión.

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