La crisis carcelaria y las tareas policiales

24 Julio 2023

La crisis carcelaria visibilizó la ocupación constante de grandes cantidades de equipos policiales en el cuidado y traslado diario de detenidos de una dependencia policial a otra o hacia tribunales o la cárcel.

Los informes especifican que se trata de unos 500 agentes dedicados a esta tarea, a los que se suman las custodias debidas a cuidados en casos de violencia de género, a guardias en algunos casos especiales de funcionarios y a cuidados específicos pedidos por la Justicia. Los números varían entre 3.000 y 5.000 agentes dedicados a diario a estos asuntos, con lo cual se puede entender que prácticamente no quedaría personal de calle.

La situación carcelaria está desbordada. Hay 1.250 presos en las penitenciarías, que sólo tienen lugar para 900, y 1.800 en las comisarías y destacamentos, que sólo pueden albergar a poco más de 400 detenidos. A ello se agrega un promedio de 100 condenas por mes. Este es uno de los motivos del hacinamiento y del constante movimiento de presos de una comisaría a otra. En ello se ocupan muchos agentes y vehículos policiales, a diario.

La historia de las fugas de estos últimos días da cuenta de esos problemas. “La situación es crítica. Poco podemos hacer, disponemos de dos o tres hombres para custodiar a 60 o 70. Es imposible”, dijo un jefe policial.

Ahora, en plena emergencia, se han de conseguir soluciones precarias hasta que haya habilitación de sitios de alojamiento para detenidos.

Pero la crisis por hacinamiento de detenidos ya lleva ocho años de arrastre, desde el pedido de habeas corpus de dos fiscales en 2015. En ese tiempo se tendría que haber estudiado en profundidad el problema. Ha habido propuestas, en este sentido, de alquilar lugares para detención o de ver la forma de que la habilitación de sitios no pensados para alojamiento de detenidos sea hecha con criterios estrictos de seguridad. Del mismo, modo, se tendrían ver las soluciones tecnológicas -caso de las pulseras o tobilleras electrónicas- que deberían ser de gran utilidad.

Finalmente, convendría estudiar lo que sucede para entender esta marea constante de detenciones y condenas. Un equipo multidisciplinario debería estar estudiando lo que ocurre en esta sociedad y en ello tienen que intervenir los funcionarios de Desarrollo Social y de adicciones, específicamente, para aportar esquemas de prevención o ayudas para salir de esta crisis.

También, para definir cuántos agentes del Servicio Penitenciario hacen falta, a fin que los policías se ocupen menos de cuidar y de trasladar presos y se dediquen a sus tareas específicas, vinculadas con la seguridad ciudadana.

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