Es llamativa la falta de mirada del presente y del futuro en que incurren nuestros acaudalados políticos y sindicalistas al tomar decisiones sobre los salarios de los educadores y en el ámbito de la salud. Cetera ha conseguido que el salario inicial de un maestro sea de 220.000 pesos, sumiendo a éstos en la banda de pobreza, sin considerar que son los que tienen y tendrán a su cargo la formación de nuestra niñez y juventud y a la vez desestimulando la inquietud de ejercer la docencia. Por otra parte, y ya a nivel provincial, se propusieron mejoras en los salarios en el ámbito de la salud pública pero a pesar de ya ser ley la gobernación anunció que ese monto sería concretado en míseras cuotas que hacen imposible la subsistencia del personal de salud en todos los niveles. Ya en carta anterior advertí el peligro que estas medidas provocarán y lo están logrando muy rápidamente . De seguir así los hospitales se quedarán sin médicos de planta, residentes y enfermeras, tan necesarios para encarar el acuciante problema de salud que vivimos los tucumanos. Hoy un recolector de basura que trabaja, tiene un sueldo mejor que la enfermera, ni qué decir de los empleados y asesores (muchos de ellos sin ningún título ni responsabilidad) que superan con creces los estipendios de hasta un director de hospital, con la carga que supone dirigir un establecimiento de este tipo. No obstante lo anterior, se siguen inaugurando centros hospitalarios dotados de tecnología, que con el criterio actual de remuneraciones no llegarán a cumplir las funciones para las que han sido creados y están destinados a cierto grado de abandono sumamente preocupante. Para finalizar quiero transmitir esta frase a los gobernantes de turno o a los que pudieran gobernar nuestra provincia en los próximos años: “médico o enfermera que se van de nuestra provincia no volverán, dejando un vacío muy difícil de llenar por falta de formadores y precariedad económica”.
Francisco Hugo Palazzo
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