Y si se preguntan por qué yo les daré la respuesta. Porque este país nos castiga y nos humilla. Porque hace 4 años rendí el Ingreso al Ministerio Público Fiscal y me preparé para hacerlo. Aprobé con calificación alta y hasta la fecha nadie sabe decirme qué pasó con mi esfuerzo y solo ayer me enteré de que el ingreso no es por mérito sino por sorteo. O sea que en la bolsa se introducen los números y se revuelve como si todo diera igual. ¿O acaso para camuflar los favores? Porque para los jóvenes acceder a una vivienda sin alquilar es casi una utopía. Porque aunque vemos a nuestros padres partirse en esfuerzos sienten la frustración de que no es suficiente para ayudarnos. Y entonces causa sorpresa que los jóvenes vayan detrás del primero que ofrece libertad. Es que la palabra libertad para nosotros significa romper las cadenas de tanta injusticia y buscamos en qué o en quién creer. Necesitamos creer que alguien puede liberarnos de tanto desprecio para no marchar con un carrito por los salones de Ezeiza. No esperen que los jóvenes nos quedemos a levantar un país que los de siempre se empecinan en hundir. Porque aunque lo intentemos, el gigante que aplasta cada día nuestros sueños se regocija en obtener beneficios para sí mismo y los suyos. Ejemplos sobran.

Vicente Matías 

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