CUENTOS
SÓLO LO FUGITIVO PERMANECE
MARGO GLANTZ
(El cuenco de plata - Buenos Aires)
La escritora mexicana Margo Glantz construye un texto novedoso en diversos formatos textuales: cuentos, textos breves, microrrelatos, poesía. La narradora anticipa en el apartado “Advertencia” que reúne sus escritos y afirma: “los manejo como las cartas de las barajas, los revuelvo a fin de que encuentren un nuevo lugar”. Se refiere a Nora García, mujer lectora y viajera que va narrando su propia historia y a quien encontramos, según dice en entrevistas, en distintos escritos de su autoría. Ella unifica la construcción con el tópico del viaje mediante los recorridos de una mujer viajera de gran cultura. En ese devenir narrativo que sorprende y cautiva, también se entrecruzan referencias literarias a escritores y personalidades de la cultura o la literatura, como Borges, Kafka, Rulfo, Tolstoi. Evoca además personalidades de la pintura, y algunas anécdotas referidas a la ópera con la memorable María Callas. Se suceden referencias y fragmentos enlazados con notas de cultura y humor, alguna obsesión, datos, que lo enriquecen. Por otra parte, inicio y cierre del libro, ubican al personaje frente a problemas físicos y la incertidumbre que le provoca. En la primera parte, su temor ante un singular tratamiento odontológico; en la última, corresponde a la angustia y vacilación ante un cáncer de pecho.
Las entrevistas realizadas a la autora la descubren cuando se refiere a los zapatos, elemento que impacta por el modo de enunciarlo, “La mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador”. Sin embargo, Glantz aclara que los zapatos tienen que ver con la historia de su familia, ucranianos emigrados a México y lo que representan y significan por cuanto sucesivos parientes los fabricaban. Considerando esos datos, como en una ceremonia, ella los calza en el momento de sentarse a narrar. Y lo hace desde su cotidianeidad, con su cultura académica, con su asombro de viajera ante espacios geográficos y libros porque lo organiza en diversos géneros con naturalidad y singular belleza.
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Ana María Mopty