Creer que la juventud es el problema es un gesto egoísta y cobarde. Es tratar de desligar a los responsables, las verdaderas causas que desencadenaron en la crisis del país. Es exculparse dejando las cargar y obligaciones a aquellos que no pudieron elegir, esperando que salga de ellos la solución a problemas que no causaron. ¿Cómo puede aquel que solo vivió las consecuencias presentes, ser responsable de sus causas pasadas? O mejor dicho, ¿qué tipo de disforia se necesita para tratar de justificar, acusar y culpar a los jóvenes por la realidad política presente siendo que jamás tuvieron participación política alguna? Por esta y más razones, no sorprende el querer irse a intentar progresar en otro lugar, si no hay posibilidad alguna a corto o largo plazo de desarrollarse laboral y profesionalmente de forma digna que no sea bajo el patronazgo de turno.
Iván Esteban Urueña
Uruguay 347 - Monteros